Por Álvaro Peralta Sáinz, cronista gastronómico

En estos días de calor me pasa que a la hora de almuerzo necesito comer algo, pero muchas veces no me apetece ingerir nada caliente. Por lo mismo, una preparación fría de comida japonesa aparece como una excelente opción. Entonces, como justo me encontraba por el sector de Isidora Goyenechea, me pareció que tenía una excelente oportunidad para volver a visitar este clásico restaurante japonés.

Era la una y media en punto y el salón del primer piso estaba repleto, por lo que la única opción fue instalarme en la barra. Como es de costumbre en los restaurantes japoneses, pensé que sería el itamae quien me atendería. Sin embargo, aquí esta persona se limitó a mostrarme el código QR donde podía descargar la carta y me indicó que ya vendrían a tomarme el pedido. Una lástima, porque es muy agradable comer en la barra siguiendo las sugerencias del itamae.

Como sea, cuando se me tomó la orden me incliné por un Sashimi Moriawase Especial ($17.000), que es en realidad una selección de distintos tipos de pescado en corte sashimi. Para acompañar, una cerveza japonesa Asahi ($5.500). Tras ver cómo armaban mis sashimis éstos llegaron a mi puesto presentados en una pequeña tabla de madera con su correspondiente wasabi y algo de rábano blanco rallado. En total eran veinte cortes (cuatro de cada uno) de bonito, reineta, salmón, corvina y un róbalo que estaba muy pero muy bueno; un peldaño más arriba que el resto de los pescados. Un plato simple pero que siempre ayuda a comprobar la calidad del producto con que se trabaja en el lugar. Para seguir continué por el lado frío y pedí un Moriawase Niguiri y California Roll ($16.700), que consistía en seis rolls con salmón y palta más seis niguiris de (dos cada uno) reineta, pulpo y camarón. Los rolls estaban correctos y los niguiri bastante bien, aunque no tan suaves ni con ese sutil toque de vinagre de arroz que suele tener esta preparación.

Así, a pesar de algunos detalles, se cumplió el objetivo: comer bien y solo cosas frías. Sin embargo, un detalle externo que complotó en contra de un almuerzo más confortable fue que -al menos en el sector del comedor en que yo me encontraba- hacía mucho calor. Desconozco si el aire acondicionado estaba malo o simplemente muy suave, pero el asunto es que se almorzó frío, pero se pasó calor. Un contrasentido total. Si uno estuviese comiendo en un boliche callejero puede hacer la vista gorda con la sensación térmica, pero este claramente no era el caso.

CONSUMO TOTAL: $39.200

DIRECCIÓN: Enrique Foster 172, teléfono 222351422, Las Condes.

HORARIO: Martes a sábado 12 a 14:45 y 18 a 20:45 hrs.

ESTACIONAMIENTO: Tiene, pero pequeño.

PÚBLICO: Todo público.

EVALUACIÓN: ✮✮✮

Calificaciones: ✮✮✮✮✮ Sobresaliente / ✮✮✮✮ Excelente / ✮✮✮ Satisfactorio / ✮✮ Mucho que mejorar / ✮ Para no volver