Una de las mayores estrellas de los 70 ha fallecido. Ryan O’Neal, quien brilló en largometrajes como Love story (1970) y Barry Lyndon (1975), murió este viernes a los 82 años.

“Mi papá falleció en paz hoy, con su amoroso equipo a su lado apoyándolo y amándolo como él lo hizo con nosotros”, señaló su hijo Patrick O’Neal, sin especificar las circunstancias de su deceso. “Ryan tuvo un gran impacto y esto será difícil sin él. Esto ya es y será un enorme vacío en nuestras vidas”.

Love story (1970).

Hijo del novelista y guionista Charles “Blackie” O’Neal y de la actriz Patricia O’Callaghan, el intérprete primero tuvo una carrera como boxeador, consiguiendo un récord de 18-4. Debutó en televisión en 1960, donde ganó reconocimiento cuatro años después, gracias a la serie La caldera del diablo (Peyton Place), donde compartió con Mia Farrow.

Su primer éxito en cine lo alcanzó con Love story (1970), la memorable película romántica que lideró junto a Ali MacGraw y que le dio su primera y única nominación a Mejor actor en los Oscar. Su arrastre fue tal que ocupó el primer lugar de la taquilla estadounidense de ese año y gatilló la realización de una segunda parte que se lanzó en 1978 (La historia de Oliver).

Luego vino su primer encuentro con la actriz Barbra Streisand y el director Peter Bogdanovich. Titulada ¿Qué pasa, doctor? (1972), la comedia lo consolidó como uno de los principales rostros del momento. En Luna de papel (1973) se reencontró con ambos y además contó con la reveladora aparición de Tatum O’Neal, su hija junto a Joanna Moore. Streisand, quien fue su novia durante un período en 1970, hoy lo recordó como “divertido y encantador”.

En un giro que a muchos les sorprendió, asumió el rol central de Barry Lyndon (1975), el grandioso drama de época de Stanley Kubrick. Él alguna vez describió el rodaje como “una experiencia horrible” y pensaba que se trataba de un filme que “a algunas personas les gusta y otras se quedan dormidas”. Sin embargo, O’Neal estuvo a la altura de la tarea y su encarnación del irlandés Redmond Barry se transformó en uno de sus personajes más célebres y logrados.

Esa terminaría siendo su cúspide artística. Su carrera acumuló algunos traspiés a fines de esa década, sumó nuevos fracasos en los 80 y, a la larga, nunca volvió a gozar del estatus que disfrutó en sus primeros años. Durante los 2000 halló algunas oportunidades en la televisión, apareciendo en Miss Match (2003), junto a Alicia Silverstone, y en Bones.

Barry London (1975).

Su vida privada también fue motivo de atracción. Tras casarse y separarse de Joanna Moore y Leigh Taylor-Young, mantuvo una relación intermitente con Farrah Fawcett, la que terminó con la muerte de la estrella en 2009. Juntos se transformaron en padres de Redmond O’Neal en 1985 y él le dedicó su libro de memorias, Both of us: My life with Farrah (2012).

Si bien la causa de fallecimiento del actor aún no ha sido detallada, fue diagnosticado con leucemia crónica en 2001 y con cáncer de próstata en 2012.