El Comité Olímpico de Chile dio a conocer ayer a los 11 deportistas que serán beneficiados con la beca Tokio 2020, que entrega el Comité Olímpico Internacional a los atletas con opciones de clasificar a la próxima cita de los cinco anillos. Se trata de $6.450 dólares anuales, a contar de enero de este año hasta los Juegos Olímpicos del 2020, además de un monto de $5.000 dólares para usar en viajes durante todo el proceso.

Y los seleccionados fueron caras reconocidas, algunas más que otras. Entró el golfista Joaquín Niemann, el judoca Thomas Briceño, el karateca Rodrigo Rojas, los pesistas María Fernanda Valdés y Arley Méndez, las remeras Melita y Antonia Abraham, el arquero Ricardo Soto, el surfista Guillermo Satt, el tenista Nicolás Jarry y el velerista Clemente Seguel. Todos ellos con clara opción de representar al país en Japón, algunos incluso con experiencia olímpica.

Y pese a la buena noticia, de inmediato surgieron los cuestionamientos, pues en la lista, nombres como la ciclista Catalina Soto, ganadora de dos oros en Santiago 2017; el lanzador de peso Claudio Romero, campeón mundial junior en Kenia, o la fondista Laura Acuña, campeona en los 800 y los 1.500 metros de los Juegos de la Juventud Santiago 2017, fueron algunos de los nombres que, por proyección, pudieron estar.

La entidad olímpica nacional explica así el proceso: "Las federaciones postularon a un total de 48 deportistas. De ese total, el COCh priorizó 11 postulaciones, las cuales fueron enviadas al Comité Olímpico Internacional para su aprobación. Ésta, además, pasa por le Federación Internacional de cada disciplina, quienes avalan el nivel técnico del postulante. Así, finalmente Solidaridad Olímpica del COI tomó la decisión final sobre a quiénes se les otorga esta beca".

De acuerdo al COCh, los requisitos para la selecciónconsistieron en ser una opción clara y justificada técnicamente de clasificación a los 2020, poseer además una edad que permita proyectarlos a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y tener buenos resultados deportivos a nivel de logros y marcas técnicas. Además, se dio prioridad a deportistas que nunca han tenido becas.

Bajo esa perspectiva, ni Soto ni Acuña cumplían con el requisito principal. "Por el sistema de clasificación, Catalina no puede proyectarse a Tokio, porque llegaría justo con la mayoría de edad", explica Miguel Vidal, gerente técnico de la Fecichile. Lo mismo ocurriría con Acuña.

Sin embargo, Romero, el campeón mundial de lanzamiento del disco, sí es una clara opción de clasificación. Lo cierto, sin embargo, es que fue la propia Fedachi quien no lo postuló. Marco Antonio Verni, su gerente técnico, lo explica: "Para los Tokio, Claudio recién será juvenil, no serán sus Juegos, por eso desestimamos postularlo". El martillero Humberto Mansilla y el medio fondista Carlos Díaz fueron los seleccionados por el ente atlético, desestimados por el COCh. "No lo entendemos mucho. Cumplen con todos los requisitos y están en su mejor momento", explica Verni.

El COCh, en cambio, no quiere desconocer a nadie. "Que haya deportistas que no fueron seleccionados no quiere decir de ninguna manera que no sean relevantes para el deporte chileno", explican.

María Fernanda Valdés, campeona mundial en de levantamiento de pesas, agradeció el estímulo. "Es una ayuda importante y que se va a mantener hasta Tokio y eso es relevante, ya que así uno puedo trabajar tranquilo la preparación para los Juegos", señaló.

El incentivo sólo consideró a deportes individuales, no de equipo. "Entre los requisitos se incluyó que su proyección fuera tanto para Tokio 2020 como para Santiago 2023. Además, la prioridad fue para deportistas que no hayan recibido este tipo de becas en el pasado", recalca el COCh.