Una necesidad tan cotidiana como ir al baño se convirtió para Álvaro Henríquez (54) en una auténtica epifanía. Cuando hace unas semanas la formación original de Los Tres había culminado de grabar en los Estudios del Sur la nueva versión del éxito Hojas de té que sirvió como carta de presentación de su nueva vida, el cantante se paró por un momento al excusado y pensó.

“Ahí me di cuenta: ¡chucha son Los Tres! ¡Esta huevada suena como Los Tres! Era increíble estar juntos de nuevo y que sonáramos de manera única, como sólo sucede cuando estamos los cuatro. Nadie suena como nosotros. Pero claro, sí éramos Los Tres. Era como volver por pequeños momentos a cuando grabamos el tema, cuando lo hicimos. Fue un punto de inflexión. Fue muy especial, porque además nunca nos gustó como había quedado la versión antigua”, reconstruye el artista en diálogo con Culto.

Esta semana, Henríquez ha tenido nuevamente la posibilidad de mirar hacia su lado y exclamar “¡chucha son Los Tres!” para advertir que otra vez está con sus viejos camaradas de viaje. En un hotel de Vitacura, se sienta junto a Roberto “Titae” Lindl (56), Ángel Parra (57) y Francisco “Pancho” Molina (54) para hablar del retorno de la agrupación luego de 23 años, el elenco clásico que mejor encarnó el cancionero local de los 90 gracias al rescate de una chilenidad extraviada entre la penumbra de la dictadura, ese maridaje de actitud canchera, letras inventivas, ejecución impecable, rock and roll y cuecas despojadas de toda afectación patronal.

Todo ello lo pondrán a prueba con conciertos de retorno el 6 de abril de 2024 en el Estadio Ester Roa, de Concepción, y el 27, 28 y 30 del mismo mes en el Movistar Arena, de Santiago (Puntoticket). Como previa, el conjunto ya se ha presentado en un show gratuito en Concepción, estuvo este viernes 20 en la ceremonia de inauguración de los Juegos Panamericanos 2023 con una performance de alta calidad, y precisamente difundió como single de resurrección una actualizada y afilada versión del clásico Hojas de té.

Los Tres en los Juegos Panamericanos 2023. REUTERS/Luisa Gonzalez

Por lo mismo, los músicos hoy parecen haber recuperado esa complicidad casi juvenil: intercambian carcajadas cada ciertos minutos, se ríen de las intervenciones del otro, retrucan con ironía cuando alguna pregunta lo amerita y se tratan con su nombre en diminutivo para subrayar cariño y afecto.

También han recobrado otra rúbrica de su era noventera: esa seguridad en sí mismos que los hizo tan distintivos, ese orgullo de ser los músicos que son, esa personalidad altiva que sólo admite definiciones magnificentes para su obra. “Nadie suena como nosotros”, es una frase que se repite a lo largo de las entrevistas que han otorgado en las últimos días, sobre todo en Henríquez, quien más parece hinchar el pecho por la estatura de la banda.

¿Otro ejemplo? Cuando recuerda el MTV Unplugged que editaron en 1996, no tiene dudas: “Fue un disco histórico, que cambió la música de Chile. La idea era que se notara que somos de Chile. No somos de otro país, no somos un grupo chileno pero internacional, sino que somos un grupo que toca cosas chilenas también para mostrarlas al resto del mundo. Siempre queremos que se note que somos de acá. Y de Conce también”.

Quizás hay una razón puntual para reforzar el amor propio: fue él quien gestó esta reunión y el responsable de su éxito. Hace cerca de un año, el vocalista comenzó a sondear la opción de volver a mirarse de frente con sus ex compañeros. De hecho, a él también se le ocurrió el nombre de la “Revuelta”, tal como han bautizado esta operación retorno, aludiendo según precisa a que este hito es “una revolución para la música chilena”.

Eso sí, sus motivos para el abrazo de reencuentro fueron mucho más privados.

FOTO_ PEDRO RODRIGUEZ

-¿Qué lo llevó a reformar al grupo?

