Sebastián Piñera (67 años) recibe a eldeportivo en un inmenso jardín a las puertas de una inmensa residencia. Además de explicar los detalles de la política que pretende aplicar en el deporte, se anima a bajar al suelo sus gustos y sus experiencias como espectador (de fútbol, sobre todo) y practicante masivo. A saber: fútbol (delantero), baloncesto, tenis, esquí, buzo, escalador de montañas, ciclismo, parapente, paracaidismo...

¿Su programa se ha fijado en algún modelo exterior?

Hemos estudiado las experiencias de muchos países. Colombia, Canadá, México, que fueron anfitriones de Panamericanos. También lo que hizo Londres. Yo soy amigo de Sebastian Coe, que estuvo a cargo de los Juegos 2012. Conversé mucho con él, lo visité. Y también miramos al Plan Ado de España 92. Le dio una cosecha de medallas impresionantes, pasó a potencia mundial.

Los Panamericanos 2023 son la meta. ¿No llegar a cuántas medallas ahí habrá que llamarlo fracaso?

En los Juegos de la Juventud, Chile logró el cuarto lugar, una gran posición. Antes fue séptimo. Queremos que Chile esté entre los grandes de Sudamérica, con Brasil, Argentina, Colombia y Venezuela. No hemos cuantificado el número de medallas. Cuando tengamos claridad, vamos a poner una meta. Porque cuando uno asigna recursos públicos y se fija una causa, tiene que haber metas y personas que se comprometan con ellas. Van asociados los derechos y deberes de los deportistas de entregar lo mejor de sí mismos y alcanzar sus mejores rendimientos.

Los deportistas se quejan de no recibir el dinero a tiempo.

Sí, debemos facilitar la entrega de esos recursos para que no haya tanta burocracia y pérdida de tiempo. Y por eso creamos el Ministerio del Deporte, para darle una institucionalidad de mayor tamaño, estatus. Y tenemos que mejorar la eficiencia con que funciona el aparato estatal en deportes. Ahora se ha producido un conflicto grave entre el ministerio y el IND. Por ejemplo, en las regiones hay un Seremi del ministerio y un director del IND, que a veces se hacen la vida imposible el uno con el otro.

¿Piensa refundar el IND o dejar una sola estructura?

Normalmente, la institucionalidad chilena tiene un órgano que fija las políticas y las metas; y otro que ejecuta. Así ocurre en muchas organizaciones públicas. Pero en este caso ha habido muchos problemas. Así que estamos revisando la institucionalidad para que la coordinación sea mejor y evitar que perjudique a los deportistas y al deporte.

En la búsqueda de medallas para 2023, ¿qué papel tendrán los extranjeros? ¿Facilitará nacionalizaciones o privilegiará eso de la sangre pura?

Esto no discrimina contra los inmigrantes. Los hijos de inmigrantes que quieran practicar deporte en Chile van a tener los mismos derechos que los chilenos. Y tal vez puedan surgir grandes estrellas, que si quieren adoptar la nacionalidad chilena, puedan fortalecer nuestro deporte. Pero también queremos que nuestros deportistas salgan fuera de Chile, se acostumbren a la competencia internacional, conozcan otros deportistas... Y traer entrenadores extranjeros. Ahí sí podemos adquirir experiencia, conocimiento, saber cómo se hace en los países con gran desarrollo deportivo.

¿Aparte potenciará traer grandes competiciones a Chile? ¿Traerá de vuelta el Dakar?

Ya organizamos los Odesur, que fue un gran éxito. Y nos permitió sentar las bases en infraestructura y en capacidad organizativa para postular a los Panamericanos. Respecto al Dakar, que se fue de Chile, estamos en conversaciones con los organizadores, que quieren volver. Nos están planteando alternativas. De hecho, partiría en Chile. Si vuelve, vamos a ser cuidadosos para que no afecte a nuestro patrimonio arqueológico y cultural. Hubo problemas en el pasado en esa materia.

En su programa no aparece la palabra fútbol. ¿No entra en sus planes tocarlo?

Por supuesto que es el deporte más popular chileno. Pero tenemos claro que tiene su propia administración. La Federación, la ANFP, que es parte de la Conmebol y la FIFA. Sin duda nos interesa tener un fútbol profesional sano, financiera y deportivamente. Que la competencia motive y entusiasme. Nada genera más pasión, compromiso, alegrías y penas que el fútbol. Y sí nos preocupan varias cosas.

¿Cuáles?

