Natalia Duco (29) sonríe como lanza, con una facilidad pasmosa. Se siente feliz -dice- en todas las facetas de su vida, y eso se refleja en el foso. Apenas una hora después de colgarse su cuarto oro sudamericano consecutivo y de someterse a un largo control antidoping, se encuentra con La Tercera en las instalaciones del escenario de su última gesta: "No vine a hacer una marca, sino a ganar, pero salió mi segundo mejor lanzamiento del año. No sabes cómo la vida te sorprende".

¿Cómo se siente un deportista con cuatro oros sudamericanos?

La primera emoción que viene es la felicidad, la satisfacción y un sentimiento de que todo ha merecido la pena. No es fácil estar casi 16 años manteniéndose en el primer lugar.

El suyo era un oro seguro en todas las quinielas. ¿Una responsabilidad demasiado grande?

No, me gusta esa presión. Eso significa que creen en mí. Más me preocuparía si no me pusieran un pronóstico de oro. A mí me hacen muy bien esos pronósticos. Pero no hay que confiarse. Ninguna medalla puede darse por ganada antes de tenerla colgada del cuello.

Se supone que la altitud favorece a los lanzamientos. ¿Lo sintió?

O sea, en el calentamiento uno se siente más ahogado; tuve que hacerlo más corto. No hice adaptación a la altura, no hice nada, porque obviamente mi prueba no es de fondo. Pero yo no sentí mucha diferencia en el lanzamiento.

Bate marcas, suma oros... ¿en qué punto de su carrera se encuentra?

Estoy contenta por el momento de mi vida como ser humano, en el que estoy espiritualmente, la madurez como deportista, cómo estoy físicamente, cómo he superado lesiones, la relación con el equipo... Todo se ha unido y el resultado es natural. Ha fluido y estoy en mi mejor año.

¿Los récords son un estado de ánimo, entonces?

Es el resultado de todo. Algo más profundo. Cuando todo eso se une, hay confianza interna. Y va de la mano con que estás bien físicamente, has trabajado bien la técnica y te sientes feliz, tranquila, confiada, segura de lo que estás haciendo con tu vida. Porque esto es mi vida.

¿Cómo es ese punto espiritual?

Cuando uno lanza, grita y transmite una energía. Uno empuja, un fuá, no sé cómo expresarlo. El Chi que dirían los chinos. Esa energía intangible, que no podemos tocar y me ha caracterizado y ha sido mi mayor talento. A lo largo de los años, he tenido muchos fracasos y muchas victorias que han desarrollado mi madurez, mi fuerza y la seguridad en lo que hago. Y ese fuego interior crece, crece, crece y crece y te hace estar parada más firme.

Es usted atleta, pero también pintora y filósofa.

Soy inquieta intelectualmente.

¿Y eso ayuda a su rendimiento?

Sin duda, te empuja a saber más. A interesarte por la ciencia del deporte, a saber de la filosofía de la vida, a preguntarte cómo ser mejor, dónde estudiar, qué pintar... esa inquietud te empuja. No puedo estar acostada en mi cama. Algo de adentro me dice: "Natalia, párate, puedes más, hay más que descubrir".

¿Qué tienen de la filosofía y de la pintura esta medalla?

Todo, lanzar es la expresión más pura de lo que soy yo. Yo me siento desnuda en el foso y ahí es donde transmito mi fuerza más interna. Entonces lanzar es exteriorizar lo que son en mi interior, plasmarlo en el mundo material.

El Team Chile ha superado hace rato la meta fijada. ¿Ha habido un cambio en la mentalidad?

Sí, ha habido un cambio en la mentalidad. La confianza se gana haciendo. Y creo que este camino de ir ganando es lo que da la confianza. En mi caso, mi entrenadora cubana y mi mentalidad, me ha dado esa confianza. Pero no sólo a mí. Tomás González, Bárbara Rivero, Kristel Kobrich, Nico Massú, Fernando González hemos sido un poco punta de flecha en esta mentalidad, excepciones a una mentalidad antes mediocre. Pero hoy ya no somos las excepciones a eso, algo ha cambiado. Hay un nuevo espíritu en el Team Chile que hace a los chilenos pararnos más fuertes y de igual a igual a este nivel sudamericano. Y lo hemos demostrado.

¿El inicio de una nueva era?

Sí, estoy segura. Es el momento de hacer un llamado al Gobierno para que apueste más por nosotros. Hemos demostrado con hechos y queremos que nos respondan con confianza. Y que esa confianza se traduzca en un aumento del presupuesto al alto rendimiento. Si nos podemos preparar mejor, vamos a batallar mejor. Tenemos ganas, personalidad y resultados, pero queremos más. No nos queremos quedar en el quinto lugar. Yo por lo menos, no me conformo. No tengo esa mentalidad del chileno, porque el chileno es quinto sudamericano. Yo quiero ser la mejor del mundo y no puedo tener esa mentalidad. Pero necesitamos que se respalde con apoyo concreto.

¿Es un espejismo este resultado?

No, es el fruto del trabajo personal de los deportistas y de un proceso de país que ha mejorado, pero falta.

¿Cíteme algunos nombres propios del Team Chile en estos Juegos?

Lo que más felicidad me dio fue la solidez de los históricos, de los que nunca fallan. El oro de Tomás es un orgullo, un gallo que no falla. Yo de nuevo me paré y gané. Kristel de nuevo ganó, Bárbara ganó, los líderes de delegación no fallamos. Y después viene esta nueva generación, encabezada por supuesto por el remo, al que se ha apoyado mucho y está respondiendo. Pero también hubo medallas en lucha, taekwondo, tiro. Mucha gente que está saliendo y está empujando.

Hay recambio, entonces

Es que el Team Chile no son cinco deportistas. No tenemos que ser cinco campeones, tenemos que ser 50 campeones para que haya 50 medallas de oro. Esa es la idea.

¿Tokyo es la meta?

Es la meta. Siempre. No hay nada más desafiante, importante y ambicioso que unos Juegos Olímpicos.

¿Qué nota le pone al Team Chile?

Un seis sobre siete.