El argentino Julio Chávez (61) tiene más de un paralelo con Prat, su personaje de nombre monosílabo en la miniserie El Maestro: ambos son eminencias artísticas -el primero en la actuación, el segundo en la danza- que viven sus profesiones con intensidad; que a ratos pueden pasar por severos pero tienen un lado suave, y que también son profesores de su oficio.

Claro, el lado académico de Chávez es sólo una parte de su multifacética carrera en teatro, cine y televisión, mientras que Prat dedica su vida a la enseñanza; una estrella de la danza retirado hace décadas cuya vida da un giro cuando su hijo cae preso, y debe hacerse cargo de su pequeño nieto. Al mismo tiempo, una nueva y talentosa alumna lo hace reencantarse con su carrera.

"Los retos de hacer esta serie fueron los retos que los actores vivimos cada vez que hacemos un proyecto", dice Chávez, de voz amable, al teléfono, para luego agregar, como si fuera algo completamente normal: "Un reto en específico fue que tuve que entrenarme en danza durante un año antes de comenzar a grabar, porque yo no soy balarían ni instructor de danza. Eso no se puede ficcionar desde la ignorancia. Entonces me preparé un año con Raúl Candal, que es un reconocidísimo bailarín argentino".

El Maestro llegará a su fin este martes a las 23 horas por TNT, para luego tener una maratón de la temporada completa, de 12 episodios, el viernes durante todo el día en el canal TNT Series.

"Para moldear a Prat no tuve una sola inspiración, sino que me basé en varios maestros que he tenido, y en mí mismo como profesor", explica el actor y dramaturgo. "Te diría que desde que tengo 16 años, mi relación con mis maestros ha sido algo importantísimo en mi vida. Fue y lo sigue siendo. Me sigo considerando un alumno. No hay un sólo año en estos 45 años de oficio en el que no haya cursado materias, que no haya tenido entrenadores y formadores. Para mí el vínculo profesor-alumno es casi más vital que la relación con los padres. Dando vida a Prat, estoy haciendo un homenaje a esa realidad".

Durante los últimos diez años, la presencia de Chávez en televisión ha sido permanente, dedicándole prácticamente tanto tiempo como al teatro, mientras el cine por el momento ha quedado de lado. "Me pasa como actor, aunque no quiero generalizar, que haciendo televisión me siento cada vez más como haciendo una película. Hay equipos que te los encontrabas en una película y ahora los ves haciendo tele, cosa que hace 25 años no pasaba", asegura. "Quizás muchos amantes del cine encuentren esto que digo algo casi ofensivo (se ríe). Pero no me refiero al valor del cine como expresión sea el mismo que el de la televisión, sino que a nivel técnico están cada vez más parecidos. Hay capítulos de El Maestro que se sentían como hacer una película", agrega.

El futuro

Si bien la historia se cierra en el último episodio, en donde se resolverá el destino de la creciente tensión romántica entre Prat y su discípula, además del desenlace de la muerte de la ex mujer del protagonista en el penúltimo capítulo, Chávez es enfático en afirmar que si lo llaman para una segunda temporada, aceptaría encantado. "El Maestro es un producto que realmente me gusta muchísimo. Estoy muy orgulloso y feliz de haber sido parte de algo así. Soy un enamorado de mi oficio, y esta serie me permitió mejorar mi condición como intérprete", dice Chávez, que por el momento dice que su próximo proyecto televisivo se podrá ver recién en 2019, aunque prefiere no adelantar detalles, "porque no soy el ideólogo de esta nueva serie, entonces creo que no me corresponde".

Sobre las múltiples opciones que está entregando la televisión actualmente con la irrupción del mundo del streaming, Chávez reconoce: "Yo debería estar más enterado de muchas más series de las que veo, porque realmente no veo mucho. No soy la persona más preparada para hablar de eso. Pero lo que sí puedo decir es que como actor he visto cambios importantes, que se pueden apreciar incluso en la forma en que se hizo El Maestro. Cosas como que ahora todos los capítulos están listos antes de que si quiera el primero se emita", explica, pero agrega: "De todas formas yo trato de aislarme de esos asuntos (las reflexiones sobre los cambios de la industria). Porque al momento de hacer una ficción, sea para Netflix, sea para Turner o para quien sea, la escena sigue siendo la escena. Al momento de actuar, no hay que estar pensando en otras cosas".