Álvaro Henríquez: Porque yo creo que uno se puede morir en cualquier momento. No hay ninguna garantía de vida. Entonces yo, lo que le decía a los muchachos, era como “juntémonos ahora que estamos todos bien”. Y siento que estamos todos bien y que estamos aprovechando el tiempo juntos también porque, como te digo, no se sabe. Uno nunca sabe. Entonces, mejor hacer las cosas de una y pasarlo bien. A estas alturas del partido, lo único que queremos es pasarlo muy bien y apreciar todo lo que nos está pasando.

-¿En algún momento sintió que la reunión no iba a pasar nunca?

AH: No, fíjate. Yo siempre pensé y tuve la idea que en algún momento íbamos a volver, por alguna razón. Y afortunadamente estábamos todos de acuerdo, todos en la misma sintonía. Entonces, eso hizo que la junta fuera mucho más fluida y mucho más fácil. Nos juntamos en la sala, ensayamos. Y volvimos a retomar tanto lo musical como la amistad, desde que no nos veíamos. Se retomó todo eso nuevamente.

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Formados como banda en marzo de 1987, la primera fractura de Los Tres vino en 2000, cuando decidieron separarse por razones que mezclaban lo personal, lo artístico y lo administrativo. Después retomaron funciones en 2006 con dos espectáculos en el Movistar Arena, pero en un elenco que sólo incluía a Henríquez, Lindl y Parra: el baterista “Pancho” Molina no fue contactado.

En largos 23 años, el instrumentista reconoció en algunas entrevistas que no escuchaba los álbumes de Los Tres y que no guardaba interés en volver a ver a sus antiguos amigos. Por eso, para que esta vez la amistad se recuperara de forma completa y la banda renaciera de modo íntegro, ahora sí era fundamental convencerlo y contar con su presencia.

-¿Por qué ahora aceptó volver con Los Tres?

Francisco Molina: Sintoniza bastante con las palabras de Álvaro también, tiene mucho que ver con eso. Tomarle el pulso a lo que la gente te va contando a través del tiempo. Yo llevo siete años en Chile (NdeR: vivió 14 años en Estados Unidos) y no había un momento en que la gente no me hable con mucho cariño de la banda o no me tire la mejor vibra por la música que hicimos con los caballeros acá, así que tiene mucho que ver con eso también, con lo que la gente me mostró qué significaba la banda. Y también, por supuesto, a través de eso, la discografía y las canciones.

“Y nunca el cariño por los miembros de la banda estuvo eclipsado. Por mi lado, ha estado siempre muy presente por toda esta trayectoria musical y por las canciones, que son parte casi de mi ADN. Yo los conocí a ellos cuando teníamos 12 años y luego a Ángel a los 20. O sea, no hay escape, ¿no? ¿Cómo podría uno decir que no, que no hay cariño, que no hemos hecho cosas buenas? Sería una negación”.

Yo llevo siete años en Chile y no había un momento en que la gente no me hable con mucho cariño de la banda

Francisco "Pancho" Molina, baterista de Los Tres

“Desde los 12 años hasta los 30 años hicimos eso toda la vida, todo el tiempo. Entonces, cuando se presentó la idea de poder volver a tocar con ellos, yo sabía que lo que menos me tenía que preocupar en ese momento era de cómo íbamos a sonar, porque el respaldo está ahí intacto. Había que preocuparse de otras cuestiones: cómo lo hacemos, toda esa chimuchina”.

-O sea, siempre mantuvo un cariño hacia el grupo.

Exactamente. Siempre se mantuvo. Puede que haya habido distancia y todo, pero la línea de fondo son las canciones, lo que generamos juntos.

Otro episodio del operativo apuntaba a traer de vuelta a Parra. El guitarrista abandonó a los hombres de Amor violento en 2013, acusando desgaste creativo y la necesidad de dedicarse a proyectos en solitario que estimularan otras inquietudes. Las diferencias entre él y Henríquez también fueron públicas.

-Ángel, en su caso, ¿qué sintió con ese primer llamado? ¿Se le pasó por la cabeza un ‘qué hago, acepto o no acepto’?

Todo fue bastante natural porque, como decía el Álvaro, también era un anhelo poder volver con Pancho. Volver con Pancho a hacer este proyecto que, si bien en el 2006 lo retomamos, teníamos la claridad de que en algún momento esto tendría que ser nuevamente retomado, aunque no había un plan maestro ni nada por el estilo, sino que son cosas que se van dando de forma natural. Pero la vuelta, la revuelta, era verdaderamente junto a Pancho.

