El auto eléctrico tiene una serie de ventajas frente a sus homólogos con motor a combustión. De hecho, el precio de venta hoy resulta el gran inconveniente para que un usuario se decida a cambiar de matriz energética, ya que el resto de los costos, como mantención y recarga de energía vs. combustibles fósiles, es más económico.

Pero esta máxima, que en general dice que un auto eléctrico gasta en energía entre un 20% y 25% menos de lo que se desembolsaría en una gasolinera, al parecer podría quedar en entredicho en uno de los países que ha liderado la electromovilidad.

Según indican medios especializados de Europa, en Noruega resultará más caro cargar un auto eléctrico que llenar el tanque de gasolina de un vehículo con motor térmico.

Pero ¿qué pasó en el país que parecía el paraíso para los autos eléctricos?

El auge de los vehículos recargables fue empujado a nivel estatal -como en todos los países serios donde avanza la electromovilidad- eximiendo del 25% de IVA que se paga al adquirir un auto de ese tipo, a lo que se sumaban beneficios como recargas gratis en la vía pública o estacionamientos sin costo, medidas que también se han ido replicando en el Viejo Continente.

Con esto, se logró que el 20% de los vehículos que circulan en el país escandinavo sean eléctricos. Además, la Asociación Noruega de Vehículos Eléctricos (Norwegian EV Association) señaló que en dos años los autos recargables alcanzarán el 30% de participación del mercado.

cargadores para autos

Pues bien, tanta beneficencia que elevó las ventas en la tierra de Odin tendría nubes en el horizonte, puesto que el gobierno de Noruega ha perdido unos 1.878 millones de euros en impuestos por las ayudas a ese tipo de movilidad, cifra que deberán empezar a recuperar.

Para volver a números fiscales azules, se anunció que en 2023 todos los autos eléctricos que tengan un valor superior a los 48.000 euros pagarán el IVA del 25%.

Eso sí, no es lo único. Debido a problemas energéticos que existen desde hace meses en Europa, los sistemas de carga pública también estarán obligados a subir los precios. Esto se explica por los costos extras que ha debido pagar Noruega al generar más del 20% de su electricidad con energías fósiles, sobrecostos que ahora empezarán a repercutir en los usuarios que utilizaban los sistemas de carga pública.

En números, según indicó el periódico Avisa Oslo, los precios casi se triplicaron y el costo más bajo quedó en 35 coronas por hora. Si se compara con el precio que tenía desde 2019, con precios entre 5 y 15 coronas por hora, el alza es considerable. Y no es lo único, el diario Dagsavisen agregó que los precios se multiplicaron por siete en menos de cuatro años para la recarga regular a última hora de la tarde y de noche, lo que es claramente complejo para los usuarios, considerando que las horas de luz en Noruega son menores a las de otros países.

Noruega

Por todas estas razones, la Asociación de Vehículos Eléctricos de Noruega dijo que ya no está en condiciones de recomendar a las personas de Oslo que se cambien a un auto eléctrico.

De todas maneras, después de la presión que se ejerció por el alza de los precios, se informó que habrá nuevos precios para la carga pública en Oslo, aunque todavía no se informan los precios finales, los que de todas maneras serán mayores al precio original, pero inferiores a la decidida por el Ayuntamiento hace unas semanas.

Es el temor que generan todavía los autos eléctricos, que a raíz de problemas externos o crisis energéticas se eleve la tarifa, obligando a los usuarios a meterse la mano al bolsillo para solventar la nueva movilidad.