Este domingo, la Conferencia Episcopal se refirió al resultado que dio por ganadora la opción “En Contra” en el plebiscito constitucional, detallando una serie de prioridades que, afirma, debe atender el mundo político luego de dos intentos fallidos por tener una nueva Carta Magna.

Ante el resultado de esta jornada electoral que con el 99,86% de las mesas escrutadas daba por rechazada la propuesta planteada por el Consejo Constitucional con un 55,76% de las preferencias frente a un 44,24% que respaldó el borrador, desde el organismo de la Iglesia Católica afirmaron que dado el resultado “no cabe sino aceptar la soberanía popular, expresada a través de un ejercicio plenamente democrático”.

Y añadieron que “todos estamos llamados a enmarcar nuestra vida política y social bajo la Constitución política vigente, con estricto respeto al estado de derecho y a las normas democráticas que nos rigen”.

Tras plantear los temas prioritarios de ahora en adelante, señalaron que “ante estos retos, la respuesta de los dirigentes políticos no puede ser vivir enfrentados unos contra otros, sino alcanzar acuerdos que vayan en favor de todos, especialmente de los más pobres y postergados”, sostuvieron mediante una declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile.

En ese sentido, plantearon que tras los dos procesos constitucionales, estiman que los chilenos “valoran los acuerdos y los grandes consensos en materia social y política, y esperan que sus líderes avancen por esa senda”.

Asimismo, el organismo hizo un diagnóstico de lo que desencadenaron los intentos por reemplazar la Carta Fundamental vigente, asegurando que esto provocó “polarización y fragmentación, provocando en la población un distanciamiento y desvalorización de la vida política, lo que no hace bien a nuestra democracia”.

Debido a lo anterior, es que también plantearon las urgencias que debe tener el mundo político luego de este resultado que mantendrá la actual Constitución, entre las que mencionan la seguridad, la salud, las pensiones, crecimiento económico, educación y “todo lo que contribuya a un clima de mayor paz y relaciones más justas entre nosotros”.