Yo canté con Pink Floyd: la historia de una corista por accidente

Durga McBroom, fue una de las coristas originales que participó en la gira promocional del álbum A Momentary Lapse of Reason, y el disco en vivo Delicate Sound of Thunder. A días de su presentación en Chile con un show tributo a ese tour, recuerda sus años trabajando con Gilmour y compañia.


La primera vez que Durga McBroom se cruzó con David Gilmour, no lo reconoció. Corría noviembre de 1987 y esa noche, ella llegó hasta la zona de backstage del Omni Coliseum, de Atlanta, donde Pink Floyd iba a tocar. Había sido contratada como corista para la gira promocional del álbum A Momentary Lapse of Reason, el primero que el célebre grupo inglés grabó sin el férreo control creativo de Roger Waters. Solo esa noche ella pudo comprender en qué se estaba metiendo.

“Estábamos detrás del escenario y David salió con una guitarra acústica -cuenta Durga al teléfono con Culto-. Nos dijo: Hola ¿quieren conocer algunas de las piezas? No sabíamos quién era él, porque Pink Floyd se empeñaba en no mostrar realmente sus rostros. Así que no sabíamos quien era, hasta que empezamos a cantar. Ahí dijimos: ‘Oh, es David’”.

David Gilmour

Esa noche, Durga asistió al coliseo en plan de conocer al equipo. Pero las cosas cambiaron. “Se suponía que íbamos a sentarnos a ver el show -cuenta-. Pero en vez de eso, David nos preguntó: ‘¿les gustaría empezar esta noche?’. Por supuesto, fingimos que estábamos tranquilos y le dijimos: ‘Sí, por supuesto. Si quieres que empecemos esta noche, empezaremos esta noche’”.

Así, vestida de riguroso negro, fue esa noche en que Durga comenzó su historia con Pink Floyd, la que se extendió a su participación en giras, y hasta en el estudio, con colaboraciones para discos como The Division Bell (1994) y The Endless River (2014). “Hasta entonces solo había cantado frente a unas 400 personas, y ahí habían unas 15.000 -recuerda-. Estaba muy nerviosa, pero cuando salí a cantar, algo en mí me dijo ‘esta es tu casa, aquí es donde perteneces’. Después de eso, todo estuvo bien”.

Por entonces, Pink Floyd volvía a los escenarios bajo el liderazgo del guitarrista David Gilmour, junto a los históricos Nick Mason (batería) y Richard Wright (teclados). Conscientes de su historia (mientras enfrentaban una dura batalla legal con Waters por el uso del nombre), el grupo le quiso dar a sus shows un tratamiento a la altura de su reputación. La idea del proyecto era grabar parte de la gira para lanzarla en una película y un doble álbum en vivo que se tituló Delicate Sound of Thunder (1988).

Y como se trataba de Pink Floyd, la exigencia era alta. El nivel de los músicos de apoyo para los conciertos debía ser de primera, porque deseaban que la grabación fuera totalmente íntegra, sin retoques de estudio como suele ocurrir en muchos discos en vivo.

Pink Floyd en 1987. De izquierda a derecha: Richard Wright, David Gilmour y Nick Mason

Esa ambición, fue la que le abrió la oportunidad a Durga McBroom. Como en otras historias del rock and roll, todo ocurrió a propósito de una recomendación. “Yo estaba cantando junto a mi hermana Lorelei en Nueva York -cuenta-. Coincidió con que ellos (Pink Floyd) querían hacer un video de la gira de A Momentary Lapse of Reason. Así que el hombre que dirigía la productora a cargo de ese video, Michael Pillow, era amigo de mi hermana. Entonces, le preguntaron si podía recomendar cantantes negros, porque como dijo David Gilmour, quería añadir algo de color al sonido”.

Durga McBroom

Pillow no dudó, y tras revisar su agenda, dio con los nombres precisos. “Recomendó a Lorelei. Y como estaba allí cantando con ella, también nos recomendó a mí y a otra amiga, Roberta Freeman. Nos contrataron después de escuchar algunas cintas y ver algunas fotos”.

Pero faltaba un paso. “Hicimos esos shows en Atlanta, y luego Lorelei hizo solo un par de shows en el estadio deportivo de Los Ángeles porque firmó con Capitol Records y por contrato no pudo hacer la gira. Así que me preguntaron, fui, tuve un período de prueba de dos semanas con ellos. Y después me pidieron que me uniera. Así que fue muy repentino.

Dentro de Pink Floyd

A Durga le gustaba la música, pero no había considerado ser una cantante. En rigor, lo suyo era la actuación. “Yo empecé como actriz. Fui a la universidad en la UCLA aquí en Los Ángeles y estudié actuación. Estuve en la película Flashdance (NdR: interpretó a unas de las bailarinas del club nocturno) y en otras cosas. La verdad, me metí en la música por accidente porque mi hermana Lorelei era cantante. Yo trabajaba con un par de bandas pequeñas aquí en Los Ángeles para hacer algo de dinero, mientras, Lorelei firmó un contrato con Capitol Records para grabar un disco con Nile Rodgers de productor. Así que me hizo volar a Nueva York para hacer coros con ella. Ahí fue realmente cuando me metí en la música”.

