Dalcio Giovagnoli: “Mi candidato a la Roja es Mario Salas”

El técnico de O'Higgins repasa su arribo al equipo de la Sexta Región, que hoy dejó los puestos de descenso y se mete en la pelea por entrar a torneos internacionales. Quiere un técnico chileno para reemplazar a Rueda.


Dalcio Giovagnoli (57) atiende a La Tercera tras recostarse por cerca de 30 minutos. Está en su casa luego de una intensa jornada en el Monasterio Celeste. Dice que el calor de Rancagua agota, más cuando el equipo celeste ha aprovechado los días para realizar hasta dos turnos pensando en los desafíos que se aproximan.

Dalcio, fiel a su estilo, no se esconde de ninguna pregunta. Se le escucha conforme con lo que ha hecho desde su arribo a O’Higgins, elenco que sacó de la zona de descenso y hoy lo tiene encumbrado en la novena posición, a dos puntos de meterse en la Copa Sudamericana. Mañana se mide ante la UC, en el estadio El Teniente.

¿Cómo se da su llegada a O’Higgins?

Fue todo muy rápido. Se dio después de un resultado que tuvo el equipo con Audax, por allá a mediados de octubre. Se llegó a un acuerdo rápido, porque nosotros estábamos en ese momento en Santiago haciendo unos trámites. Fue todo muy espontáneo.

Tomó un equipo muy complicado...

Era una situación algo compleja, porque se venía con malos resultados. Había que conocer al plantel. Menos mal que todo resultó y creo que fue muy importante que nos acomodamos nosotros rápido al grupo.

Ha tenido buenas campañas en otros equipos. ¿Se le hace fácil el fútbol chileno?

Es importante conocer el medio, pero también es importante que uno se vaya superando por cada proceso que va haciendo. Hoy tiene mucha importancia el grupo, mi cuerpo técnico. Sin ellos no se podría lograr hacer buenas campañas como las que uno viene realizando. Me parece que en estos tiempos el trabajar en grupo es fundamental. Encontramos un grupo donde empatizamos rápidamente, el grupo se empoderó de lo que uno quería dentro de lo metodológico. Eso ayuda.

Siempre que algún equipo está complicado lo llaman. ¿Se siente un bombero?

No sé si tengo esa etiqueta, pero cuando se empieza a evaluar ciertos aspectos para este tipos de situaciones, tal vez nosotros cerremos en un montón de puntos para que se llegue a dar. Nosotros ya tenemos una metodología que se sustenta, más allá de la situación.

¿Pero cuál es su identificación o perfil?

Somos un equipo con cierta versatilidad. No nos encerramos con nada. Si tenemos que salir de una situación adversa, o si tenemos que pelear arriba... nos vamos moviendo. Eso va encadenado a lo metodológico.

¿Por qué siempre dirige en Chile y no en Argentina?

Nosotros dirigimos en Argentina en la B Nacional. Tuvimos opciones. En algún momento tuvimos la opción de ir a Chacarita, pero estábamos trabajando en Cobresal. Después tuvimos la posibilidad de Newell’s y en ese momento estábamos en Temuco. Hay algo en esto: cuando el técnico está trabajando siempre lo buscan pero cuando está parado nunca tanto. Si me preguntas, no sé qué responderte. Hubo situaciones, pero no se pudo dar. También hay una corriente de técnicos jóvenes que te eclipsa de algunas opciones, pero hay que aceptarlo. Son las reglas del juego.

¿Pero tiene la espina de dirigir en su país?

No, acá estoy muy cómodo. También hicimos muy buena campaña en Bolivia. Estamos muy de lleno en O’Higgins. También tuvimos opciones en Medio Oriente, pero no me siento en deuda con nada. Uno llega a una cierta edad en la que trata de sentirse cómodo y lo que pasó, pasó. No me recrimino nada, ni añoro algo que esté al alcance.

¿Los técnicos argentinos se venden mejor en Chile?

Hay una camada de buenos técnicos argentinos que están preparados, pero también hay una camada de técnicos chilenos que está muy fundamentados. Antes había una cierta cantidad de técnicos extranjeros, pero ahora eso se ha polarizado. Es más, hay etapas en que han habido más técnicos chilenos. A través de INAF ha habido una evolución muy importante. Eso es bueno para el fútbol, para el país.

¿El técnico de la Roja debe ser chileno?

Sí tú me dices, más allá de los procesos, el técnico nacional debe ser chileno. Para mí el candidato a la Roja es Mario Salas. Tú me dices que le fue mal, pero fue un proceso. Si no andas en un proceso vas al paredón y no es así tampoco. Hablo de Mario, porque me parece un técnico muy preparado, que conoce mucho el medio. Está a la altura de las circunstancias. No por un proceso malo o irregular te tienen que condenar. Para ese tipo de determinaciones se necesita un tipo con cierta experiencia, cierto recorrido y conocimiento.

¿Con qué se encontró en O’Higgins?

