“Divide la alondra y encontrarás la música”: Emily Dickinson, una isla en la poesía

“Divide la alondra y encontrarás la música”: Emily Dickinson, una isla en la poesía

Un rumor entre los árboles: poemas sobre naturaleza y pájaros, se llama una nueva antología publicada en nuestro país que compila parte de la obra de la notable poeta estadounidense. Publicado por la casa editora Alquimia, se trata de una edición bilingüe y con una traducción hecha en nuestra país, en una muestra más de la tendencia creciente en el mundo editorial chileno. De manos de editor y traductor, revisamos las claves de una poeta inmortal (y pariente de Taylor Swift).


Las biografías coinciden en algo: que vivió gran parte de su vida encerrada en la pieza que ocupaba en la casa de sus padres, en Amherst, Massachusetts. Puede parecer paradójico, pero en rigor, el universo de Emily Dickinson también abarcaba los jardines de la casa y las visitas que la frecuentaban. Yendo de la pieza al jardín, labró una vida dedicada a la escritura, su gran pasión. Y en esos ires y venires en un mundo -mediados del siglo XIX- que aún no conocía la electricidad y el diésel, sin duda el contacto con la naturaleza era mucho más directo.

Con los cañones de la Guerra de Secesión de fondo, Dickinson creó una obra poética original, con mucha intimidad y sobre todo muy poco convencional. Es muy difícil encontrar otro poeta similar a ella. Y eso que en el siglo XIX Estados Unidos tuvo una importante tradición de poesía, con Walt Whitman, Ralph Waldo Emerson, o Henry David Thoreau (y en el XX sumamos otros nombres igual de colosos, pero ese es otro tema).

Dickinson permaneció inédita gran parte de su vida. La mayor parte de su obra poética -cerca de 2 mil poemas- fue publicada posterior a su muerte, en 1886 (de hecho, la primera vez que se publicó un libro de ella recién fue en 1955, 69 años después de su deceso). En vida, solo alcanzó a ver 7 poemas suyos publicados en periódicos. Por lo tanto, no alcanzó a ver el fenómeno editorial en que se convirtió en nuestros tiempos, donde ha sido muy leída (incluso apareció el dato de que Taylor Swift es descendiente de ella). Tanto es así, que en 2016 se estrenó la cinta A quiet passion, una biopic sobre la poeta dirigida por Terence Davies, con Cynthia Nixon (“Miranda” de Sex and the city) en el rol de Emily Dickinson. Además, en noviembre de 2019, la plataforma de streaming Apple Tv+ estrenó la serie Dickinson, con la joven actriz Hailee Steinfeld (Bumblebee, Spiderman: un nuevo comienzo) en el rol principal.

Hailee Steinfeld es Emily Dickinson en la serie Dickinson de Apple TV+

Por supuesto, ha sido muy traducida al castellano, y hay buenos volúmenes en nuestro idioma que recopilan su obra. La mayoría traducidos en España. Pero también hay traducciones chilenas. Sí, con la ventaja de no contar con el argot peninsular que en la mayoría de los casos cansa a los lectores. Hoy, una compilación acaba de llegar a los escaparates nacionales. Un rumor entre los árboles: poemas sobre naturaleza y pájaros, y lo publica la casa independiente Alquimia Ediciones. Es una traducción bilingüe con traducción de Felipe Reyes y Matthias Molina. Por lo demás, una tendencia en el mundo editorial local que en los últimos años -y gracias a financiamiento como el Fondo del Libro- ha ido publicando más traducciones locales en lugar de solo recibir las españolas, que en su mayoría tienen los contratos y derechos de publicación de autores no hispanoparlantes. Eso ha ido cambiando.

