Los hongos, al igual que virus y bacterias, son microorganismos que están provocando un cambio epidemiológico en la salud mundial. El cambio climático y las migraciones poblacionales están haciendo que enfermedades que antes no eran diagnosticadas en algunas zonas geográficas, hoy estén apareciendo.

Hasta fines de 2016, en Chile ni siquiera se sabía cuál era la cantidad de personas con enfermedades fúngicas (producidas por hongos) de carácter grave. Solo a comienzos de este año, Eduardo Álvarez, académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y presidente de la Asociación Micológica de Chile (Amich), junto a David Denning, profesor de la U. de Manchester, publicaron un estudio en que por primera vez estiman la cantidad de enfermedades causadas por hongos: casi el 2% de la población, es decir, unas 325 mil personas, sufren cada año infecciones fúngicas graves. "Las infecciones causadas por hongos son algo así como un caballo de Troya: se les da poco interés, pero las estadísticas dicen lo contrario", dice Álvarez.

Muchos de estos hongos están en el ambiente, en el aire o en el suelo, hay patógenos oportunistas y otros como la Candida, que son parte de nuestra microbiota, pero cuando hay un desequilibrio puede ser dañina. "El problema mayor es para los pacientes inmunocomprometidos, como leucémicos, trasplantados, diabéticos descompensados, pacientes con catéteres, con cáncer, VIH-Sida, entre otros", indica.

Subdiagnóstico

A eso se suma que existen numerosos errores en el diagnóstico, sobretodo en centros de baja complejidad. "La mayoría de las pruebas clave de diagnóstico están disponibles en Chile, pero no siempre se usan en la máxima medida. Además, los datos acerca de las enfermedades fúngicas proceden principalmente de las zona central del país, pero no hay datos sobre casos clínicos, epidemiología y los informes de regiones remotas, lo que contribuye a la falta de conocimiento acerca de la carga real de la enfermedad fúngica grave", recalca. Incluso, a veces la persona muere sin que se sepa qué hongo causó la infección aunque la mortalidad no es excesivamente alta, ya que en general, el médico indica una terapia profiláctica "un tanto a ciegas", esperando una buena evolución, indica Álvarez.

Enfermedades graves

Según el estudio, la candidiasis vaginal recurrente, con más de cuatro episodios al año, producida por Candida albicans, es la más frecuente en la población con casi 273 mil casos al año (tasa de 3.108 por cada 100 mil). Las levaduras del mismo género Candida pueden producir candidiasis oral, esofágica, candidemia, peritonitis. "El género Candida posee muchas especies, la más frecuente es la C. albicans. Es importante identificar cada especie involucrada, pues muchas veces, algunas presentan resistencia a los tratamientos habituales".

A esta infección le siguen la aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) causada por Aspergillus especies y el asma grave con la sensibilización fúngica (SAFS).

Hay otras infecciones por hongos que no son graves, pero sí con alta prevalencia como las tiñas ("pie de atleta"), que no fueron consideradas en el estudio.

Nuevos casos

El flujo de personas que llegan al país y los chilenos que salen de las fronteras provocan que nuevos organismos lleguen al territorio. Según las condiciones ambientales particulares de cada zona geográfica del mundo, las poblaciones de microorganismos son diferentes. "Existen hongos que son habituales de zonas tropicales o subtropicales que no estarán presentes en zonas frías como nuestro país", dice el investigador, pero el flujo migratorio puede introducir estos agentes. En los laboratorios de la U. de Chile se han detectado casos de tiña de la cabeza por Trichophyton tonsurans en inmigrantes, un agente que no se reportaba y que nunca se había encontrado en el país. Lo mismo ha ocurrido con un par de casos de micosis producidos por Histoplasma capsulatum, también en pacientes extranjeros.

"El cambio climático también puede traer nuevos hongos. Quién sabe si en un futuro tengamos un clima más cálido, subtropical, y el espectro de agentes patógenos cambie y con ello también infecciones fúngicas que no están en Chile", dice Álvarez.