Trece años de cierre y un accidentado proceso: el último acto antes de la reapertura del Teatro Municipal de Viña del Mar

El recinto se encuentra cerrado producto de los graves daños que provocó en su infraestructura el terremoto de 2010. La recepción definitiva de las obras, que se han dilatado por falta de recursos, una licitación fallida y el estallido social, se concretaría en octubre de este año y la programación cultural, aún por definir, incluiría un fuerte componente local. "Sin duda lo vamos a posicionar como uno de los mejores espacios culturales a nivel nacional", dice la alcaldesa Ripamonti.


Ya está casi listo. Así lo anunció la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti (RD), en su cuenta pública: “Hoy se están haciendo los últimos mantenimientos y cerrando los últimos contratos”. La meta es que el Teatro Municipal, inaugurado el 11 de octubre de 1930, reabra al público en octubre próximo, luego de permanecer más de 13 años cerrado producto de los graves deterioros que le provocó el terremoto del 27 de febrero de 2010.

El sismo provocó daños en el techo del edificio de arquitectura neoclásica -con detalles de inspiración greco-romana- y en el muro posterior del escenario (de 30 metros de alto).

Así, con recursos de la alcaldía ($ 685.802.000), de la Subsecretaría de Desarrollo Regional ($ 5.115.752.320.) y del Ministerio de las Culturas ($ 3.304.984.000), se han financiado las distintas partidas que ha contemplado la reparación de este Monumento Histórico (2009), obra de los arquitectos Renato Schiavon y Aquiles Landoff.

La subsecretaría detalló que el proyecto “contempla refuerzo estructural, reparación de pisos, estucos, enlucidos, terminaciones, cielos, iluminación, en una superficie aproximada de 4.473 m2 y una ampliación (edificio nuevo) de 2.216 m2, cuyo objetivo es brindar al teatro de recintos que no existen (camarines, salas de ensayo y administrativas, y bodegas) y que son necesarios en este tipo de establecimiento, además de reparación de butacas, adquisición de equipos y equipamiento, y obras complementarias”. Asimismo, se ha dotado al teatro de equipos de sonido e iluminación de estándar internacional.

Sin embargo, los trabajos se han tomado más tiempo del inicialmente previsto.

Primero, porque a medida que avanzaban las obras el proyecto se encarecía, y era necesario pedir más recursos. Segundo, porque la empresa a cargo de la restauración de la obra gruesa -Ingeniería y Construcción Puerto Principal S.A.- incumplió gravemente el contrato en 2019 y el municipio tuvo que liquidar el convenio, y volver a licitar en 2020 a la empresa Kalam el 8% de los trabajos que quedaron pendientes y concluyeron recién en 2021.

Macarena Ripamonti

Y tercero, porque la Contraloría había detectado que el permiso de obras había caducado durante la administración de la exalcaldesa Virginia Reginato (UDI), porque “no demostró haber iniciado los trabajos de construcción del proyecto (...) antes que caducara el permiso de edificación”, se lee en el informe final 1.001 (2018) del órgano contralor. Por tanto, la gestión de Ripamonti tuvo que regularizar la autorización. Y lo consiguió presentando un informe de la Seremi de Vivienda, que acreditó que sí se concretaron los trabajos antes que el permiso perdiera vigencia. De este modo, en diciembre de 2022 y a través de un dictamen, el contralor regional de Valparaíso, Ricardo Betancourt, subsanó la observación al informar a la alcaldesa que “es posible dar cuenta que efectivamente (...) los trabajos a que se alude en el Acta N° 27, de 2016, sí estaban incluidos en dicha autorización, concretándose tales obras antes de la fecha de su caducidad”.

Entre medio ocurrió el estallido social y el recinto fue atacado, lo que supuso una nueva necesidad para la recuperación del inmueble: la construcción de un muro perimetral, que ya comenzó (2 de mayo) y se proyecta concluya en agosto y cuyo diseño, por tratarse de un Monumento Histórico, debió ser aprobado por el Consejo de Monumentos Nacionales. También está en ejecución la reparación del tensor del cortafuego, una estructura de 90 años de antigüedad, 10 metros de alto, 12 de ancho y cuatro toneladas, y que está ubicado, como en casi todos los teatros, al medio del escenario. La estructura permanece, por el momento, a ras de piso. Y los distintos ensayos que ha organizado el municipio, con bandas locales para probar los nuevos equipos, los ha tenido que realizar con la estructura dividiendo el escenario.

