Latente e incierto. Así es el temor que ha generado la llegada y prominente desarrollo de Inteligencia Artificial (IA) respecto a su posible reemplazo de los humanos, no solo en el ámbito laboral, sino en el de las emociones y comportamiento, la esencia más pura que solo las personas tenemos.

Por ello, el periodista y filósofo Agustín Fernandes, en The Conversation se cuestionó si el comportamiento inteligente de la IA podría llegar, en algún momento, a sentir como un humano. “¿Qué será humano cuando las inteligencias artificiales lo sean todo? ¿Qué prueba vamos a inventar para detectarlas?”, escribió.

Así, entre su reflexión, detectó los 4 rasgos humanos que para la IA serían imposibles de igualar.

Los 4 rasgos humanos que la Inteligencia Artificial nunca podría igualar

1. La generación espontánea

“El ser humano es un espontáneo creador del todo. Una persona puede despertar un día e imaginar una idea, una historia o un poema, un pensamiento creativo. A partir de la historia personal, el ser humano crea nuevo conocimiento, nuevas historias y nuevas experiencias”, dijo Fernandes.

Y es que no existe una Inteligencia Artificial que logre generar conocimiento o realice acciones espontáneas. Todo está previamente programado y fríamente calculado.

“Improvisar en una banda de jazz seguirá siendo privilegio humano”, aseguró.

2. La regla de la ética

Lo anterior está relacionado con la ética: a la IA y las máquinas no les nace tener ética, no lo piensan, sino que hay que instaurar parámetros preestablecidos para que puedan serlo, “reglas claras y precisas de lo que deben hacer”, explicó el filósofo y periodista.

“El ser humano dispone de un reglamento (Constitución, leyes, religión, etc.) de lo que debe hacer, y también tiene claro lo que no debe hacer. Pero la ética es más que un reglamento, va más allá de una guía. La ética es, nada más y nada menos, el discernimiento entre el bien y el mal”, declaró.

Y es que incluso, algunos estudios han encontrado que existen bebés de cinco meses que ya hacen juicios morales, algo que la tecnología nunca podrá lograr tener “de la nada”.

Los 4 rasgos humanos que la Inteligencia Artificial nunca podría igualar

3. La intención solo puede ser humana

“Al carecer de ética y de moral, la Inteligencia Artificial carece de intención”, aseguró Fernandes. Y es que esta, al igual que la anterior, debe ser programada por alguien más, por lo que está a merced de quien lo hace y no de sí misma.

4. Sin remordimientos ni problemas psicológicos

A diferencia de los humanos, “las IA no tienen experiencias. No tienen historia. No tienen psicología ni problemas psicológicos. No tienen remordimientos de sus actos (aspecto fundamental del apartado de ética y moral). No aman ni son amadas. No sufren ni sienten dolor. No tienen opinión propia, porque nada les es propio”.

“Si ChatGPT pasa de moda (lo dudo) y no es consultado, su existencia es inútil. Sólo existe si al ser humano le es útil. No tiene identidad. Su identidad es una construcción humana”, declaró el filósofo.