¿Encuestas a falta de preprimarias? El interminable tira y afloja para zanjar el lío presidencial Narváez-Muñoz

Se suponía que iba a ser sencillo, pero ahora es un rompecabezas. El pacto PS-PPD para una preprimaria ahora tiene a los primeros demandando a los segundos (Heraldo es al mismo tiempo jefe de partido y candidato) que lo cumplan y que no pongan más “excusas”. Los pepedés sacaron el conejo de dirimir por encuestas, pero a los PS no les gusta. La otra opción es un acuerdo político, pero implica que alguien se baje. Bonus track: todo esto mientras Bachelet estaba en Chile.


Hoy en la mañana el enredo de cómo resolver una candidatura presidencial única entre el PS y el PPD pasaba a una nueva fase con argumentos y críticas de ida y vuelta entre ambos partidos, y más presión del comando de Paula Narváez para que el partido que lidera su contendor, Heraldo Muñoz, “honre su compromiso” de hacer una preprimaria entre ambos antes de la legal (4 de julio). Mientras tanto, la candidata socialista -distante pero informada de las negociaciones- estuvo en una actividad por Zoom junto al economista Noam Titelman, el exdirigente de la Feuc y del movimiento Nueva Acción Universitaria (NAU).

La cuestión está trabada hace semanas, luego de que el PPD -a los ojos del PS- comenzara a relativizar el pacto que ambas partes habían ratificado antes, y que pasaba por hacer una elección entre ambos postulantes para que luego la o el ganador se mida contra Ximena Rincón el 4 de julio. Eso parece haber tenido un antes y un después luego de que la senadora DC se adelantara en llamar y felicitar al excanciller, y luego juntarse con café, foto y todo. Narváez no lo telefoneó antes. Y ahora esto parece enredarse más luego de que el partido de Muñoz sacara la carta de dirimir esto vía encuestas.

Esto se planteó por dos vías. El excanciller dijo hoy en una entrevista en Pauta que “podríamos hacer una encuesta”, más de una semana después de que su vicepresidente, Francisco Vidal, la pusiera sobre la mesa antes de retirarse de una reunión celebrada el lunes antepasado (1 de marzo) junto a los mandos del PS. Por el PPD estuvieron también Guido Girardi y el exdiputado Víctor Barrueto; por los socialistas, el mandamás Álvaro Elizalde, el secretario general Andrés Santander y el diputado Marcelo Schilling.

Esa noche, Vidal les dijo que, en vista de que el asunto parecía estancado, que por qué no zanjaban la candidatura única por la vía del sondeo, cosa que no había conversado in extenso ni con Muñoz ni con Girardi, pero que sí se venía masticando en ese partido. Luego se paró avisando que tenía una comida... con la expresidenta Michelle Bachelet, quien a todo esto seguía en el país (dicen que se marchó el miércoles 3, dos días después de estos hechos, y que llevaba cerca de un mes acá; en redes apareció una foto de ella volando de vuelta el jueves 4), y que no ha dado más pistas de su papel en este proceso luego de haber lanzado a Narváez en diciembre, con su famosa firma de la carta de las mujeres PS que apuró su candidatura.

Las versiones socialistas de esa cita aseguran que de inmediato rechazaron la idea. Y que es inusual que Heraldo esté participando de las negociaciones en su doble rol de aspirante presidencial y jefe del colectivo. Narváez no estuvo. Pero en la plana mayor PS aseguran que Elizalde la mantiene informada de todo y que se ha definido no “contaminarla” exponiéndola directamente a estas tratativas. “Siempre se estableció que este tipo de conversación política la llevara el partido, porque está en línea abierta con el comando. Nosotros estamos enterados siempre de los diálogos y participamos de las decisiones. No podría ser de otra forma”, confirma Nivia Palma, su jefa de campaña.

Una versión PPD asegura que los PS no dijeron que no ni cerraron la puerta a la idea de la encuesta. Y que si al final no se hace la preprimaria, solo quedan dos caminos para resolver el entuerto: el sondeo o el acuerdo político. El problema es que éste implica que alguien se baje. En el PPD dicen que Muñoz no lo va a hacer por distintas razones. Fuera de que los números no muestran a la exvocera disparada ni inalcanzable, la gente del excanciller narra que a él no le hizo mucha gracia que ella lo tratara de “un político de la transición” la semana pasada en La Red.

