Justo cuando Carabineros salía a explicar que tres vuelos comerciales debieron interrumpir su viaje ante un llamado anónimo que alertaba sobre la presencia de artefactos explosivos, otra denuncia entraba en el call center de Latam Colombia para advertir sobre la presencia de explosivos en otras seis naves comerciales. Eran las 17 horas y a esas alturas la situación dejaba de ser anecdótica: los vuelos se retrasaban y más de 400 pasajeros se veían perjudicados por falsas alertas.

El primer llamado entró a las 13.25 en las oficinas de la aerolínea Sky. Una voz anónima denunciaba la presencia de explosivos en el vuelo 524, proveniente desde Mendoza a Santiago. Pero esta alerta se recibió cuando el avión ya estaba en territorio nacional.

Cinco minutos más tarde entró el segundo llamado, y la situación comenzó a elevar la preocupación. Otra bomba, según el denunciante, estaba en el vuelo H2 162 que unía Santiago-Antofagasta, también de Sky. Dada la emergencia, la empresa ordenó "la instrucción de retorno del avión", "informándoles a los pasajeros que se debía a un procedimiento de seguridad ordenado por el aeropuerto".

A bordo viajaban 102 pasares, quienes debieron descender una vez en Pudahuel.

Ambas alertas resultaron ser falsas, tras los peritajes de rigor del Gope, quienes lejos de terminar su jornada ahí continuarían en lo mismo, pues otros 7 vuelos debieron ser intervenidos.

Ahora el turno sería de la empresa Latam. El primer vuelo afectado de esta empresa aterrizó en la ciudad de Pisco, en Perú, luego que un llamado anónimo asegurara que una bomba viajaba junto a los pasajeros que iban desde Santiago hacia Lima.

La cuarta llamada fue las más alarmante, pues daba cuenta de la presencia explosiva en cinco aviones. Según los antecedentes de Carabineros, cerca de las 18.00 una llamada ingresó al call center de Latam en Colombia, el que, mediante voz masculina, alertaba sobre la presencia de explosivos en cinco vuelos.

Los aviones que tenían como destino Antofagasta fueron informados de la emergencia ya cuando habían aterrizado. Producto de ello, más de 200 pasajeros debieron esperar la inspección antes de retirarse , para descartar explosivos.

Los vuelos afectados en cuanto a los cambios de ruta fueron el Lan 632, desde Santiago hacia Lima, el cual debió arribar en Iquique por protocolo. Lo mismo debió hacer un vuelo que unía Santiago y Buenos Aires, y otro que arribó sin problemas a Chile, proveniente desde Mendoza. En todos se descartó la presencia de explosivos.

La investigación quedó a cargo del fiscal Occidente, Eduardo Baeza, quien dispuso de los peritajes del Gope y del OS-9 de Carabineros.

Desde Latam indicaron que "ante esta situación, la compañía y la autoridad aeronáutica activaron los protocolos de seguridad, que implican una revisión exhaustiva del avión y eventualmente la necesidad de alternar el vuelo a otro aeropuerto".

El director de la DGAC, Víctor Villalobos, sostuvo que las amenazas a vuelos comenzaron el miércoles. "Esto se inició a partir de ayer (miércoles). Tuvimos una amenaza de sabotaje de aeronave". Señaló que se activaron los protocolos, se inspeccionó un avión y no se encontró nada.