El partido entre el Stuttgart y el Wolfsbugo (1-0) estuvo a punto de hacer que el fútbol cobrase otra víctima. Tras un golpe casual de Koen Casteels, arquero visitante, a  Christian Gentner, capitán de los locales, este último quedó tendido en el suelo y se tragó la lengua.

Si no es por la rápida intervención de Raymond Best, médico del equipo, el jugador pudo haber muerto. Tras el partido, Hannes Wolf, entrenador del afectado, afirmó: “Realmente fue un choque muy fuerte y probablemente tenga algunos huesos rotos, pero el médico dice que se recuperará completamente”.