Las "graves" diferencias de política entre los dos mayores acreedores de Grecia -la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional- están impidiendo que el país logre un acuerdo para recibir nuevos fondos, dijo este martes un funcionario del gobierno en Atenas.

"Los graves desacuerdos entre el FMI y la UE están creando obstáculos y grandes riesgos para las negociaciones", dijo el funcionario en un comunicado.

"El resultado es que las instituciones tienen límites aquí y allá: pensiones, trabajo (FMI), y superávit presupuestario primario (Comisión de la UE). En este contexto no puede haber un compromiso. La responsabilidad recae exclusivamente en las instituciones y en su debilidad para coordinar", agregó.

Los comentarios constituyen la peor escalada en la retórica contra los acreedores por parte de Atenas en las últimas semanas, y se producen después de que la nación helénica ofreció concesiones y adoptó un tono más conciliador para mejorar el estado de las conversaciones, al menos públicamente.


Atenas ha estado empantanada en las negociaciones con la UE y el FMI por semanas, dado que sus acreedores buscan garantizar que aplique ciertas reformas antes de entregarle más fondos. Las discusiones no han producido progresos significativos, lo que deja a Grecia al borde de la bancarrota.

El funcionario griego dijo que el FMI era insistente en las reformas laborales y de pensiones a las que Atenas se opone, mientras que la Comisión Europea se habría mostrado más flexible en este aspecto, poniendo mayor atención al superávit presupuestario primario del país.