Presidente de la ACTI: “Las telecomunicaciones hoy son mucho más democráticas”

"Hay planes o tarifas que permiten que cualquier persona pueda tener un celular”, destaca Francisco Guzmán.

En el marco del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, Francisco Guzmán, líder de la gremial y vicepresidente de Claro empresas, alerta sobre la urgencia de formar más talento técnico en un sector fundamental para el futuro de Chile. Además, destaca cómo la accesibilidad a las tecnologías móviles impulsa al emprendimiento y la inclusión digital.


El Día Internacional de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información -que se conmora hoy, 17 de mayo, siempre es una instancia de reflexión, para analizar los retos y oportunidades que enfrenta el país en el ámbito tecnológico y cómo, en un mundo progresivamente más conectado, la demanda de profesionales especializados en puestos técnicos del sector se ha vuelto más urgente.

Según cifras de la ACTI (Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información), ese número podría llegar a una brecha de 70 mil profesionales.

Con el despliegue continuo de redes 5G y la cada vez más importante economía digital, Chile está justo en una encrucijada: cómo cerrar la brecha de talento y prepararse adecuadamente para el futuro digital.

Francisco Guzmán, presidente de la gremial y VP de Claro empresas, cree que es fundamental comprender que las telecomunicaciones son transversales y cumplen un papel democratizador para la sociedad, acercando herramientas y oportunidades a la población. Y no solo eso: las empresas que estén arriba del tren de la transformación digital tienen hasta diez veces más capacidad para incrementar su productividad.

Hoy las telecomunicaciones son mucho más democráticas, considerando que hay planes o tarifas que permiten que cualquier persona pueda tener un celular. Cualquier emprendedor con una capacidad para tomar fotos o publicar en internet puede llevar su negocio a la virtualidad”, destaca Guzmán sobre ciertos recursos que antes podían ser vistos como exclusivos de la élite.

Desde el punto de vista de la economía chilena, las telecomunicaciones han llegado a convertirse en un facilitador de comunicaciones de nivel mundial, dice. Esto permite posicionar al país y decir que es un “hub digital” en la región, gracias a toda la conectividad que se ha logrado a través de los cables Mistral, Neruda o Humboldt y que hoy conectan con el resto del mundo.

Inversión en infraestructura: desafío principal

Los retos para el sector no son pocos, mucho más considerando el entorno altamente competitivo, en el que las principales empresas deben estar constantemente pendientes de las propias necesidades, pero también las de los usuarios.

Uno de los más relevantes desafíos es el de la constante necesidad de inversión en infraestructura, destaca Guzmán. Esto porque, a medida que se implementa y mejora el 4G, comienza el despliegue del 5G y, en paralelo, se discute el 6G en otros lugares del mundo.

“Todo esto requiere de un alto mantenimiento, porque no es llegar y poner una antena, un nodo, sino que hay que mantenerlo y hacerlo funcionar en el tiempo, con altos costos energéticos y de reemplazo de equipos”, comenta Francisco Guzmán.

Otro de los desafíos que comenta es la progresiva baja de precios en los planes de telefonía para los usuarios. Si hace diez años era impensado encontrar uno a menos de $25 mil, hoy hay ofertas cercanas a los $6 mil.

Cada progreso en la tecnología significa más inversión para las empresas de telecomunicaciones. No es suficiente con levantar una antena, sino que implica mantención, reemplazo de equipos, etc.

“Es un mercado competitivo, en el que hay que invertir mucho y donde los precios son cada vez más bajos... ¿Es un beneficio para los usuarios? Sí, pero se arriesga la continuidad de las empresas de telecomunicaciones por la baja rentabilidad”, dice el ejecutivo, quien agrega que “obviamente nunca será un buen negocio, ni para la empresa, ni para el usuario, que quiere pagar un justo servicio y recibirlo a cambio de eso”.

Además, las empresas deben mantenerse al día con las expectativas y necesidades cambiantes de los consumidores, que demandan servicios más rápidos y confiables.

Desde los meses más duros de la pandemia del COVID-19 quedó expuesta la dependencia crítica de las telecomunicaciones, aumentando significativamente la demanda de ancho de banda y obligando a las empresas a mejorar sus redes.

Eso sí, resalta el presidente de la ACTI, “algunas empresas tenían más capacidad libre para tener nuevos clientes y otras, simplemente, estaban ya saturadas”. “La infraestructura de las telecomunicaciones era mejor de lo que todos esperábamos”, asegura.

Otro punto importante es la conectividad en las distintas zonas del país, un tema prioritario para las empresas de telecomunicaciones y que requiere de constante inversión.

“Es uno de los temas que más nos preocupan, pensando en el acceso en zonas rurales y el internet satelital está siendo una solución viable”, plantea Guzmán.

La fibra óptica, dice, sigue siendo fundamental en muchas zonas, pero en esos sitios donde es muy costoso y complicado desplegarla, la oferta satelital es “una excelente alternativa”. “Estamos viendo avances en ese sentido y esperamos que siga creciendo, para permitir una mayor inclusión digital en el país”, comenta.

¿Cómo hacer frente a la brecha de talento?

La brecha de acceso, al menos en cuanto a valores y alcance de los equipos, pareciera estar cubierta.

Existe, en ese sentido, una mayor democratización. Pero queda pendiente la denominada brecha de talento, y que se torna cada vez más relevante, considerando que la tecnología cambia progresivamente todos los días.

Surgen nuevas necesidades, más peligros en las redes y más sistemas y datos que proteger, por lo que se requieren de profesionales y especialistas adecuados para poder hacer frente a estas problemáticas.