Un grupo con grandes jugadores para revertir la situación. Empatizamos rápido, se empoderaron rápido de la idea de juego y eso favoreció el proyecto. En eso corrimos con ventaja. Después tuvimos una relación dentro de nuestro perfil, tratar de inculcar las herramientas para ayudar a salir de la situación sin un protagonismo elevado o por encima del plantel nuestro. Dentro de un perfil bajo intentamos revertir la situación.

Ramón Fernández tras su llegada dijo que ahora estaban más unidos. ¿Se encontró un plantel quebrado?

Estas transiciones las vive el grupo con el cuerpo técnico anterior. Con el mayor del respeto que tengo por el Pato (Graff), me parece una falta de respeto si comparo el proceso anterior con el presente, porque no viví lo pasado. El jugador lo hace desde su comparación o su punto de vista, porque lo notó. Nosotros no lo notamos, porque tratamos de acomodarnos lo más rápido posible.

¿Pero por el plantel que recibió era impensado estar peleando por el descenso?

Creíamos que era un poco irreal. Después se empezó a analizar, a evaluar algunas situaciones, vimos que desde una cuestión de capacidades se podía revertir la situación lo más rápido posible.

¿A qué puede aspirar?

Tenemos cuatro partidos más, tratar de sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Tenemos partidos muy difíciles. Mañana jugamos con Católica y ese puede ser uno de los partidos más complejos y de alto riesgo. Ahí veremos dónde estamos parados.

La UC viene sufriendo en los últimos duelos. ¿Está confundida?

No mido la tabla, sino el rendimiento. La UC es un equipo con una marcha más y para poder emparejar debes estar concentrado al máximo. Hablo de una cuestión técnica, táctica, futbolística y sicológica.

¿No es más fácil ganarle ahora?

No sé los tiempos. Nosotros estamos con varias lesiones. Tenemos la duda de Cahais, de Arancibia, de Acevedo, de Alarcón. Con ellos el equipo funcionaba con un circuito que ya se había encontrado. Si bien la Católica perdió de una cuestión de funcionamiento, nosotros a través de las bajas también hemos perdido.

Ustedes pueden darle un nuevo rumbo al torneo. ¿Lo asumen?

Nosotros estamos partido tras partido. Es un partido muy difícil. Pero si nosotros podemos lograr sacar un buen resultado es lo que realmente te motiva.

¿Es el torneo más extraño que ha dirigido en Chile por cómo se mueve la tabla?

La pandemia trastocó todo. Desde el punto deportivo, político, social, de todo. Que no vaya gente a los estadios es atípico.

¿Le sorprende el momento de la U y Colo Colo?

No es muy común ver a esos dos equipos en esa situación. El fútbol como la vida es cíclica. El famoso efecto piscina: es bueno tocar fondo para después salir catapultado. Son dos equipos que merecen estar en el equipo mayor.

¿Le gusta el VAR?

Me parece bueno. El VAR tiene dispositivos que el televidente no lo alcanza a detallar como lo hace el VAR. Eso genera polémica. Yo sé que el VAR trabaja con una lupa muy grande que los televidentes no vemos. Eso genera la suspicacia de que el VAR se equivoca. Quizás después todos lo deberemos ver de la misma forma. Si hay errores es porque es humano. Los acota y los achica mucho.

¿Se considera trabajólico?

Sí, la esencia de uno es esa. Ahora tenemos una estructura de edición, tecnológica que antes no la teníamos y se hacía mucho más difícil. Ahora con todo lo que existe hay muchos más matices y eso evidentemente demanda tiempo. Más allá de que uno para a descansar un rato, uno está de las 6.30 de la mañana hasta las 11 de la noche está ligado hasta la pérdida de dormirse. Uno está un poco de sol a sol metido en esto.

¿Pero obsesivo que vive para el fútbol?

Sí, yo creo que sí. Por ejemplo, en este último periodo que estuvimos parados reestructuramos toda la parte metodológica a través de las actividades. En el proceso anterior, en 2019 cuando estuvimos parados, hice la especialización de coaching. No es solo cuando estás dentro. Tengo una casa disponible como oficina de trabajo. Eso marca una obsesión, pero no desde lo desmedido, sino desde la pasión y la vocación. No es que no me tome un vino o me junte con amigos.

Porque en Rangers, su primer club en Chile, cargaba hasta carretillas....

Sí, pero fue una etapa en la que necesitábamos mejorar el predio. Pero lo hemos hecho. Somos de una escuela en la que no solo nos formaron como técnicos, sino como la vida: te va dando pautas.

Y en Temuco regaló libros de tácticas a la prensa. ¿Fue alguna indirecta?

No, hicimos una recopilación, porque habíamos tenido algunas definiciones sobre lo táctico, lo deportivo. Pero fue algo bueno, con mucho respeto y quedó con la gente de la prensa. Me parece que era el momento. Después nos fuimos y era el momento para dejar algo.

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