Dicen por ahí que si puedes soñarlo, puedes lograrlo. Y, en ese sentido, Alexis Sánchez, de 29 años, es la prueba empírica. Aquel niño que alguna vez sólo podía imaginar ser profesional es, desde ayer de forma oficial, la flamante incorporación del Manchester United, uno de los clubes más importantes del orbe. No es sólo un discurso. Sánchez siempre soñó con jugar en los Diablos Rojos. O eso explicitó ayer en su primera entrevista como jugador del club. Repitió lo que le decía a sus amigos de niño en su natal Tocopilla, cuando no había ni zapatos, la cancha era polvorienta y los arcos de piedra.

La operación se cerró al fin ayer. Alexis llega al United para ganar US$ 22 millones al año de sueldo. Y el armenio Mkhitaryan hace el viaje contrario, rumbo al Arsenal.

Pero antes de la oficialización, y de que su nuevo club lo anunciara luminosamente con un video en el que aparece tocando el piano, el formado en Cobreloa debió lidar con una larga espera. Además de soportar todas las críticas y comentarios que surgieron desde muchos sectores por cambiar Londres por Manchester, en un movimiento que los más osados se han empecinado en ver como traición.

"Hay personas (ex jugadores del club) que han hablado sin conocimiento de lo que ocurre en la interna y causan daño", escribió Sánchez en redes sociales, en clara alusión a esos críticos. "Debo decir que siempre me entregué al ciento por ciento, hasta el último día", insistió, como para que no quedaran dudas.

El chileno se mueve por convicciones y, al menos según él, el dinero es secundario. "Me acuerdo de una vez que hablé con Ferguson. Hablamos más de veinte minutos. A él le dije que mi sueño era estar algún día aquí, en el Manchester United. Cuando tuve la posibilidad de venir ahora, miraba el escudo y se me ponían los pelos de punta", respondió al sitio del club, cuando le consultaron sobre sus motivaciones de cara a los nuevos desafíos.

La de ayer fue una jornada agitada para el tocopillano. Pese a tener todo acordado con su nuevo equipo, debió viajar a primera hora hasta Liverpool para, en la Oficina de Inmigración, recibir todos los permisos y visas laborales correspondientes. Sólo después de la burocracia, el club se animó a anunciarlo como el gran fichaje bombástico del invierno europeo, poniendo fin a una historia que sumó muchos capítulos.

El extremo deja al fin el Arsenal, equipo que nunca sintió a su altura y en el que, a pesar de su esmero, no logró la consolidación que anhelaba. La misma que ahora espera sí poder concretar en su nueva casa, a la que llegó con la ilusión renovada. "Acá se puede conseguir todo. Y vine a eso. Quiero la Premier, la Champions y todo lo que venga", expresó, develando quizás sin saber, la frustración que arrastra desde los gunners. Y poniendo de manifiesto, una vez más, su insaciable hambre de gloria. "El club me motiva mucho. Siempre me llamó la atención. Estoy cumpliendo mi sueño de niño, lo digo de corazón. Estoy muy contento. Espero ser feliz en el Teatro de los Sueños", insistió, a modo de declaración de intenciones.

No habrá tiempo para adaptaciones prolongadas o puestas a punto. La trascendencia del traspaso, así como las enormes expectativas, obligan a una rápida aclimatación y a un buen rendimiento inmediato.

El más grande de Inglaterra se pone en manos -y pies- de un chileno. Ese mismo que ha sido puntal de la generación dorada, actor principal de los mejores pasajes de la historia de la Selección Nacional y que ha sabido llevar la bandera chilena por las principales canchas del mundo.

El Niño Maravilla, ya devenido en hombre, ahora espera su debut, que podría ser esta misma semana en Copa FA o ya el próximo 31 de enero ante Tottenham, en liga.

Como sea, él parece listo y dispuesto para seguir escribiendo su historia. Esa que ahora inicia su capítulo dorado. Alexis Sánchez, el niño que cumplió su sueño.Y a buen precio: US$ 22 millones líquidos al año. El futbolista más caro de la Premier League. El deportista chileno mejor pagado de todos los tiempos.