La carabela portuguesa, también conocida como fragata portuguesa, barquito portugués, agua mala, aguaviva, botella azul o falsa medusa, es una especie colonial monotípica de hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae. Si bien generalmente se confunde con una medusa, no lo es.
Es un ser carnívoro que cuenta con más de 140 especies en Chile, con una vela superior o flotador que alcanza los 20 centímetros y unos tentáculos que pueden extenderse hasta 50 metros. Con estos atrapa a peces y plancton para alimentarse. Suele habitar aguas cálidas y frías de todos los océanos del mundo, nunca en aguas polares. Su cuerpo está compuesto en un 95% de agua (ver infografía).
En los últimos años se ha transformado en una de las grandes preocupaciones de las autoridades sanitarias durante el verano. La temporada anterior se detectó su presencia en cuatro playas de las comunas de Puchuncaví, Viña del Mar y El Tabo, en 2023 la primera comuna en avisar la llegada de la “falsa medusa” fue la Municipalidad de Zapallar, dando a conocer que en la playa de Cachagua se estableció bandera amarilla como medida de precaución.
La situación se ha extendido por un par de semanas en el balneario, totalizando seis playas cerradas. “Se informa a la comunidad y a los visitantes que la Seremi de Salud de Valparaíso y la Capitanía de Puerto de Quintero han dispuesto la prohibición del ingreso al mar en las playas de Zapallar, Las Cujas, playa grande de Cachagua, Coirones y El Golf, debido a la presencia de fragata portuguesa”, señala la municipalidad en redes sociales.
“Hacemos un llamado a seguir las instrucciones de la Policía Marítima, Carabineros, Inspectores Municipales y Salvavidas quienes estarán trabajando y fiscalizando de manera conjunta, el cumplimiento de la norma durante toda la jornada”, añade.
La seremi de Salud, Lorena Cofré, confirmó esta situación. “Hemos decretado la prohibición de baño para las plazas de Cachagua y Zapallar, en la comuna de Zapallar, y Acapulco en Viña del Mar”.
En Chile, en temporadas anteriores, se ha determinado su presencia hasta el límite sur de Chiloé, y hacia el norte en Arica, además de Perú y América Central. También se encuentra en islas oceánicas, como el archipiélago de Juan Fernández e Isla de Pascua.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga como una de las especies más riesgosas del planeta que habitan en aguas recreacionales: en casos extremos puede ser mortal.
El aumento de la temperatura del mar a causa del Fenómeno del Niño, debido al cambio climático, y el declive de las poblaciones de tortugas, su depredador natural, son los principales motivos de su aparición de manera constante.
De hecho, el fenómeno hizo que la fragata apareciera inesperadamente en el invierno de 2014, hace casi una década. “El Niño repercutió en la abundancia de la especie. La particularidad es que generalmente se encuentra en primavera y verano, pero hubo una abundancia anormal en invierno (en años anteriores), lo que rompió todos los esquemas, sobre todo en la Quinta Región. En Estados Unidos hablaron del Niño Godzilla, el más intenso del siglo XXI”, señala Sergio Palma, licenciado en Ciencias con mención en Biología de la U. Católica de Valparaíso
“Dispara veneno. Es automático”
Según un informe del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (Cituc), el veneno que inocula el hidrozoo sifonóforo es una mezcla de proteínas, polipéptidos y enzimas. Otras toxinas tendrían un efecto cardiotóxico directo.
El documento del organismo de la UC detalla que la especie genera cinco tipos de síntomas:
-Cutáneos (erupciones, edemas)
-Gastrointestinales (náuseas, vómitos)
-Neuromusculares (calambres, espasmos)
-Neurológicos (confusión, cefalea, mareos)
-Cardiorrespiratorios (broncoespasmos, arritmia, disnea)
Palma establece que en el momento en que los tentáculos tocan algo, simplemente disparan el veneno. Es automático. Al tocar, dispara. “El ser humano habla de picaduras, pero muchas veces solo el roce de un tentáculo con la piel es suficiente para que surja un dolor intenso. Es una acción mecánica, ella emite cnidocitos, que pueden ser cientos o miles”.
“A organismos menores los mata. Las marcas que deja en la piel humana se borran después de unos meses, no quedan de manera permanente, como sí ocurre con las de algunas especies de medusas que quedan de por vida”, explica Palma.
En el Ministerio de Salud, establecen que en caso de picadura, la persona afectada debe lavarse con agua de mar inmediatamente y retirar restos de tentáculos en caso de existir, evitando tomar contacto directo con ellos. Además, no aplicar vinagre o agua dulce, tampoco se debe frotar o rascar la piel con arena o toallas. Posteriormente, dirigirse al centro de salud más cercano.