La brecha de talento se refiere a la falta de profesionales técnicos en el mercado chileno. Francisco Guzmán señala que esa cifra podría alcanzar los 70 mil profesionales en los próximos años, debido al despliegue de redes 5G y otras tecnologías digitales.

El ejecutivo recuerda que desde el CSIRT comentaron un tiempo atrás que solo en el sector de ciberseguridad existe una brecha de 40 mil especialistas.

Seguirán faltando y esto no está pasando solo en Chile, sino en todo el mundo, ¿y cuándo lo vemos? Cuando vienen a buscarnos aquí y vemos que hay chilenos trabajando para empresas en otras partes del mundo”, plantea el presidente de la ACTI.

La brecha de especialistas, profesionales o técnicos podría alcanzar 70 mil en Chile durante los próximos años. Esto debido al constante despliegue de nuevas tecnologías, así como las redes 5G.

Para llenar esa brecha, dice, han trabajado constantemente con los centros de formación técnica, universidades y los distintos ministerios, tanto con Educación como Ciencia y Tecnología, para impulsar el desarrollo del talento digital en Chile.

Y aunque parezca menor, destaca algunas de las iniciativas que se están impulsando en las escuelas técnicas profesionales, donde se han logrado conseguir cargos de técnico en telecomunicaciones. Sumado a eso, institutos como INACAP o DuocUC están en una campaña, dice, en la que buscan en estas instituciones a sus próximos alumnos para que sigan su camino de técnico profesional.

Ambas instituciones forman parte de la mesa de Capital Humano de la ACTI, una de las 11 que tiene la asociación. Pero también han contribuido en otras iniciativas, como en la creación de la fundación Talento Digital. La organización se preocupa de reunir a personas de distintos ámbitos, sectores y situaciones, para así, a través de un programa de postulaciones, formarlas como programadores. Junto a esto, además, mantienen su trabajo para promover la participación femenina en el sector de las TIC.

"(Los profesionales de TI) seguirán faltando y esto no está pasando solo en Chile. ¿Cuándo lo vemos? Cuando vienen a buscarnos aquí y vemos que hay chilenos trabajando para empresas en otras partes del mundo”.

Durante los últimos días, ACTI además lanzó, en conjunto a CDI Chile, el programa “1000 becas ACTI”, con el que quieren llegar principalmente a mujeres y sectores de bajos recursos, para entregarles herramientas digitales y ayudarles a ser más competitivos. El proyecto, que nace a raíz del aniversario 40 de la gremial y que se financia a través de la Franquicia SENCE, se realiza con el 1% de los excedentes de las empresas miembros de la asociación.

Como ejemplo menciona cursos de fotografía publicitaria, cómo subir productos a internet, cómo generar un catálogo de ventas, cómo realizar transacciones electrónicas, ciertos conocimientos de administración y economía básicos, entre otros.

“Todos son para promover que estas personas puedan ingresar al mundo tecnológico, aprovecharlo, y que puedan ser emprendedores y algún día ayudar a otros a salir adelante”, dice.

Vivir en un entorno inteligente

Hace pocos días, Francisco Guzmán vio por primera vez un auto Tesla por las calles de Santiago.

Quedó sorprendido por lo que ello significaba, ya que se trata de un auto inteligente y que tiene la capacidad de poder ser conducido de forma autónoma.

“Llama la atención en términos de la importancia de tener movilidad, ubicación, la sostenibilidad de la ciudad”, acota el ejecutivo.

El concepto de “smart cities”, o “ciudades inteligentes”, se refiere al uso de tecnología para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en una ciudad. Este mejoramiento se concreta al hacer la vida más sostenible, móvil, resiliente y más amigable con el medio ambiente. Pero también en la aplicación de tecnología para beneficiar a los ciudadanos en cuanto a seguridad, sostenibilidad y el propio traslado.

El presidente de la ACTI menciona el uso de cámaras de seguridad y monitores de aire para así tener ciudades más seguras y con mejores condiciones para habitar.

“El componente básico de una ciudad inteligente son las telecomunicaciones, porque no hay smart city sin comunicación", dice Francisco Guzmán.

Además, recuerda también la utilización de dispositivos IoT, que facilitarían la interconexión entre cada uno de los elementos de la ciudad. Sistemas de transporte público inteligentes que reduzcan los tiempos de viaje, cámaras que permitan el reconocimiento de ciertas eventualidades, etc.

“El componente básico de una ciudad inteligente son las telecomunicaciones, porque no hay smart city sin comunicación. ¿Por qué? Porque necesitamos transmitir imágenes por cámara, porque los autobuses deben estar conectados, porque necesitamos que los medios aéreos funcionen y envíen estadísticas a algún lugar, etc”, enumera.

“Existe tecnología que podemos agregar a cualquier ciudad y transformarla de manera inteligente, siempre y cuando nos beneficie a los ciudadanos, porque si no lo hace y representa un riesgo para nuestra privacidad o entorno, no tiene sentido”, reflexiona Guzmán.

Con respecto al auto Tesla, dice: “¿Cómo tiene que cambiar la ciudad para tener más autos como estos?Tendrá que haber puntos de recarga, tendremos que vivir entre autos manejados por personas y aquellos autónomos, qué haremos con nuestra legislación en términos de vehículos de este tipo... Eso nos exige tener ciudades más inteligentes”.

“Nos encantaría, como ACTI, participar a través de la iniciativa del gobierno Sé Santiago, porque hay otras iniciativas que se están tomando, donde patrocinamos, somos miembros o formamos parte y vamos en crecimiento”, cierra.

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