El diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, ha sido uno de los negociadores desde las directivas de Chile Vamos en el proceso constituyente.

En esa línea, hace un llamado a la calma y a hacer cambios para que el proceso tenga éxito.

¿Cómo ha visto el proceso constituyente?

El proceso constitucional está en un punto de inflexión. Necesitamos calma, realismo y liderazgo. Calma, porque faltan etapas clave. Realismo, porque tanto la izquierda como la derecha tienen que asumir que solo se va a aprobar algo que logra vincular demandas ciudadanas con transversalidad política. Y liderazgo, porque necesitamos que los referentes estén en “modo próxima generación” y no en “modo próxima elección”. Necesitamos más liderazgo de su parte.

¿Pero el balance es positivo o negativo?

Cualquier intento por decir que este proceso es igual al anterior es simplemente inaceptable. Hay que valorar esa diferencia. Pero hay ciertas cosas que nos parece que no se están asumiendo. Lo primero es que al proceso le quedan varias etapas. Cuando redactamos el “Acuerdo por Chile”, supusimos que era posible una cierta tensión entre los expertos y los consejeros. Y ahora tienen que operar los contrapesos que se prevén. Yo llamaría a la calma. Además, a ratos siento que hay una falta de realismo de la izquierda y la derecha que tiene que empezar a asumirse.

¿A qué se refiere?

Las constituciones son siempre hijas de su tiempo. La izquierda tiene que asumir que aunque no le guste, en Chile ha ocurrido algo que se llama modernización. El que se hable de propiedad de los fondos de pensiones, de la libertad de elección en salud y de migración ilegal, no es que pertenezca a la derecha o al Partido Republicano, son datos de la realidad. Y por el lado de la derecha es necesario que el realismo se imponga. El fracaso de la Convención tuvo que ver con el empeño de construir un proyecto constitucional que no tenía una transversalidad suficiente. Tanto Chile Vamos como republicanos tienen que asumir que por mucho que ciertas demandas ciudadanas puedan estar expresadas, si el texto no tiene transversalidad difícilmente va a llegar a flote.

La derecha se dividió tras la votación del inciso “todo ser humano es persona”. ¿Cómo recomponer los ánimos?

Tenemos que cuidar los tonos, ser menos grandilocuentes y entender que la tarea es ver cómo nos jugamos porque Chile logre un texto de unidad. Todos tienen que poner de su parte para hacer del texto algo posible de construir para el futuro. Todos tienen que asumir su responsabilidad.

La opción “En contra” lidera en las encuestas. ¿Qué se juega la derecha del éxito de este proceso?

Es un hecho que la clase política en general se juega la estabilidad del país y el poder retomar el clima de los acuerdos. Ya nos notificó el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), quien es una expresión clara de la extrema izquierda, el empeño de empujar una asamblea constituyente. Si este proyecto fracasa, estás haciendo campaña presidencial a la izquierda más extrema. Les hago un llamado a todos los referentes de los distintos sectores que entiendan que solo en la medida en que se juegan su capital político esto tiene posibilidad de salir adelante. El único ganador va a ser la izquierda más radical.

Diego Schalper (RN).

Pero Chile Vamos se la jugó por darle continuidad al proceso constituyente. Si fracasa, los pueden culpar.

La sensación que va a quedar es que si no somos capaces de sacar adelante un proceso constitucional institucional, va a agarrar aire de nuevo el empeño ‘reembolsacional’ de los sectores radicales del país. Ojalá todos los sectores institucionales se den cuenta de que tenemos que construir estabilidad en Chile.

Desde republicanos han deslizado que pueden estar en contra. En Chile Vamos creen que el partido de Kast endosará la responsabilidad a la UDI, RN y Evópoli.

Yo observo que a medida que el proceso avanza, aquellos que tienen la mayoría difícilmente van a poder disociarse del resultado. Este se encuentra amarrado a esas mayorías. Yo invito a que todos contribuyan al resultado, y no estén encontrando una excusa para no hacerse responsables.

En Chile Vamos ya hay quienes se quieren desmarcar.

Eso es una mirada que no da cuenta de la realidad. Si el proceso fracasa, el único que gana es Daniel Jadue y su empeño por volver a reeditar una asamblea constituyente en Chile. Y todos aquellos que pudiendo haber hecho algo más no lo han hecho, obviamente que van a tener una responsabilidad.

¿Un fracaso también repercutirá en José Antonio Kast y los republicanos, que son mayoría?

Es un hecho que las fuerzas políticas que condujeron el acuerdo y las que tienen la posibilidad de conducir el Consejo tienen una responsabilidad en el resultado. Y si este no es satisfactorio, especialmente porque no se hizo todo lo que se pudo, obviamente que eso va a salpicar negativamente a todas las fuerzas políticas. Acá está en tela de juicio si la institucionalidad, los partidos y la democracia organizada tienen la capacidad de procesar nuestras diferencias o no.

¿Si fracasa el proceso se puede volver a intentar uno nuevo?

No. Es tal la relevancia, que tenemos que sacar adelante este proceso con la claridad de que no va a haber una tercera oportunidad. Si fracasa el proceso constitucional seguimos teniendo una institucionalidad deficiente para enfrentar los problemas que vienen.