Johnny Herrera salva a la U. Le obsequia el punto a su equipo ante Racing, en el Nacional. El arquero también rescata a Guillermo Hoyos, su técnico, que no supo leer el juego, que se quedó corto en el plan B y que, simplemente, mostró falta de oficio para llevarse un partido que terminó jugando con un hombre más por casi 30 minutos.

Un duelo de Copa Libertadores. De esos de verdad. De pierna fuerte, tensión y con maña. Un partido apretado, en el que cualquier error se paga. Eso disputaron Universidad de Chile y Racing por el Grupo 5 de la Copa Libertadores. No pudo ser mejor el inicio del local, con la inspiración de siete triunfos consecutivos (seis en el torneo local y uno en la Copa), hicieron ver mal a los argentinos. Sin ser infinitamente mejores, pero sí con la inteligencia necesaria para incomodarlos.

Laboriosos, también, con Pinilla como el primer quitador. Con Soteldo corriéndolas todas y con Araos apareciendo a chispazos. Sólo faltaba que Pizarro despertara, descolocado posiblemente por la alta intensidad del juego. Su pausa, tan necesaria a la hora de aclarar partidos, nunca llegó.

Se vio ahogado el porteño. Y curiosamente eso benefició a la U para abrir la cuenta, porque después de ejecutar un córner que terminó en un contragolpe de la Academia, el volante se quedó pegado en zona de ataque, tomando aire. Por eso estuvo ahí, en el momento y lugar preciso para cerrar un rápido ataque estudiantil a los 10 minutos, provocada por el robo de Pinilla, un pelotazo de Jara, un carrerón y pase de Araos y el remate cruzado de Soteldo.

Fiesta total. El coliseo de Ñuñoa, con asistencia récord para el año, se volvió un solo canto. Lo malo es que la conquista de Pizarro hizo despertar a los transandinos. La banca visitante ordenó presión alta, molestar la salida y los tres centrales azules (Vilches, Echeverría y Jara) comenzaron a fallar con peligrosa frecuencia.

Apareció también Lautaro Martínez. Siempre inquieto, atento a cualquier espacio y haciendo jugar a sus compañeros, a la espalda de Lorenzo Reyes, quien debía cubrir mucho espacio por la falta de movilidad de Pizarro. No fue el delantero, sin embargo, quien decretó el empate. Ese honor le tocó al defensa Alejandro Donatti, a través de un tiro libre a los 23'. Culpa de la barrera, culpa de Matías Rodríguez, que se abrió justo para que la pelota se hiciera imposible para Herrera.

La U sintió el golpe. Martínez y Centurión tuvieron el segundo de Racing. La zaga estudiantil tembló, por nerviosismo, y celebró aguantar el 1-1 hasta el descanso. El equipo de Hoyos entró en el complemento con ímpetu. Pinilla provocó el lucimiento de Musso y minutos después, elevó de zurda. Y tal como en el lapso anterior, Racing tomó el control del juego. Partió al cuadro azul: siete defendiendo y tres atacando a lo que salga.

Johnny se transformó en el héroe. Sacó un mano a mano con Cardozo y luego realizó su tapada más notable, instintiva también, tras el remate a quemarropa de Nery Martínez. La rozó justo para que se desvíe al travesaño.

La roja a Diego González (doble amarilla) alivió mucho la tarea nacional. Pero Hoyos no atinó ni se la jugó. Ni siquiera con uno más buscó un cambio de idea. Entró Isaac Díaz, sí, pero a jugar al choque. Y el otro cambio recién llegó en el minuto 94, cuando se la jugó con Guerra por Vilches. Se la jugó exactamente por 30 segundos. Y aún así, al juvenil olvidado le dio tiempo a cabecear una.

¿Má s opciones de gol? Casi ninguna. Fue por eso que al final el local debió conformarse con el empate, lejos del escenario ideal. Al menos sirve para sumar cuatro unidades en un grupo muy competitivo. Ahora viene Cruzeiro, en Santiago. Ahí, ni la U ni Hoyos pueden fallar.