Culpas, disculpas y otras provocaciones: el vuelco del polémico beso del presidente de la federación española a Jenni Hermoso

El polémico beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.
El polémico beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso.

La controvertida escena se llevó la atención en la premiación de las ibéricas como monarcas del Mundial que se realizó en Australia y Nueva Zelanda. La condena generalizada, que parte en las autoridades del país, choca con un repentino giro en el caso.


España consigue el título en el Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda. La felicidad de las ibéricas se mezcla con una pena enorme: el padre de Olga Carmona, quien anotó el tanto que le dio el triunfo a la Roja europea sobre Inglaterra, había fallecido antes del partido. En la celebración, además, se produce una situación controvertida. A vista y paciencia, literalmente, de todo el mundo, Luis Rubiales, el presidente de la federación española, besa en la boca a Jenni Hermoso, la principal figura del equipo. Le toma el rostro con ambas manos para hacerlo.

El gesto tarda poco en viralizarse y sumar repudio generalizado. Se trata de un evidente y condenable exceso del dirigente. Inicialmente, al menos, a la futbolista no le causó ninguna gracia. “¿Pero qué hago yo? No me ha gustado, ¡eh!”, publicó en sus redes sociales, validando el enojo que ya recorría todo el planeta. A esa hora ya había reacciones para todos los gustos. Y desde todos los niveles. Rubiales estaba contra la pared.

La condena

El ministro de Cultura y Deporte español, Miquel Iceta, encabezó los reproches. “A mí me parece inaceptable. Vivimos un acontecimiento deportivo... pero también vivimos un momento de igualdad. Vivimos en un momento de derechos y de respeto hacia las mujeres. Entonces todos debemos ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y acciones. Creo que es inaceptable besar a una jugadora en los labios para felicitarla”, disparó.

Iceta pidió acciones concretas. “Yo creo que primero que ha de hacer es dar explicaciones y presentar excusas. Yo creo que es lo lógico y lo razonable, porque realmente es verdad que el momento que se vivió en Sídney fue un momento muy especial”, enfatizó.

Los que tenemos responsabilidades públicas debemos ser extremadamente cuidadosos porque estamos dando un mensaje al público y ese mensaje es la igualdad de derechos, el respeto, y como tal debemos evitar cualquier circunstancia que pueda interpretarse de manera que no es eso”, amplió. Para Iceta, el ejemplo de Rubiales es nefasto: “Que no demostremos que quien está a cargo puede forzar un beso, eso no puede suceder. … Lo que me gustaría es escuchar su razonamiento y que se disculpe porque probablemente cuando vea las imágenes se dará cuenta de que tal vez en el momento se perdió”, concluyó Iceta.

Las disculpas

Rubiales reaccionó en distintos tonos. Al comienzo, con agresividad. “No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos. Un pico de dos amigos celebrando algo. Ha habido más, no míos, pero de otra gente. No estamos para gilipolleces, de verdad”, lanzó en una entrevista en ‘El partidazo de COPE’. “Yo, con todo lo que he pasado, más gilipolleces y más tontos del culo no... Vamos a disfrutar de lo bueno y ni me comentéis cosas de pringados que no saben ver lo positivo”, insistió. “Es una cosa que no tiene ninguna maldad, que es una tontería... Que haya gente que pierda el tiempo en esto siendo campeones del mundo... Si hay tontos, que sigan con sus tonterías, yo paso”, puntualizó.

Luego, volvió a intentar que la atención se pusiera en el logro deportivo. “Que viva España. Tenemos a las mejores del mundo, de eso hay que hablar y no de otras cosas. Yo estoy muy feliz, de verdad contento de celebrarlo con una amiga dándole un pico y con otro dándole un abrazo y lo que haga falta. Somos muy felices”, destacó.

Con el paso de las horas, en cambio, tuvo que echar pie atrás. Y, definitivamente, ofrecer excusas por su comportamiento. “Tengo que disculparme. Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer. Fue sin mala fe en un momento de máxima efusividad. Aquí no se entendía porque lo veíamos natural, pero fuera se ha formado un revuelo”, declaró, a través de un video difundido por la federación.

Eso sí, insistió en su enfoque original. “Fue con ninguna mala fe por ninguna de las dos partes, pero fuera sí parece que se ha formado revuelo y ha habido gente que se ha sentido dañada así que debo pedir disculpas, no queda otra, y aprender de esto porque el presidente de una institución tan importante como la federación en este tipo de ceremonias tiene que tener más cuidado”, expresó.

También se excusó ante quienes ofendió por la interpretación que le dieron al acto. “Hay también unas declaraciones mías en las que dentro de este contexto digo que me parecía una idiotez el revuelo y lo dije porque aquí dentro no le habíamos dado ninguna importancia así que me disculpo también por esto”, dijo.

El vuelco y los otros excesos

El caso se cierra de una forma llamativa. Es la propia futbolista la que sale a aclarar la situación y a restarle intensidad, aunque bien vale consignar que el soporte se lo proporcional la federación que encabeza Rubiales. “Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento”, dice la deportista.

Sin embargo, ni sus palabras ni las del dirigente logran atenuar demasiado la polémica. De hecho, a estas alturas ya había quedado en evidencia otra polémica acción del directivo, en el mismo encuentro, en plena tribuna oficial y a metros de la reina Letizia y la infanta Sofía: en medio de la euforia, y de la efusividad con que vivió el momento, se tomó los genitales en señal de provocación.

Rubiales tiene a su haber otras acciones polémicas. A 48 horas del inicio del Mundial de Rusia, enterado de que el entrenador había llegado a un acuerdo para hacerse cargo del Real Madrid, destituyó a Julen Lopetegui. Al borde del campo de juego se tuvo que poner Fernando Hierro. En España también resaltan sus recurrentes desencuentros con Javier Tebas, el presidente de LaLiga.

Otra de sus acciones cuestionadas fue la concesión de la organización de la Supercopa local a Kosmos, la productora del exfutbolista Gerard Piqué. El trofeo se disputa ahora en Arabia Saudita.

Su mandato, que dura hasta 2024, ha estado permanentemente en entredicho. “Ni una semana tranquila”, ha dicho como resumen de su gestión. “Porque tengo acumulados más de 25 querellas de campaña continua de erosión, desgaste y total desprestigio”, sintetizó.

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