Los guiños de Hevia al “A favor” en duro discurso y Boric mantiene libreto con tono “unificador”: lo que dejó la ceremonia de cierre del Consejo

El Presidente Gabriel Boric y la presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia, en la ceremonia de entrega de propuesta de nueva Constitución en la sede del Congreso en Santiago.

El fin del segundo proceso constitucional estuvo marcado por dos alocuciones antagónicas. Mientras la presidenta del órgano redactor optó por palabras que, según el oficialismo y Chile Vamos fueron, "partisanas y militantes" -destacando un texto que, a su juicio, es de unidad-, el Mandatario optó por tono más neutro, pero enviando un sutil mensaje criticando las normas migratorias.


Eran las 8.34 de la mañana y en la alfombra roja que llevaba directo hacia el salón de honor del Congreso en Santiago había dos comisionados hablando con la prensa. Por un lado estaba el experto UDI Máximo Pavez con maletín en mano entregando sus primeras reacciones.

“Hay muchos partidos de centro y centroziquierda que no son de derecha que están por el ‘A favor’”, afirmaba Pavez para exponer que el reclamo de que la propuesta es de derecha no se “condice con la realidad”.

A solo un metro de distancia de él, estaba el comisionado comunista Alexis Cortés. En su hombro colgaba su bolso y también hablaba con la prensa que estaba posicionada a un costado de las vallas que cercaban la entrada. Parecía como si vinieran juntos o como si estuvieran dando el mismo mensaje, pero en realidad las palabras de Cortés eran totalmente contrarias al exsubsecretario gremialista. “Este es un texto partisano y maximalista”, decía el experto del PC.

Los mismos comisionados que hace cinco meses atrás se tomaban fotos junto al resto de los 22 expertos en el hemiciclo del Senado, celebrando un anteproyecto de consenso y fruto de un acuerdo transversal de izquierda y derecha, hoy están en veredas opuestas ya sea criticando o alabando la propuesta que redactaron los consejeros.

Solo unos minutos después, casi llegando a las 8.40 de la mañana, el Presidente Gabriel Boric entró al salón de honor junto a la presidenta del Consejo, Beatriz Hevia (republicana). Adentro había una salón casi repleto, con los 50 consejeros, 24 comisionados, familiares, asesores y representantes de otros poderes y órganos del Estado.

La entrada de Boric se dio en un ambiente sobrio y estrictamente formal. Hevia inauguró la última sesión plenaria del Consejo. Luego se entonó el himno nacional y más tarde el secretario general del proceso constitucional, Luis Rojas, dio fe de que el texto que iba a ser entregado era la propuesta de nueva Constitución que durante cinco meses redactaron los 50 consejeros constitucionales.

Hevia en modo campaña

Cuando la presidenta del órgano redactor se puso de pie y llegó hasta la testera para dar su discurso, lo primero que hizo al partir sus palabras fue hacer referencia a la tragedia que ocurrió la noche del lunes en Coronel, donde producto de un incendio murieron 14 personas.

Luego siguió con su alocución. Fuentes del Partido Republicano comentan que fue la consejera la que elaboró su intervención, pero siempre apoyada por el equipo estratégico del partido. De hecho, las mismas fuentes comentan que hubo varias versiones y que la leída en el salón de honor era la que tenía el “tono más moderado”.

“Más allá de cualquier diferencia política, es urgente entender, como lo expone ese antiguo texto, que los verdaderos chilenos, los chilenos honrados y pacíficos, anhelan con esperanza, quizás sin saberlo, que se cierre este proceso constitucional”, continuó la consejera republicana.

A lo largo de su discurso, Hevia fue haciendo referencias a lo que han sido los principales ejes de la campaña por el “A favor”. Uno de ellos, por ejemplo, la necesidad de cerrar el tema constitucional. Muestra de eso fue cuando afirmó que una necesidad urgente es “poner fin a la incertidumbre política, económica y social, y comencemos a reconstruir nuestro país, rescatándolo de la grave crisis que enfrentamos”.

Luego fue destacando los aspectos positivos del texto: “Esta propuesta constitucional permitirá un Chile más seguro, un Chile más estable y menos corrupto y un Chile que pueda salir del estancamiento económico y progresar en orden y paz”.

Segundos después, añadió: “Son todos objetivos ambiciosos, pero dotados de una legitimidad incuestionable si cuentan con el apoyo mayoritario de nuestro pueblo y la sanción democrática de un plebiscito llamado a pronunciarse en este singular momento y particulares circunstancias”.

Hevia volvió a citar algo que ella misma comentó en el discurso inaugural, al decir que el país atraviesa una “crisis moral y social de proporciones”. Sobre ese tema comentó que “la crisis moral y social ha hecho perder a nuestro país de su sentido de identidad y de propósito”.

