Chile comienza con victoria su camino para volver a meterse entre las 16 mejores selecciones de la Copa Davis. Alejandro Tabilo (54° ATP) consiguió una victoria clave en la serie ante Perú al derrotar por 4-6, 6-2 y 6-1 al número uno de los visitantes, Juan Pablo Varillas (87°). Ahora, vendrá el turno de Nicolás Jarry quien tendrá la chance de prácticamente concretar la clasificación a las Finales del torneo más importante de países.

La primera llave de la serie era la gran apuesta de Nicolás Massú. El capitán nacional se la jugó por dejar fuera del singles a Christian Garin, jugador emblema de sus diez años al mando del equipo chileno, para confiar en el gran momento de Tabilo, quien llegaba a Santiago como 54 del mundo y flamante campeón del ATP 250 de Auckland que se disputó sobre cancha dura.

Aquellos pergaminos dejaban al nacido en Toronto como gran favorito en la previa. Enfrente eso sí no estaba un rival fácil. Durante los últimos años el peruano se ha posicionado como uno de los jugadores más fuertes de Sudamérica. Y aunque su superficie favorita es la arcilla, sobre canchas duras también ha logrado buenas impresiones.

Por eso no fue sorpresa que al arranque se viera muy cómodo sobre la nueva pista del Estadio Nacional, la cual fue certificada por la Federación Internacional de Tenis (ITF) como Categoría 2 (medía-lenta). Una velocidad mayor a Indian Wells, pero menor al US Open y Australian Open.

El peruano sin mostrar un tenis espectacular fue capaz de contener al chileno, quien no encontraba el ritmo ni los golpes. De hecho, esa sensación pasó factura en el sexto juego, ya que llegó el primer quiebre del parcial. Castigo mínimo pero que fue suficiente para definir ese primer set. Varillas jugó con marcador a favor y cerró por 6-4 en menos de una hora de partido.

Fue un golpe para el público, pero no para Tabilo, quien retornó a la cancha cambiado. Fue un giro total en el partido, tanto por marcador como por actitud. El 54 del mundo dio un paso adelante y comenzó a conectar los golpes. Más velocidad en los servicios y más golpes ganadores le dieron rápidamente la ventaja. Varillas por su parte comenzó a verse hundido ante el juego agobiante del nacional, quien cosechó quiebres en el segundo y octavo juego. El último, definitivo. Lo consiguió tras dos errores no forzados del peruano, quien estaba evidentemente complicado.

Un giro de 180 grados que metió a Chile de lleno en el partido. Las sensaciones eran 100% positivas. Jugador, capitán y público hacían su trabajo. Todos sabían lo necesario que era sumar el primer punto de la serie, principalmente por el estatus de Varillas, quien por escándalo es el jugador con más pergaminos de Perú. Quitarle un punto al número uno podía ser vital.

Y esa presión la sentía el visitante, quien en su primer saque de servicio en el tercer set la pasó extremadamente mal. Tuvo que salvar tres puntos de quiebre para seguir con vida. Pese a que mantuvo su saque, no era difícil percibir que todo pintaba a favor de Jano.

Fue por eso que el castigo no demoró en llegar. Varillas intentó mantener las formas en su segundo juego de servicio, pero ya no tuvo suerte. Quiebre a favor de Tabilo, quien celebró con fuerza. Los 4.000 presentes replicaron los festejos. La sensación ya era de total confianza. Chile estaba totalmente encaminado a su primer punto de la serie.

Era un escenario soñado que Tabilo no desaprovechó. Siguió jugando a lo suyo y aprovechó los nervios de su rival, que fueron creciendo y creciendo mediante avanzó el set. Tal fue el contexto favorable, que un nuevo quiebre llegó y el camino quedó totalmente libre. Cerró el set por 6-1 para desatar la locura en el court central del Estadio Nacional.

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