Cruzeiro recibe a la Universidad de Chile este jueves en Belo Horizonte, por la cuarta fecha del grupo E de la Copa Libertadores. Los brasileños, que marchan últimos en la zona, requieren un triunfo para seguir con vida. Por el lado azul, en tanto, que llegan al encuentro como sublíderes del grupo, el choque se anticipa como clave en su lucha por avanzar a los octavos de final del torneo continental y, también, para intentar dejar atrás la vergonzosa derrota por 6-1 a manos de Unión La Calera del pasado domingo.

Para el elenco de celeste, eso sí, el compromiso representa mucho más que sus posibilidades de seguir vivos en la Copa. Una derrota ante los laicos podría sentenciar el futuro del entrenador, Mano Menezes, cada día más cuestionado en su cargo por el bajo nivel que ha exhibido el equipo y por el pobre rendimiento que ha cosechado a lo largo del año. Así, por ejemplo, los dirigidos por el exentrenador de la selección de Brasil suman apenas una victoria en los últimos cinco compromisos. Además, acumula dos caídas en fila en el inicio de la Serie A brasileña y ya completa tres encuentros sin anotar. "Cruzeiro vive su peor momento del año", asegura este lunes el diario Globo.

Durante este lunes, el técnico se reunió con el plantel, el inicio de la preparación para el choque ante los estudiantiles. La cita, consignan distintos medios brasileños, sirvió para que los jugadores se juramentaran a obtener un buen resultado que les permita superar el complicado momento que atraviesan. "Hay distintas situaciones que se han conjugado para que estemos como estamos. En Chile hicimos un correcto partido, pero tampoco nos alcanzó para ganar. Intentaremos hacernos fuertes en casa porque, además, la victoria es necesaria para nosotros", expresó el entrenador de un equipo que, ante la U, espera lavar todas sus heridas.