La presidenta también recalcó temas de unidad: “Se quiera reconocer o no, hemos llegado a acuerdos que también reflejan la diversidad de voces y perspectivas que conforman nuestro querido país (...) Espero que esta Constitución nos recuerde, día a día, que cuando nos unimos en la búsqueda del bien común, podemos lograr grandes cosas (...) Es importante recordar que este proceso de redacción de una Constitución es un acto de colaboración y diálogo”. Finalmente cerró pidiendo que “Dios bendiga a Chile”.

El discurso de Hevia no fue bien recibido por Chile Vamos y tampoco por el oficialismo. Eso se podía apreciar en los rostros de algunos consejeros y comisionados. Cuando finalizó, los representantes de la izquierda no aplaudieron sus palabras. Mientras Hevia hablaba, Boric escuchaba atentamente con cierta molestia en su semblante, mientras anotaba apuntes en su discurso impreso. Al volver a la testera, Hevia y Boric no se saludaron.

En Chile Vamos consideraron que Hevia “se olvidó de su rol institucional”. Otros comentaron que optó por un discurso “partisano y militante”. Algunos se molestaron con su referencia a los verdaderos chilenos. “¿Quiénes serían los verdaderos y los falsos chilenos?”, se quejaba un representante de Chile Vamos. Otros consideraron que no correspondió que Hevia hablara de acuerdos y unidad cuando es un “hecho indesmentible que el texto no tiene esas características”.

Algunos incluso echaron de menos que en su discurso destinara palabras al vicepresidente, Aldo Valle (Ind.-PS), a quien solo nombró al final casi al cerrarse la ceremonia. “Hubiese sido mejor que usara un tono más transversal”, se quejó una consejera. Otras voces de Chile Vamos opinaron distinto, valoraron sus palabras y celebraron el tono.

La izquierda también tuvo sus reparos. “La presidenta Hevia siguió la tónica del proceso y es que incluso en los momentos en que se requiere mayor ecuanimidad y donde se demanda mayor transversalidad, prefirió hablarle a un solo sector”, afirmó el comisionado de RD Domingo Lovera. El delegado socialista, Alejandro Köhler, calificó su discurso como un “sectarismo extraordinario”.

Boric mantiene la línea

Cuando Boric subió a leer su discurso, partió improvisando con un duro mensaje que tuvo una sola lectura. Tomando la misma referencia a la tragedia de Coronel, el Presidente lanzó una crítica indirecta al texto del Consejo. “14 personas muertas, varios niños, todos migrantes. Sería bueno preguntarse en nuestros mismos discursos y en nuestras acciones cómo tratamos a esa gente que falleció ayer y cómo las propuestas de norma también se hacen cargo de estas realidades”, partió diciendo el Mandatario.

Pese a que no hizo referencia explícita, todos los presentes entendieron que hacía mención a la norma republicana, que quedó en el texto, que establece que los migrantes irregulares deben ser expulsados del país “en el menor tiempo posible”.

El Mandatario señaló que con la entrega del texto ahora “los chilenos deberán decidir si esta es una propuesta que nos une”.

“En el caso de que la propuesta sea aprobada, no les quepa duda que como gobierno cumpliremos con su correcta implementación e instalación y nos haremos cargo como corresponde, en conjunto con los demás órganos del Estado, del proceso de reformas legales que se requerirá”, agregó Boric.

En caso de que se imponga el ‘En contra’, el Presidente confirmó que el rumbo del gobierno estará centrado en “seguir trabajando en el bienestar de las personas, respondiendo con sentido de urgencia a las demandas sociales que la ciudadanía nos exige y que hoy son la principal preocupación de nuestros compatriotas”.

“Más allá de los resultados y de lo que dirima el pueblo de Chile, podemos decir que nuestras herramientas y nuestras formas de relacionarnos siguen siendo esencialmente institucionales y democráticas. Que la violencia no tiene cabida en democracia y que a través del diálogo y del encuentro respetuoso de quienes piensan distinto somos capaces de solucionar los desafíos y problemas que tenemos como sociedad”, planteó el Presidente.

El Presidente mantuvo el libreto del gobierno y no se refirió a su postura respecto al texto. Por lo mismo, fue presionado por timoneles de Chile Vamos. “El Presidente tiene que sincerar algo que para la ciudadanía es más o menos evidente, que su coalición, la que lo sustenta políticamente, ya se decantó por El Contra, no es ningún pecado que el Presidente está por esa opción”, dijo el presidente de la UDI Javier Macaya.

Su par de RN, Rodrigo Galilea, indicó que “más temprano que tarde el Presidente tendrá que decir algo que es evidente dada la posición que han tomado los partidos que son parte de la coalición de gobierno”.

Luego de la ceremonia vinieron abrazos y fotos. El oficialismo y representantes de Chile Vamos se fueron, cada sector por separado, a almorzar. Los republicanos tendrán un asado durante la tarde y los comisionados de Chile Vamos con sus asesores tendrán una celebración durante la noche de este martes.

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