Uno, la violencia en los estadios. A pesar de los esfuerzos, la ley de Estadio Seguro no ha logrado hacer volver al público a los estadios. Las familias se retiraron del fútbol, porque no encontraban ahí la tranquilidad y la seguridad necesarias. Y vamos a poner ahí mucho énfasis en recuperar el fútbol para la familia chilena y sacar a los delincuentes de los estadios. Aplicar con mayor eficacia y perfeccionamiento la ley de Estadio Seguro. Y otro tema general es que vamos a ser implacables en materia del control del doping. El doping y el deporte son totalmente antagónicos y contradictorios.

¿Y el tema dirigencial del fútbol no le preocupa? Ha contribuido mucho a manchar la imagen de Chile.

El escándalo que significó la corrupción en la Conmebol y en la FIFA mostró que eso estaba podrido. Erradicar ese cáncer de la corrupción es absolutamente fundamental. Yo tengo confianza en que un hombre como Arturo Salah está haciendo un esfuerzo por limpiar y hacer más transparente y proba la administración del fútbol en Chile. Porque puede que requiera reformas. Pero la FIFA tiene sus propias reglas. Y amenaza.

¿Entonces no intervendrá?

No creo que el Estado deba intervenir en el fútbol profesional. Debe tener su propia institucionalidad. El Estado debe velar que funcione con transparencia y honestidad, pero no debe intervenir. Cada vez que los estados quieren intervenir el fútbol, terminan politizándolo. Y no es bueno.

¿La Roja debe ser de 32 presidentes o de los chilenos?

La Selección depende de la Federación, no de la ANFP. Y por tanto, le pertenece a todos los chilenos y está bajo la tutela de la Federación.

A Bachelet, la Roja le hizo ganar popularidad. Los jugadores pedían que fuera a los partidos, Vidal la invitó a la boda. ¿Lo mira con envidia?

Me parece muy bien que los presidentes tengan sus preferencias. Todos los presidentes hemos sido hinchas de la selección chilena. Pero hay que mantener una cierta autonomía e independencia. Si yo soy Presidente, La Moneda siempre va a estar abierta para recibir a los futbolistas y deportistas chilenos que tengan éxito. Es un muy buen ejemplo para las generaciones jóvenes.

Si usted es presidente y un jugador de la Roja choca en estado de embriaguez durante la concentración, ¿llama para que se quede, para que se vaya o no llama?

El día en que el gobierno y el Presidente empiecen a poner y sacar jugadores de la selección, vamos a estar en un mundo peor.

O sea, mirará para el lado…

No hay que mirar para otro lado, hay que respetar la autonomía que tiene el fútbol. Lo que tiene que hacer el Gobierno es velar porque sus organismos tengan una legislación y un marco jurídico que garantice que van a obrar con inteligencia, criterio y, sobre todo, honestidad y transparencia.

¿Lo de Bielsa perjudicó su popularidad?

Es posible, es posible que perjudicara mi popularidad. Recuerdo que la selección visitó al Presidente en La Moneda y fue Bielsa. Y Bielsa no saludó al director de Deportes al entrar. Y cuando pasó frente a mí, lo forcé a que saludara al Presidente de la República, porque era el dueño de casa y representante de todos los chilenos. Y él lo hizo y está grabado. Pero ya es historia.

¿Le gustaría que volviera a ser el Seleccionador?

Eso ya es historia. A mí me gustaría que tengamos por fin un entrenador chileno de la selección chilena. Hemos tenido puros extranjeros.

¿Pellegrini es buen nombre?

Yo creo que Pellegrini es un hombre que tiene muchas cualidades para ser el entrenador de la selección.

¿Eso no se contradice con lo de traer entrenadores extranjeros en otros deportes?

No, porque en muchos deportes no tenemos conocimiento, estudios, capacidad ni experiencia. Como atletismo, natación, vóleibol… Pero en el fútbol, obviamente hay chilenos capacitados para ser buenos entrenadores de la selección.

¿De verdad le gusta cómo se juega en el fútbol chileno?

Me gustaba mucho como jugaba la Selección.

Con técnicos extranjeros.

Con algunos jugaba muy bien; con otros, no tanto. Recuerde que casi todos son extranjeros. Digo que me gustaría que la selección tuviera algún día un entrenador chileno que fuera tan bueno como los extranjeros y nos permita revivir esta década dorada que tuvimos con esta generación. Entre paréntesis, cuando fui director de Colo Colo…

¿Qué pasó?

