En principio son cinco las variables o factores a considerar para lograr una arquitectura sustentable, sin orden de jerarquía, pues todas son importantes y ocurren al mismo tiempo; estas serían las siguientes:

El contexto: saber dónde se ubica la obra (urbano, rural, calle ruidosa, sector boscoso, seco, entre edificios, etc.), saber de su relieve (plano, en pendiente), calidad de suelo (pantanoso, con arena) y a qué condiciones climáticas se la someterá (sol, lluvias, viento, temperaturas). En todas se puede lograr algo de calidad, lo relevante es ir al lugar, obviamente, y observar.

La construcción: definir materiales aislantes, impermeabilizantes, almacenadores de energía, con efecto invernadero o no, sombras, tamaño, forma, orientación, control de ventilaciones, tipos de ventanas, durabilidad, mantenciones y posible 'recuperabilidad' futura.

Equipos de climatización (sistemas activos): en muchos lugares se deberán incorporar aunque se haya optado por muy buenos materiales y estrategias relacionadas con el clima; aquí hay que fijarse en el tipo de combustible (no contaminante, disponibilidad y valor), la eficiencia del sistema mismo (cuánto rinden y su rapidez), sus dispositivos para reducir contaminación (filtros, sellos), sus mantenciones, existencia de repuestos, modo de empleo (lo más simple idealmente) y la seguridad que brinde.

Los usuarios: conocer sus hábitos o costumbres, su conocimiento de la responsabilidad medioambiental, o bien su conciencia ecológica (o ausencia de ella). Al respecto, hay familias que viven en casas mal aisladas térmicamente pero suelen ser personas más eficientes que otros que viven en construcciones muy superiores.

El quinto apunta al 'qué más' tiene el diseño; esto se refiere a una vista, un lugar familiar de encuentros, una terraza, un ambiente proporcionado y acogedor, un uso extra (un taller, una sala de juegos, un estudio)... ese algo que no se olvida. Esto es de gran relevancia, pues en ambientes gratos se vive mejor y no se lo considera en ninguna certificación ambientalista.

Con estas bases explicadas se contribuye muchísimo, y recién ahora se puede tomar un lápiz y papel o el mouse y un PC. Si uno es el arquitecto, es lógico que las considere y luego se lo informe al cliente; si no lo es, pídale explicaciones por cada uno de estos puntos al responsable de la obra.

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