“He leído algunos poemas espantosos”: qué opinaba Borges sobre Gabriela Mistral y Pablo Neruda

“He leído algunos poemas espantosos”: qué opinaba Borges sobre Gabriela Mistral y Pablo Neruda

A pocos días de cumplirse el natalicio 135 de Mistral, y enmarcado en el Mes del Libro, recordamos las ácidas palabras que el escritor argentino tuvo para ambos poetas chilenos. Sobre todo con Neruda, con quien nunca tuvo un lazo amistoso. Al contrario.


El domingo 7 de abril se cumplen 135 años del natalicio de Gabriela Mistral, poeta chilena que en 1945 recibió el Premio Nobel de Literatura –incluso antes de recibir el Premio Nacional, que se le otorgó en 1951–. Así mismo, este año, en julio, se cumplirán 120 años del nacimiento de Pablo Neruda, quien también recibió el Nobel, en 1971.

Al otro lado de la Cordillera de los Andes, contemporáneo a los escritores chilenos, estaba Jorge Luis Borges, nombre mayúsculo de la literatura mundial cuya obra más célebre es El Aleph. Falleció en 1986, sin recibir el galardón sueco, a pesar de que estuvo en la competencia en varias ocasiones –el año en que ganó Neruda, lo hizo con un voto a favor, superando al argentino–.

A pesar de que cada uno tuvo un enorme reconocimiento por parte de los lectores y la crítica, existieron también desencuentros, distancia y diferencia entre todos aquellos referentes literarios. Y muchos otros.

Así lo deja ver Jorge Luis Borges en una entrevista con el destacado periodista y locutor argentino Antonio Carrizo. La dinámica del encuentro era que el entrevistador nombraba a autores de la época que, supuestamente, no eran muy queridos por el autor: “Personajes que son casi mitológicos para algunas personas, son para usted fácilmente rechazables”, explica textualmente el presentador.

Comenzó con el uruguayo Horacio Quiroga. “(El autor) no leía esos cuentos para ser leído atentamente, sino para ser recordado después. Esos cuentos cuestan cierto esfuerzo para leer, pero después uno los recuerda como algo fuerte”, responde Borges, sin demostrar en realidad un rechazo por los escritos del cuentista. Luego, la pregunta da una vuelta hacia Chile y le pregunta qué opina sobre Gabriela Mistral.

En un intento por esquivar la pregunta, cuestiona al mismo entrevistador: “¿Usted ha leído algo de Gabriela Mistral?”. Y continuando de manera evasiva, agrega: “Yo querría que alguien me citara algo, pero hasta ahora no he conseguido que alguien me cite un buen verso de este, Pablo Neruda. ¿Usted recuerda a alguno? Parece que nadie recuerda ninguno”, responde cambiando incluso de personaje.

Carrizo le hace notar su rodeo, y es en ese momento cuando menciona duros comentarios sobre la Nobel: “Gabriela Mistral era profesionalmente chilena, profesionalmente sudamericana y es por eso que gustó en Suecia, porque responde exactamente a la idea de que una escritora de Sudamérica. Tiene que tener sangre india, tiene que escribir de un modo experimental, tiene que ser morena, ella cumplió con esos requisitos, nada más. Pero la obra de ella la recuerdo bastante floja, de hecho no recuerdo ni una línea de ella”.

Continuando con lo anterior, retoma sus dichos sobre Pablo Neruda: “He hablado mucho tiempo bien de Neruda porque si no quedo como un envidioso”, inicia antes de una pequeña risa. “Realmente creo que no es para tanto Neruda, porque he leído algunos poemas espantosos”, sigue, y aludiendo nuevamente al entrevistador, le dice: “Usted no me va a creer, tiene poemas dedicados a la cebolla, a la lechuga, al apio. Pero bueno, mejor que (Vicente) Huidobro será, aunque tampoco está en un punto muy alto”.

Como se ha destacado a través de la historia, Borges y Neruda también habitaban mundos opuestos. Mientras el argentino era anglófilo, cerebral y un liberal de derecha, el chileno escribió sobre los americanos y era miembro destacado del Partido Comunista.

En rigor, nunca se quisieron. En su libro El canon occidental, el crítico Harold Bloom cuenta: “El humano Borges no iba a abrazar el estalinismo y el comunista Neruda afirmaba con desprecio que Borges no vivía en el mundo real, que estaba formado por obreros, campesinos, Mao y Stalin”.

A modo de ejemplo, Borges también se refirió así a Neruda en los años 70: “Neruda cambia de estilo y de tono en un poema, sin darse cuenta. Es un bruto. Empieza bien el poema sobre Walt Whitman porque sin duda le quedó en el oído el ritmo de versos de Whitman que estaría leyendo, pero después llega al disparate y de pronto se le llena de negros el poema, que se convierte en otro: en un poema contra los Estados Unidos”.

En la misma conversación con Carrizo, también le preguntan por la poeta Alfonsina Storni, aunque no emite muchas declaraciones, y se queda con citar un verso y comentar la comparación de “los inquilinos” y “las aves”, dejando en claro, la importancia que tenía para el autor recordar los escritos, lo que les entregaba valía.

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