En el PS dicen leer que sus socios solo buscan ganar tiempo dilatando esto, y algunos sospechan que Muñoz se terminaría bajando si es que en el camino se le descuelga gente a la candidatura socialista. Los pepedés comentan de vuelta que el problema lo tiene Elizalde con el comando de Narváez, porque ella parece más proclive a conversar con el Frente Amplio, y que eso plantea la cuestión de si la lógica de alianzas socialista seguirá siendo con Unión Constituyente.

Incluso, algunos PPD hicieron ver que Paula Walker salió por Twitter a criticar el encuentro del lunes de la semana pasada diciendo “solo hombres en la reunión en que idearon una encuesta para evitar primarias con Paula Narváez: participaron Girardi, Muñoz, Vidal, Barrueto, Elizalde, Santander y Schilling”.

La fórmula de la encuesta, que desechan tanto en la mesa PS como en el comando, tiene el problema de que para Narváez -dicen en su partido- tendría el peligro de meterse a un callejón oscuro si es que la cuestión de quién es más conocido beneficia teóricamente a Muñoz. Y que si termina siendo un sondeo con una estrecha diferencia, para qué decir si es pegada al margen de error, no resolverá nada.

“La encuesta no es la mejor herramienta para resolver un liderazgo único del socialismo democrático”, tercia el coordinador político de Narváez, diputado Manuel Monsalve. Él insiste en que “un liderazgo común” y “un proyecto político” para ese sector han de salir de otros procesos, y le dice al PPD “que nos sigue pareciendo que no hay excusas formales ni administrativas” para no cumplir las pactadas preprimarias.

“Uno entendería la búsqueda de un acuerdo alternativo”, sigue, pero “todavía tenemos más de 50 días hasta la inscripción del 4 de mayo a la primaria legal, es perfectamente factible hacer la preprimaria”, dice. Y Nivia Palma subraya que “esta candidatura está dispuesta a competir con quién sea, dónde y cuándo sea” y que “consideramos que el PPD debe honrar sus compromisos con voluntad política, sin excusas y concurrir a una primaria con el PS como fue acordado desde antes de que irrumpiera la candidatura de Paula Narváez. Y que ella “puede ganar en todos los formatos que le presenten”.

Elizalde insistió en eso esta mañana diciendo que “lo que hay que resolver es si existe voluntad o no de concurrir a cumplir este acuerdo” y que “habría que preguntarle al PPD; lo que puedo decir es que nosotros vamos a cumplir” (Cooperativa).

A nombre de Heraldo Muñoz, su jefa de campaña, Natalia Piergentili, sale a hacerse cargo de su parte en el enredo, ya que hace dos días dijo que “nos enfrentamos a un impedimento temporal para realizar las preprimarias PS-PPD”. En vista de los nuevos antecedentes, explica que “nunca dije que nos cerrábamos a llegar con candidatura única al 4 de julio; solo dije que me parecía que los tiempos van a estar ajustados y lo dije de buena voluntad. Que esto haya puesto en duda la palabra del PPD puede deberse a que no se me entendió o no me expliqué bien”.

Pero ante la pregunta de si entonces se hará o no esa preprimaria, contesta que “no me puedo comprometer si el PPD está disponible, toda vez que su consejo general verá el tema el 17 de abril”.

Y ese último asunto también enredó esto, porque cuando las partes se juntaron el lunes 1, el PPD no había fijado ese consejo; lo hicieron dos días después, el miércoles 3. Los PS se enteraron por la prensa y se quejaron a sus socios -dicen-, porque con esa fecha les quedó claro que si el partido donde manda Heraldo dejó la fecha para el 17, ello deja muy poco margen para negociar y echar a andar una preprimaria antes de la inscripción (4 de mayo) a la legal: dicen que les reclamaron que si no quieren hacerla, que lo digan.

Próximo capítulo: los pepedés anticipan que su directiva se reunirá hoy y que pedirán juntarse oficialmente con la mesa de Elizalde para tratar de resolver este enredo que sigue alargándose, y que tiene tres salidas (repetimos: preprimaria, encuestas o acuerdo), ninguna de las cuales parece cuajar hasta ahora.

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