Si tienes contratado el servicio streaming de Amazon Prime Video, sabrás que lograr ver alguno de sus estrenos no es tarea fácil. La plataforma debe ser la que peor trata a sus estrenos y, a nivel latinoamericano, privilegian mostrar en la portada debuts de ficciones mexicanas -en su mayoría bien mediocres-, mientras series y películas antiguas permanecen durante meses en su página principal, como si fuera un lugar sin novedades. Dos ejemplos: cuando Time, el premiado documental, llegó a Amazon, había literalmente que buscarlo en la lupa del buscador o, cuando se estrenó Sound of metal -que posteriormente sería nominada al Oscar a Mejor Película, marcando un hito para la plataforma-, había que rastrearla por su nombre en español y pasaron meses antes de que pudiera verse en la portada del sitio.

La recién estrena miniserie Isabel tuvo mejor suerte, pero ha sido una excepción: a los encargados de la página de Amazon parece darles flojera o quizás ni siquiera están enterados de los estrenos que tienen. Y, en tiempos donde la batalla del streaming es fuerte, resulta desconcertante que no aprovechen lo que tienen en su catálogo. Porque, para buscar estrenos, hay que saber que existen y eso suele ser información de los más fanáticos, pero no de una gran mayoría que no tiene por qué estar al tanto de la fecha de cada título. No, si pagas por un servicio que debería facilitarte las cosas.

Suscribirse a un streaming no es solo acceder a un sitio, sino también poder disfrutar de una “experiencia”. Eso lo ha sabido trabajar bien Netflix, que tiene un algoritmo bastante personalizado y donde cada estreno semanal es destacado apenas uno entra a su página, con trailers que se reproducen si uno va maniobrando el control remoto. Además, cuenta con un top ten para cada país, que sobresale en su portada, lo que hace destacar aún más sus estrenos. Netflix puede lanzar series flojísimas, pero a cada una de ellas las exhibe como si se tratara de algo que no te puedes perder. Es lo que ha logrado que ficciones intrascendentes se conviertan en un hit, porque saben “vender” mejor que ningún streaming su oferta y ofrecen un trato “personalizado” que hace parecer que cada día que entras hay algo que “debes ver”.

No hay mejor interfase que Netflix en estos momentos y habrá que esperar a ver cómo será HBO Max. La compañía tiene en los últimos años el streaming HBO Go, que se caía en cada capítulo de Game of thrones y que provocaba una sensación de estar siendo burlado por pagar un sitio incapaz de sostenerse por las visitas que recibía, sin compensación económica por ello. Ni qué hablar de la interfase de Go: aprietas para avanzar y se reproduce una película o una serie que no has elegido, cuesta llegar a sus catálogos seleccionados, los estrenos no siempre están en la portada y, si por esas cosas de la vida le pones pausa, lo más probable es que lo que llevas viendo se pierda y vuelva al minuto 0.

Francamente, un streaming fallido y hecho con poco cariño, lo que no condice con su catálogo, que actualmente es el mejor del mercado y capaz de tener los mejores estrenos del año (I may destroy you, en 2020; Mare of Easttown esta temporada), junto a series fundamentales como Six feet under, Los Soprano o The wire, pero que están muy escondidas e incluso gente que paga por ese streaming no saben que pueden acceder a ellas.

La plataforma de Apple TV es confusa, porque tiene una portada que mezcla estrenos (originales de Apple TV+, como Lisey’s story, de Pablo Larraín), cosas añejas y ficciones que no forman parte del catálogo y que se deben pagar aparte, especialmente películas. Además, contiene otros streaming menores (como Starzplay) por los que hay que pagar extra y que, con toda lógica, la gente no tiene por qué saberlo. Solo al efectuar el pago de la mensualidad se enteran que el catálogo es bien limitado y tiene mucho por ver al que solo se accede pagando un extra.

Paramount+ es uno de los streaming que hoy alberga Apple TV, lo que lleva a más confusión, aunque también tiene una app aparte. En ella, los estrenos con los que llegó a Latinoamérica se mantienen desde entonces. Parece que ahí no pasara nada, que no hubiera estrenos, que fuera manejada por los mismos detrás de la página de Amazon Prime Video y que posiblemente provoque que la gente quiera desabonarse. ¿Por qué mantener un sitio donde parecen no haber estrenos?

Un streaming que se encarga de hacer lucir sus debuts es Disney+. Su página los exhibe cada viernes como lo más destacado, pero hay que hacer malabares para ver su catálogo de películas más antiguas. La lupa siempre funciona, pero no debería de ser un trabajo encontrarlas. Nuevamente, la experiencia del televidente puede llegar a ser muy frustrante y, ante la guerra del streaming, un consumidor puede optar por desechar uno y quedarse con otro.

Se habla mucho de cómo la TV no lineal ha sido una revolución capaz de herir a la TV abierta o del cable/satelital. Pero se habla bastante poco de que el negocio no ha ido de la mano de una experiencia bien guiada para los abonados a los streaming. Es, por lo bajo, absurdo que las compañías paguen millones por tener un catálogo contundente y que luego, en las plataformas, esos estrenos no sean visibles o sus páginas no sean amables para saber exactamente todo lo que puedo ver. A la larga, los que no logren invertir en ello, terminarán siendo abandonadas. Y Netflix, posiblemente, seguirá siendo la plataforma líder, y no precisamente por tener el mejor catálogo, pero sí el que te soluciona más fácilmente la pregunta de “qué podrías ver hoy”. Porque si pagas por un servicio de entretenimiento, no quieres que te traspasen parte del trabajo incesante de búsqueda -y pérdida de tiempo-, sino que te guíen y te hagan la vida fácil.