Este jueves, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunirá con su homólogo chino, Xi Jinping, en Mar-a-lago, el exclusivo club del republicano en Florida y conocida como la "Casa Blanca de invierno".

Durante dos días los mandatarios sostendrán reuniones y se trata de la primera cumbre de Estados Unidos y China en la era Trump, donde se espera que aborden temas delicados y cruciales.

Aquí cuatro tópicos que se espera que aborden en el encuentro.

Corea del Norte

Este será uno de los prioritarios. Pyongyang ha realizado numerosas pruebas de misiles balísticos, lo que ha encendido las alarmas de China y Estados Unidos. Sin embargo, ambos discrepan sobre la manera en convencer al líder norcoreano, Kim Jong-un de abandonar su programa atómico.

Para el gobierno estadounidense, China es el principal apoyo económico y diplomático de Corea del Norte, por lo que tiene la influencia necesaria para hacer entrar en razón a Pyongyang. Pero China niega tener la potencia necesaria y afirma oponerse a las sanciones que afectan a la población norcoreana.

Donald Trump acusó a China de "hacer poco" para combatir a Corea del Norte y el domingo afirmó que estaría dispuesto a "solucionar" solo el problema si no cuenta con el apoyo de Pekín. Mientras que China ha manifestado su rechazo al escudo antimisiles "Thaad" que los estadounidenses han empezado a desplegar en Corea del Sur.

El comercio

Ambos países con vistos como las grandes potencias comerciales.

Durante la campaña electoral, Trump acusó a China de realizar prácticas coemrciales desleales y de infravalorar su divisa para favorecer sus exportaciones.

En un mensaje publicado en Twitter la semana pasada, el presidente republicano calificó el déficit comercial con China (más de 310.000 millones de dólares) de grave problema que hará "muy difíciles" sus conversaciones con Xi Jinping.

Por su parte, Pekín asegura que no busca ningún excedente con Estados Unidos e instó a Washington a suavizar sus controles a la exportación de productos de alta tecnología.

Taiwán

En diciembre, poco después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales, la Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, llamó al republicano para felicitarlo y generó molestia en China.

Desde 1970 que ningún presidente estadounidense ha conversado con un mandatario taiwanés. Y es que Pekín considera a Taiwán como provincia suya (la ONU no reconoce el territorio y desde 1949 que está separado de China políticamente) y prohíbe el contacto oficial entre la isla y los países extranjeros.

Xi Jinping demoró menos de 24 horas en contactar a Washington para poner un reclamo formal por la polémica comunicación.

Mar de China Meridional

China reivindica la casi totalidad de esta zona estratégica donde aumenta la superficie, de forma artificial, de islotes y arrecifes, algunos de los cuales podrían albergar armamento.

La administración Trump ha criticado estas obras, sin definir, no obstante, ninguna política clara en la región, donde el ejecutivo de Obama había enviado navíos de guerra y aviones en nombre de la defensa de la libertad de navegación.