Antes de entrar a la cancha del Centro Nacional de Alto Rendimiento, en Buenos Aires, la selección chilena juvenil de balonmano ya estaba clasificada al Mundial de Polonia, que se desarrollará en agosto próximo.

La meta, sin embargo, era superar a Argentina y quedarse con la medalla de plata en el Panamericano de la categoría, que se disputó en la capital trasandina, y ratificar así el gran nivel de juego exhibido en los juegos previos, donde las Lobitas habían sufrido sólo una estrecha derrota ante Brasil (23-26), el campeón. Lo demás, triunfos sobre Paraguay (26-22), Uruguay (27-13) y Perú (49-14).

Y pese al apoyo del ruidoso público argentino, las nacionales se impusieron por un contundente 20-11 (10-6 en el descanso), en un encuentro que se caracterizó por la presión ejercida por el septeto rojo hasta el último segundo del partido.