En realidad, la música siempre había estado presente en la vida de Durga. En los primeros años de los setentas, mientras la era hippie se esfumaba bajo el sol de California, se crió escuchando discos de un perfil muy marcado. “Mi favorita era Joni Mitchell, era prácticamente mi número uno. Y luego James Taylor”. Pero aún recuerda el día en que conoció el rock.

Durga McBroom

“Cuando tenía unos nueve años, estaba fuera de mi casa jugando con mis amigos. Y, ya sabes, siempre hay niños mayores muy cools en el vecindario. Había una chica llamada Laurie, que era compañera de clase de mi hermana mayor. Ella llegó en su Mustang convertible, lo cual era muy cool. Mientras conducía tenía la radio y ahí escuché por primera vez a Robert Plant cantar: ‘Hey hey mama said the way you move, gonna make you sweat, gonna make you groove’ (canta). Era Black Dog, de Led Zeppelin, y yo lo encontré genial. Desde ese momento me gustó el rock and roll. Entré con los Rolling Stones y luego en Jethro Tull”.

Por supuesto, ese interés por el rock la llevó a conocer la música de Pink Floyd gracias a su disco más popular por aquellos años. “Me gustaba The Dark Side of the Moon (1973). Era uno de mis favoritos, todavía lo escuchamos. En realidad, yo estaba en una escuela muy interesante donde teníamos un autobús, entonces solíamos escuchar ese disco allí todo el tiempo”.

Años después, se encontró repasando las canciones de The Dark Side of the Moon, ya no por placer, sino como parte de su trabajo como corista. El set de la gira, además de algunos temas de A Momentary Lapse of Reason, incluía temas del pasado como Time, Money, Wish you were here, y por supuesto la fantasía instrumental de The great gig in the sky, que incluye los solos de voz de las coristas. Con esta última, Durga comprendió que trabajar con una banda del calado de Pink Floyd era una exigencia mayor.

“Había que escuchar las canciones una y otra vez. En el caso de The great gig in the sky, obviamente no hay letras y es completamente cantada, así que tuvimos que aprenderla nota por nota. Fue muy difícil, pero lo logramos. Y luego, una vez que estábamos todos familiarizados con eso, pudimos hacerlo bien”.

De todas formas, pese a la alta exigencia, la cantante tiene sus canciones favoritas. Shine on you crazy diamond es una canción fabulosa y destaca la contribución de Richard (Wright) a la banda. Mucha gente no se da cuenta realmente de lo importante que fue su contribución al sonido general de Pink Floyd. Con The great gig in the sky tengo una relación de amor y odio porque es muy difícil cantarla. Y para cantar en vivo, me encanta Dogs of War porque me fascinan las partes vocales de acompañamiento y la coreografía es muy divertida ¿qué hacíamos después de los shows? mucha fiesta, eran los ochenta, así que nos divertimos mucho. Solo te diré eso ajaja”.

Las sesiones de trabajo le permitieron a Durga conocer a los músicos a fondo. Recuerda con particular afecto al tecladista Rick Wright, fallecido en 2008, quien junto a Gilmour colaboró con ella en su proyecto solista, Blue Pearl, de comienzos de los 90′ con el que logró imponer dos canciones en los charts, Naked in the Rain y (Can You) Feel the Passion. “Era una persona muy dulce. Lo quería mucho, de verdad, y era mi amigo. Cuando le pedí que cantara en mi canción Alive, también con David, se emocionó mucho. Dijo: ‘Oh, voy a tocar en un disco pop’. Eso me conmovió mucho, se alegró tanto de que le preguntaran. Su forma de tocar es absolutamente inconfundible, tan única, ya sabes, realmente era un genio”.

En los próximos días, Durga McBroom vendrá al país para presentarse el próximo 10 de diciembre el nuevo espacio Basel Venue (Av. Independencia 565), con el show tributo Delicate Sound of Thunder Celebration Tour, cuyas entradas están a la venta por Ticketmaster. Este recrea el espectáculo en vivo del mismo nombre, con la participación de sus coristas originales Marchan Taylor, Lorelei McBroom, además de Durga y el reconocido multiinstrumentista Scott Page, quien también participó en esa gira como saxofonista.

“Es genial porque los cuatro no hemos estado realmente juntos desde esos días -dice Durga-. He hecho algunas cosas con Marchan, he hecho algunas cosas con Scott y he hecho algunas cosas con Lorelei. Pero no hemos estado todos juntos en un escenario desde los primeros conciertos que hicimos con Pink Floyd. Lo mejor de esto es que, dado que ahora somos mayores y hemos estado viviendo en este sonido durante todos estos años, tenemos una comprensión más profunda de la música y de lo que la gente va a ver”.

Cuando se le pregunta a Durga, qué significa Pink Floyd para ella, no lo duda. “Siempre lo he dicho, cuando David y Roger estaban juntos, David era realmente como el cerebro, porque es muy cerebral. Roger era lo más visceral, mientras que Nick Mason era el corazón, porque era el baterista. Y creo que Richard, era único porque él era el único capaz de mezclar todo eso”.

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