Este mes, un equipo del municipio también comenzó a trabajar en la restauración de la cenefa: una tela de 14 metros de largo y tres de ancho que será instalada en la parte superior del escenario -se estima que sea durante julio-, y que acompaña a la cortina que abre y cierra las funciones de teatro. En paralelo, el municipio compra el último mobiliario para camarines, guardarropía y salas administrativas, y repara las filtraciones de agua detectadas en el foso del ascensor montacarga. También se trabaja en un informe de diagnóstico, para revisar el estado de los ascensores que utilizará el público. Su puesta en marcha está planificada para agosto.

18 de mayo de 2023. Frontis del Teatro Municipal de Viña del Mar. Foto: Dedvi Missene.

Luego, para junio, se tiene programado reparar el cielo, piso y muros del sector de las graderías, por donde se filtró agua durante las copiosas lluvias del 2022. Todas las butacas, para ese sector, como platea alta y baja, ya fueron instaladas. Resta colocar la demarcación del suelo y huinchas antideslizantes. Además, serán reparadas las filtraciones detectadas en el techo vidriado del edificio nuevo; se pondrá en marcha el sistema de climatización y se comenzará a elaborar un plan de emergencia.

En agosto se espera ingresar el proyecto final a la Dirección de Obras Municipales (DOM). La idea es obtener la recepción definitiva entre septiembre y comienzos de octubre, y este mismo mes reabrir el espacio con un gran espectáculo aún por definir.

La programación cultural en un comienzo sólo comprenderá lo que reste de 2023 e incluirá un fuerte componente local, como es el lineamiento del Departamento de Cultura municipal, por lo que se proyecta la presentación de agrupaciones artísticas de la ciudad.

Respecto de la fecha de reapertura, el concejal René Lues (DC), presidente de la comisión de Turismo del concejo, comenta que “la municipalidad ha expresado su voluntad de que el teatro se pueda reabrir el próximo mes de octubre, pero han dado tantas fechas distintas que a estas alturas cuesta mucho creer en sus proyecciones. Ojalá puedan cumplir con esa fecha, pues el Teatro Municipal tiene una importancia fundamental para el desarrollo de las actividades artísticas y culturales de Viña del Mar y su reapertura es urgente y necesaria. No obstante, por todo lo señalado estimo que la reapertura no será antes de noviembre o diciembre”.

La historia del edificio

Piero Castagneto, periodista e investigador histórico, cuenta que “la idea con que Viña del Mar contase con su propio teatro se remontaba a 1912, y para ello se contaba con un terreno donado por Blanca Vergara de Errázuriz, hija del fundador (de la ciudad), José Francisco Vergara”.

“La razón por la que se construye, en definitiva, fue por la política de fomento a la ciudad como plaza turística, impulsada desde el Estado por la voluntad política del primer gobierno, de carácter dictatorial, del general Carlos Ibáñez del Campo. Por ello, el investigador Rodrigo Booth se refiere a este período (1927-1931) como de la ‘transformación autoritaria de la ciudad’, que implicó numerosas obras de mejoramiento urbano y la construcción de edificios emblemáticos inaugurados en un lapso muy corto: el Palacio Presidencial de Cerro Castillo, el Teatro Municipal y el Casino, todos en 1930. En el caso de este último, fue para la fiesta de Año Nuevo con que se recibió al año 1931. Aunque el Hotel O’Higgins se entregó con más retraso, en 1935, es parte del mismo plan”, agrega Castagneto.

18 de mayo del 2023. Cenefa que será instalada en la parte superior del escenario del Teatro Municipal de Viña del Mar. Foto: Dedvi Missene.

Durante los años 40, detalla el historiador, se presentaron artistas exiliados a causa del nazismo y la Segunda Guerra Mundial, como los directores alemanes Fritz Busch y Erich Kleiber. También pasaron por este escenario los directores de orquesta chilenos Armando Carvajal y Víctor Tevah; pianistas como Rosita Renard, Armando Palacios y Claudio Arrau; la coreógrafa Cristina Hoyos, la actriz Sara Montiel, el cineasta Emir Kusturica, el cantautor Toquinho, el barítono Leo Nucci y el guitarrista Paco de Lucía, entre otros.

Hasta 2010, el edificio también funcionaba como sede del Festival Internacional de Cine, del Concurso de Ejecución Musical “Dr. Luis Sigall” y también era utilizado para graduaciones de establecimientos educacionales.

La alcaldesa Ripamonti aseguró, respecto del teatro, que “sin duda lo vamos a posicionar como uno de los mejores espacios culturales a nivel nacional. No esperamos menos que eso”.

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