“Y bueno, la experiencia que uno adquiere también en los años de estar fuera del grupo también es algo que va en beneficio del momento histórico como el que estamos viviendo ahora. Los diferentes momentos de alegría y de dolor que han pasado, cuando se murió mi papá (el cantautor Ángel Parra), cuando desaparecen algunas personas que están cerca y de repente ya no están, todo eso va dándole un peso a una banda que formó parte de nuestra vida durante tanto tiempo y que se ha transformado en una verdadera familia. Nosotros tenemos esta comunión, esta amistad musical-artística y que es de casi hermanos, primos, no sé como definirlo. Pero es una familia también al final, en que nos tenemos que aguantar, respetar, discutir, llorar, reír y lograr objetivos complicados como grabar en el Unplugged sin micrófono, como haber hecho cosas que cuando las escuchas después te das cuenta de lo que hiciste. Y fueron cosas que hasta el día de hoy nos siguen sorprendiendo”.

FOTO PEDRO RODRIGUEZ

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En rigor, Los Tres modelo siglo XXI simbolizan la restauración de una amistad entre cuatro hombres ya adultos. “Titae” Lindl al habla: “Retomamos todo esto como si no hubiera pasado mucho tiempo, en realidad. Fue preguntarnos por nuestra vida, pero también tocando. Nosotros como que nos relacionamos más tocando. Yo tan bueno para hablar no soy. Así que me relaciono más con el instrumento. Y la cosa va fluyendo sola en los ensayos y nos vamos acordando. Lo bueno es que estamos en otra parada, estamos mucho más tranquilos y todo está fluyendo excelente. Así que, como lo veo ahora, ha sido miel sobre hojuelas”.

La reunión también se fue fortaleciendo sobre capítulos específicos. Después de las llamadas de Henríquez y de un par de conversaciones, el conjunto a mitad de este año debió formalizar sus renovados rumbos firmando un contrato en una notaría. Fue idea del propio Henríquez que, tras eso, revitalizaran los lazos en un estudio de grabación más que en una oficina, bajo el propósito de tocar, ensayar, grabar y calibrar el músculo colectivo luego de tantos años. Ahí no sólo desempolvaron nuevas lecturas para Hojas de té, sino que también para La torre de Babel y para un puñado de las habituales cuecas que han alimentado su repertorio.

FOTO: PEDRO RODRIGUEZ

-¿Cómo fue precisamente ese proceso humano de recuperar la amistad?

AH: Fue así (hace un chasquido de dedos), de una. O sea, era como que toda la mierda se fue por la ventana para afuera y volvimos a ser los amigos que éramos siempre. Siempre, siempre.

-O sea, fue algo rápido.

AH: Fue muy rápido. Nos encontramos en la notaría con el Pancho y le hice como “¡hola!”, y ahí fue como “jaja”. Nos estuvimos riendo como media hora mientras llegaban los muchachos. Fue como si nos hubiéramos visto el día antes. O sea, retomamos la amistad automáticamente. Increíble, sí. Con el Pancho no nos veíamos hace mucho tiempo. No hablábamos tampoco hace mucho tiempo. Entonces, verlo ha sido una emoción también y escuchar el grupo, como digo, como yo estoy a cargo de la parte de la producción y todo eso, lo escucho y me enorgullezco muchísimo, porque creo que suena increíble.

-Alguna vez a Paul McCartney, ya en la adultez, le preguntaron con quién formaría un grupo. Él respondió: “Una y otra vez con John, George y Ringo”. ¿Sienten ustedes algo parecido, que el momento donde sus capacidades como músicos adquieren más sentido es cuando están con los otros Los Tres, más que en otras experiencias o proyectos que han tenido?

FM: No hay comparación. Tenemos ese lazo que es bastante intenso al hacer canciones, la verdad. Nos exigimos mucho y muchas veces no es una cuestión liviana. En términos de amistad, como dice Titae, nunca fuimos muy verbalizadores ni tampoco nos preocupábamos de eso, porque estábamos siempre juntos. Pero la música nos ha dado un respaldo para retornar súper fácil. Todo el trabajo que hemos hecho no es glamour, es mucho trabajo desde que éramos teenagers, quinceañeros, incluso antes. Así que tenemos toda la historia a nuestro favor para poder estar ahora juntos y poder estar respetándonos, teniéndonos mucho cariño, feliz de estar con el Álvaro en la misma sala. Es increíble.