Así, leemos por ejemplo: “Percibir un rumor entre los árboles / no tan llamativo -para el viento;/ una estrella -no tan lejos de ubicar- / no tan cerca -para ser encontrada”. O “Una fruta prohibida tiene eso / de lo que el legítimo huerto se burla / Cuan lascivo yace el grano dentro / con la raíz que amarra”. O “Qué misterio habita en un pozo! / El agua vive tan lejos- / una vecina de otro mundo / reside en una jarra”. O también, “Mi amiga debe ser un pájaro / porque vuela!”. Y también “Divide la alondra y encontrarás la música / bulbo tras bulbo, en plata enrollada / entregada de a poco las mañanas de verano / guardada para el oído cuando los laúdes sean viejos”.

Cynthia Nixon en el rol de Emily Dickinson y Jennifer Ehle como su hermana en Una serena pasión.

Guido Arroyo, poeta, valdiviano y director de Alquimia Ediciones comenta a Culto cómo llegó a toparse con la idea de elegir poemas de naturaleza y pájaros de Dickinson, como ella se topaba con zorzales, urracas o colibríes. “Buceando. La investigación es un área que me apasiona y gran parte de mi trabajo como editor ha surgido de esa forma. De ahí que, arrancando en el hermoso Herbario, empecé a indagar en sus poemas y bibliografía más de esas conexiones. Encontré una selección de poemas sobre pájaros y Felipe Reyes sugirió agregar un compendio de sus poemas sobre naturaleza que, además, tradujo con delicadeza”.

Felipe Reyes, por su lado, nos comenta sobre el trabajo de traducción: “Fue un proceso compartido: Mathias Molina ya tenía traducidos algunos poemas con el tema del libro, naturaleza y pájaros, pero no alcanzaban para armar un libro. Necesitábamos más, y ojalá sin traducción. Entonces, seguí esa línea de selección y traducción y así llegamos a los 38 poemas que están en el libro. Para mí, lo más complejo fue lograr que sonara bien el verso, que tuviera música, buscar soluciones a eso sin alejarse del sentido del original, y que, ojalá, no parezca una traducción”.

Una de las características de Dickinson es que solía usar mucho los guiones en sus poemas, pero Reyes asegura que eso fue un problema a la hora de traducir. “No necesariamente una dificultad, ya que los conservamos como en las versiones en inglés, ya que, para mí, operan como otras voces dentro del poema”.

¿Cómo podemos caracterizar la poesía de Dickinson? responde Arroyo: “Como una isla. Su vasta obra está plagada de poemas descriptivos y reflexivos, en general breves, que poseen una innegable belleza. La variedad de tópicos y sensaciones que abarca, la libertad total con que despliega su escritura honda y transversal al mismo tiempo resulta sorprendente. Creo que, en gran medida, se debe a que nunca aspiró a escribir como dictaban las tendencias de moda –tampoco quería estar de moda– sino escribir, cosa que para lo que hoy llamamos ‘campo literario’ suele ser algo casi irrelevante”.

También es una obra, en términos de sintaxis, muy experimental. La forma en que usa los guiones y encabalga los versos es rarísima. De hecho, en la edición nos dimos la libertad de romper en parte esa métrica ya rota, buscando que funcionara en español con la misma extrañeza que funcionó en su momento en el original”.

Un aspecto que Arroyo destaca en la poesía de Dickinson es que a pesar de ser poemas escritos en el siglo XIX, tienen bastante rebote con los tiempos actuales. “Destaco la actualidad de su voz. Las reflexiones ecologistas que enarbola. El modo en que insiste, mediante un despliegue de imágenes sutiles y bellas, en el carácter simbiótico de la naturaleza. La tenue distancia con que observa lo natural, mediante epifanías, lejanas a la raigambre occidental de describir/inventariar todo lo visto”.

“En definitiva, cómo insiste en que nosotres, en tanto individuos que vivimos –queramos o no– en comunidad, debemos guardar cierto respeto al mundo natural (qué mejor que cerrar citándola): “la Naturaleza es lo que oímos/ el pájaro cantor —el Mar—/ el trueno —los grillos—/ más aún —la Naturaleza es Armonía—/ la Naturaleza es lo que reconocemos,/ aunque nos falte la manera de expresar/ lo impotente es nuestro juicio/ ante su sencillez”.

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.