El ruido es un subproducto no deseado del modo de vida moderno, es una sensación auditiva molesta y una de las perturbaciones ambientales que de manera importante afectan la salud del ser humano y su calidad de vida.
En específico, el tránsito vehicular, principalmente en núcleos urbanos, es reconocido como el responsable de más del 70% de la contaminación acústica de una ciudad, según el Tercer Informe Estado del Medio Ambiente del 2021 del Ministerio del Medio Ambiente (MMA).
Estas son las comunas que más sufren con el ruido de los automóviles en el país
El estudio “Impacto del ruido ambiental urbano de automóviles por comuna”, del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la U. San Sebastián (USS), valorizó el efecto social de la exposición a ruido generado por automóviles por comuna, incluyendo a taxis y taxis colectivos, vehículos livianos menores a 2.5 toneladas, y vehículos medianos entre 2.5 y 3.5 toneladas.
Dentro de sus principales resultados, se mostró que Viña del Mar es la comuna con mayor impacto por ruido ambiental asociado a automóviles. En la Región Metropolitana (RM) le siguen las comunas de Santiago, Puente Alto, Maipú y La Florida.
Cristóbal de la Maza, ex superintendente del Medio Ambiente y académico de la Facultad de Economía y Gobierno USS, comenta que ciudades como Viña del Mar, que cuenta con un parque vehicular de 80.000 vehículos livianos, menor a comunas de mayor población en la RM, mantiene un nivel de actividad en kilómetros recorridos mayor a otras ciudades y por ende un alto impacto del ruido de automóviles.
“No hay una relación estricta entre parque vehicular, o en su defecto población, con el nivel de actividad del transporte, y con el impacto del ruido. Hay otras variables que determinan esta relación”, como la estacionalidad en los viajes y las preferencias de los conductores por el automóvil. Todas estas variables son consideradas en los modelos de transporte que se utilizaron como referencia, añade de la Maza.
El puesto de la ciudad jardín, que cuenta con una extensión de 120 Km2, se puede deber a la menor disponibilidad de alternativas de transporte público o tener relación con su configuración urbana, que estimula viajes de mayor distancia. Viña del Mar cuenta con un sistema de Metro limitado al centro de la ciudad, y los viajes de mayor distancia se realizan en otros medios de transporte.
A diferencia de comunas como Puente Alto, Santiago o La Florida están un poco más concentradas. “La excepción es Maipú”, enfatiza el investigador, ya que es una comuna de grandes dimensiones, pero cuenta con una línea de Metro muy utilizada.
De la Maza, asegura que, a nivel nacional, el costo social de la exposición a ruido corresponde a 346 millones de dólares por año, monto equivalente a 0,1% del PIB anual del país.
Asimismo, destaca que “se requiere considerar inversiones en medidas de control al menos de igual escala. Nuestro estudio no considera el impacto de buses, camiones o motocicletas, que de incluirse podría más que duplicar estas cifras”.
Para estimar el impacto de ruido se utilizó un enfoque que estima la presión sonora para cada arco de una red urbana en períodos de punta y fuera de punta. La emisión de ruido depende de la velocidad de circulación de cada vehículo, las estimaciones puntuales de ruido por kilómetro recorrido en las que se basaron equivalen a 0,4 de centavos de dólar para automóviles. Este impacto se debe extender a los 82.500 millones de kilómetros recorridos por año del parque vehicular.
Si bien la estimación del costo social del ruido presentada representa una subestimación, podría justificar la renovación de la carpeta de rodado con asfalto fonoabsorbente, barreras acústicas en zonas residenciales, o potenciar sistemas de transporte público, con menor impacto por pasajero transportado. A su vez, “sería razonable promover una mayor penetración de vehículos eléctricos”, dice el académico USS, que pueden reducir el ruido significativamente. Sin bien el 2023 se vendieron 1.600 unidades, un 20% más que el 2022, el uso de esta tecnología es aún incipiente.
Impactos del ruido ambiental y legislación actual
De acuerdo con el MMA, la mayoría de los hogares están expuestos a niveles de ruido considerados excesivos. La exposición a un ruido excesivo produce:
- Efectos psicológicos como estrés o irritabilidad.
- Trastornos del sueño.
- Problemas cognitivos.
- Pérdida temporal y permanente de la audición.
- Efectos sobre la salud como mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Fuente de pérdidas de productividad por las molestias que genera.
Según la Superintendencia del Medioambiente (SMA), una de las materias de mayor preocupación ciudadana corresponde a infracciones a normas de ruidos, con un 47,5% de las denuncias presentadas ante la entidad gubernamental y formulación de cargos a 446 instalaciones por infracciones a la normativa de ruido.
Para regular la emisión de ruido existen normas para buses de locomoción colectiva, vehículos livianos, medianos y pesados y motocicletas. También se cuenta con normas para regular el ruido de fuentes fijas, recientemente actualizada durante el 2024. Una de las materias de mayor preocupación ciudadana corresponde a infracciones a normas de ruidos con un 47,5% de las denuncias presentadas ante la Superintendencia del Medio ambiente (SMA).
Con el objetivo de enfrentar el gran volumen de este tipo de denuncias, el Gobierno envió un proyecto de ley en enero de 2024 para mejorar la eficacia de la SMA De La Maza asegura que, la modificación legal plantea mejoras interesantes, sin embargo, en materia de ruido propone desligarse por completo y trasladar la responsabilidad a los Municipios.
Si bien se plantea mejoras interesantes, en materia de ruido propone desligarse por completo, y trasladar la responsabilidad a Municipios, y acelerar la sanción en Juzgados de Policía Local, no considera nuevos recursos para fiscalización.
“Más preocupante aún es que no contempla que municipios puedan ordenar medidas de control de riesgo inminente ante niveles de ruido peligrosos. Un 40% de las medidas cautelaras exigidas por la SMA corresponden a ruidos, por lo que eliminar esta atribución podría implicar la desprotección de la población y una importante regresión ambiental”, concluye el investigador.