“Más que verbalizar, hay un momento en que nos miramos en el escenario y uno dice ‘puta, está sonando increíble’. Yo miro al Álvaro y siempre está en una parada de ‘ándate cabrito, la que te tengo guardada’. En el escenario, siempre es como ‘espérate no más’”.

17 DE OCTUBRE 2023 GRUPO MUSICAL LOS TRES EN ENTREVISTA PARA CULTO DE LA TERCERA FOTO PEDRO RODRIGUEZ

Roberto Lindl: Cuando volvimos a tocar en el show en Concepción, es como si hubiéramos dejado de tocar ayer. Nuestro carácter a la hora de tocar los instrumentos lo forjamos antes de grabar el primer disco, el segundo disco, tocando, ensayando. Me acuerdo que para grabar cualquier tema de cualquier disco, lo ensayábamos hasta el hartazgo, hasta quedar mareados. Entonces, en esa sala de ensayo se formó el grupo, nosotros. Se formó nuestro sonido. Aparte, la manera de componer es de Álvaro. Entonces fue como volver a subirse arriba de la bicicleta, volver a retomar ese sonido, porque también el sonido que tiene Pancho en la batería es único. Y esos fills que hace, él los inventó en todo este periodo, de hacer los discos, de ensayarlos, de lanzarlos, de hacer las giras, todas las giras a México que hicimos. Todo eso formó el carácter de este grupo. Entonces el otro día, arriba del escenario, era como retomar de donde quedamos no más. Era volver a retomar, aparte de la amistad, el sonido de nosotros.

-¿Se imaginan como The Rolling Stones, tocando juntos hasta los 80 años?

AH: Yo creo que sí, yo creo que a estas alturas ya sí, porque hay canciones nuevas.

-¿Hay canciones nuevas?

AH: Sí. Hay muchas cosas que tenemos que hacer todavía, muchas mezclas y muchos experimentos también. Lo que viene ahora para adelante con Los Tres, con las canciones nuevas, va a ser una crecida muy grande en cuanto a composición y arreglos. Creo que podemos hacer una música que vaya madurando también nuestro estilo. Entonces, yo lo veo como... sonamos tan bien los cuatro y nos entendemos tan bien, que está perfecto para hacer música nueva.

-¿Cuándo saldrían esas canciones?

AH: Mañana sale una. Y la otra sale pasado (ironiza).

-Estaremos atentos entonces.

AP: Vamos a tener un espectáculo on ice…

AH: Vamos a montar La Sirenita…

FOTO: PEDRO RODRIGUEZ

-Los quiero llevar al archivo. Año 1991, Sábado Taquilla, Álvaro Henríquez: “Vamos a ser el primer grupo en mucho tiempo que sea de calidad de verdad, buenas letras y buena música. El primer grupo de música popular en Chile que sea realmente bueno”.

AH: Exactamente. ¿Quién fue el genio que dijo eso? Totalmente. Esas palabras me interpretan muchísimo.

-¿Lo lograron es esos términos que prometían el año 91, ser el primer grupo de calidad en Chile?

AH :Yo creo que sí. Síííííí. O sea, de todas maneras.

AP: Yo creo que es fantástico que a esa edad la arrogancia con que uno…

AH: No, a esta edad también, jaja.

AP: No, por eso digo. Sí, pero es que es una arrogancia como madura. La de ahora es con todo el viaje que uno ha hecho. Claro, cuando es joven suena súper arrogante, pero también es real, porque las canciones avalan esa calidad. No cualquiera puede decir eso, pero cuando se vive en esta edad eso mismo, es súper especial y eso creo que es lo que está pasando.

-Más que arrogancia, ahora puede ser seguridad.

AH: Seguridad y arrogancia. Dejémoslo ahí, jaja.

AP: No vamos a desmerecer a todos los grupos maravillosos de este país, pero…

AH: No, pero hablemos de nosotros.

AP: Hablemos de nosotros (carcajadas).

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