Con una trayectoria de más de 20 años, Eduardo Henríquez —Edi Pistolas— y Caroline Chaspoul —Carolina Tres Estrellas-, se presentaron por primera vez en Lollapalooza con Nova Materia, el proyecto que les mantiene ocupados tras el final de la banda que lideraron en los noventas, Pánico.

El dúo ofrece una propuesta interesante. Consiste en generar un diálogo no forzado entre el sonido de la naturaleza y la tecnología. Caroline y Eduardo de forma inteligente se dividen entre ambos lenguajes para conseguir que los sonidos extraídos de materiales como piedras, maderas y otros, se traduzcan en música asentada sobre bases electrónicas.

Conscientes de que la audiencia que se congregó no es su público habitual, la dupla lanzó de entrada "Nov Power", uno de los sencillos de su álbum It Comes, que tiene un tempo que invita a la pista. De allí no pararon. El espectáculo se estructuró como una intensa sesión de baile en que el sonido seco de las maderas se combinaba con la voz brillante de los metales percutidos por Caroline.

Por cierto que la apariencia de la puesta en escena es llamativa. Por un lado tienen una serie de mesas en que sostienen tubos de fierro de diferentes largos, una placa de acero, pedazos de maderas y trozos de metales cortados en diferentes largos –los que ofrecen diferentes alturas-. Por otro, un set algo más convencional en que se aprecian máquinas, sintetizadores, instrumentos de percusión y un par de guitarras eléctricas puestas de forma horizontal, que la pareja golpea para sacar el sonido.

Hay que destacar que en escena todo es tocado. Es decir, el lado más orgánico del proyecto no es tan solo un guiño a su insumo, sino que prescinden de secuencias en pos de entregar una interpretación en tiempo real. Incluso los loops son grabados en el mismo momento, tal como, por ejemplo, lo hace la banda Matorral con las trompetas de Felipe Cadenasso.

Al poco rato el respetable se entregó a los pulsos y los beats. La intensidad del show creció y permitió a la dupla soltarse. Eddie bailaba mientras golpeaba con furia los bongos y el timbal, Caroline hacía juegos con su voz inundada en efecto mientras percutía algún artefacto de su set.

Con casi una hora de espectáculo, Nova Materia demostró que la suya es una propuesta fresca y atrevida, la que a pesar de su fibra experimental es completamente accesible. Genera una conexión profunda entre el ritmo y la tierra, a partir de sus timbres y vibraciones. Por ello es difícil no seguirles el paso. Porque les une con el lenguaje universal de la música.