Estaba con un grupo de amigos viendo la televisión, cuando aparece el síndico de quiebras, diciendo que Colo Colo iba a quebrar y podía desaparecer. Y yo ahí les propuse que por qué no hacíamos algo distinto. Como una aventura, en el buen sentido de la palabra, que era involucrarme con Colo Colo, sacarlo de la quiebra y revivir las glorias. Y lo hicimos. Cuando tomamos el control, tenía muchas deudas y nos encontramos con que no podíamos comprar jugadores. Y por tanto tuvieron que jugar jóvenes. Entre los que estaban Bravo, Alexis, Vidal, Suazo, Matías Fernández, Valdivia. Una generación que fue el pilar de la selección. Y ganamos cuatro campeonatos seguidos y fuimos vicecampeones de la Copa Sudamericana.

Estuvo en Colo Colo, pero su corazón es de Católica.

De niño, hasta bien crecido.

Eso es un transfuguismo que ni en política se da.

No estoy de acuerdo con eso. Dígame una cosa, ¿Es casado? ¿Tuvo novias antes? ¿Y les tiene cariño?

¿O sea para usted un equipo de fútbol es una novia?

Le estoy diciendo que uno puede tener en la vida, amores. Yo le tengo un tremendo cariño y respeto a la Católica, pero también aprendí a querer a Colo Colo.

¿Católica fue una novia y Colo Colo, su mujer?

O al revés. Póngalo como quiera. A los dos les tengo cariño y respeto. Nunca me va a escuchar mal ni de Católica ni de Colo Colo. Entonces, esta idea de que uno no puede tener amor y cariño por dos equipos, no la comparto.

O sea, en fútbol es bígamo.

También me encantan equipos extranjeros, que sigo con dedicación. El Real Madrid, desde Zamorano. Y tengo mis preferidos en Argentina, Perú, Brasil, en todos lado.

En Argentina, ¿Boca?

River.

En Inglaterra, ¿Arsenal?

No, el Manchester City.

En Francia, el Lille, claro.

Ahí jugó Ignacio Prieto. Me gusta mucho el PSG.

Cada vez el Nacional tiene menor capacidad. ¿Planea hacer algún cambio?

Algunos piensan que hay que construir un estadio del Siglo XXI. Y nosotros lo pensamos, en Parque O'Higgins. Los estacionamientos están hechos, está la explanada donde se hace la Parada Militar y hay un espacio que no tocaba ningún árbol y que podía ser. Pero nos encontramos con mucha oposición del alcalde de la época. ¿Y qué hacemos? ¿Seguimos metiéndole plata a un estadio que va a cumplir 100 años o hacemos un estadio del Siglo XXI, con las tecnologías y modernidad de los tiempos actuales?

¿Se abre a esa posibilidad?

Es una idea. Esto lo trabajamos con el arquitecto Gonzalo Mardones y nos hizo un proyecto de un estadio nuevo. En esa época se estaba remodelando Wembley y vimos cómo era la lógica moderna de los estadios, más integrados a la ciudad, con comercio y servicios. Preparamos un proyecto, pero meses antes de asumir nosotros, el gobierno anterior hizo una remodelación del Nacional, que no cumplió con su objetivo. No sólo no lo modernizó de verdad, sino que redujo el aforo de 65 mil a 47 mil.

¿Se cumplió el objetivo con las SADP?

A mí, como senador, me tocó presentar el proyecto. Antes nadie asumía nada. Y los dirigentes llegaban, hacían sus barbaridades y se iban sin ninguna responsabilidad. El modelo, sin que sea perfecto, funciona mejor que el caos que teníamos antes con dirigentes absolutamente irresponsables, que lo único que hacían era quebrar a los clubes. ¡Cuántas veces el Estado tuvo que financiar el hoyo del fútbol chileno a través del Banco del Estado y múltiples mecanismos!

¿Mira con preocupación o atención la pelea por comprar el Canal del Fútbol?

Lo sigo de cerca, porque conozco mucho a Jorge Claro, que fue el que inició ese proyecto. Pero no es un tema en que pretenda intervenir.

¿Cuál sería el perfil de su ministro del Deporte?

Me encantaría un hombre que ame, respire, vibre, se emocione con el deporte…

¿Un hombre o en genérico?

Mire, cuando se dice que Dios creó al hombre, también creó a la mujer.

¿Ya tiene el nombre?

No. Tiene que ser una persona que sepa además de gestión. Ojalá un gran deportista. Son muchos los requisitos y tenemos algunos candidatos. Pero hay una regla de oro: un presidente no habla de ministros mientras no está electo.