Era el desafío más importante para el Presidente Rafael Correa. Tras una década en el poder, su Revolución Ciudadana enfrentaba el examen más duro en las urnas, sin que él apareciera en la papeleta. Pero ayer, su "delfín político", el aspirante oficialista Lenín Moreno, de Alianza País, lograba extender su proyecto al obtener en la segunda vuelta electoral un 51,1% de los votos, frente a un 48,8% del opositor Guillermo Lasso, del movimiento de centro derecha Creo-SUMA, con el 94% escrutado. A pesar que durante la jornada las encuestas de boca de urna se contradecían y mostraban a ambos candidatos como ganadores, finalmente la cifras oficiales del Consejo Nacional Electoral le daban a Moreno la victoria.

Tras conocerse los resultados, Moreno, quien quedó parapléjico por un disparo en un asalto en 1998, dijo que "de aquí en adelante a trabajar por el país, todos, todos vamos a trabajar por nuestro querido Ecuador". Y añadió que "sabremos escuchar las críticas, viva Ecuador, vamos a trabajar en paz y armonía".

Por su parte, el candidato opositor Guillermo Lasso, dijo anoche a la televisión Teleamazonas que exigirá un recuento de votos. "Están manoseando la voluntad popular y vamos a exigir el reconteo de los votos, porque el pueblo ecuatoriano votó por el cambio, votó contra la dictadura de un solo partido político", dijo Lasso, quien fue presidente del Banco de Guayaquil.

Lasso también sostuvo que los resultados oficiales no los reconoce el pueblo ecuatoriano, "por eso está en las calles; por tanto le decimos a este gobierno, no juegue con la voluntad popular, sabremos defender esa voluntad en las calles". Además, escribió en su cuenta de Twitter que "no permitiremos que se juegue con la voluntad popular. No somos tontos y tampoco lo es el pueblo ecuatoriano".

El triunfo anunciado ayer por el Consejo Electoral del ex vicepresidente de Correa, que impulsó programas dirigidos a personas con discapacidad durante su gestión, es una situación inédita para Ecuador, acostumbrado desde hace 10 años a que el actual mandatario triunfara con un amplio margen en primera vuelta, sin necesidad de un balotaje. Ayer, unos 12,8 millones de ecuatorianos estaban convocados para votar.

Moreno será el encargado de mantener el correísmo. Esto, a pesar de que ha intentado mostrarse con un liderazgo distinto, más dialogante que el Presidente. Se ha definido como una persona de "consensos", contrapunto de Correa, famoso por su estilo directo y controversial.

Moreno logrará mantener a Ecuador dentro de los países de América Latina que continúan por el camino del Socialismo del Siglo XXI, luego de que el movimiento sufriera duros reveses con la destitución de Dilma Rousseff en Brasil y la elección de Mauricio Macri en Argentina.

Sin embargo, de acuerdo a los analistas, Moreno tiene un difícil camino por delante. No sólo tiene el peso de relevar a Correa, que deja un gobierno de luces y sombras sino que deberá afrontar un ajuste económico tras el alto gasto del país en los últimos años. Según los expertos, el próximo mandatario tendrá además que legitimarse con un gabinete totalmente renovado, para dar la imagen de cambio que tanto promulgó en su campaña.

De confirmarse finalmente su triunfo, Moreno asumirá un Ecuador polarizado políticamente y que se encuentra en recesión económica debido a la disminución sostenida del precio del petróleo desde 2015, lo que ha causado que el desempleo llegue a un 5,4% en 2016. Además, el país posee un US$ 26.499 millones de deuda pública externa, según el Ministerio de Finanzas. China es el principal prestamista, con un 62,6% del total de la deuda externa. A esa cifra se le deberá agregar US$ 1.000 millones que el gobierno está negociando para la reconstrucción en las zonas afectadas por el terremoto de 7,8 grados en abril de 2016.