El Teléferico de Santiago, la Línea 1 del Metro, algunos tramos de la Panamericana Norte y de la Sur y el Parque del Recuerdo. Esos son algunos de los proyectos en los que ha participado la familia González, la que luego de seis décadas en el negocio inmobiliario y de construcción, y tras haber sobrevivido a un par de crisis, hoy está concentrada en el desarrollo de la mayor iniciativa de su historia: un parque comercial de 26 hectáreas en Chicureo, en el que invertirá unos US$ 300 millones.

El proyecto, Puertas de Chicureo, se ubica en la intersección de la Autopista Los Libertadores con Camino Chicureo y está en plena construcción. Su gerente general, Ricardo González Alemany, quien hoy dirige GA Inmobiliaria, dice que el terreno se dividió en tres para desarrollar la iniciativa por etapas. La primera, contempla siete hectáreas y abrirá parcialmente en febrero, con una plaza central para eventos, un supermercado Santa Isabel, una tienda Easy y unos 12 operadores menores, entre ellos Farmacias Ahumada, restaurantes, cafeterías y servicios.

Tras inaugurar esta fase, en la cual invertirán 300 mil UF (unos US$ 13,8 millones), se levantará un edificio de cinco pisos de oficinas y otra placa comercial. En el lugar se podrían levantar hasta seis edificios, cuenta el ejecutivo, pero todo dependerá del interés que exista. Por ahora, para la primera torre están en conversaciones con un centro médico y con un preuniversitario, además de interesados en oficinas.

Buenas proyecciones

Puertas de Chicureo está definido como un proyecto de largo plazo. Según González, estará desarrollado al 100% en dos décadas y la propuesta se irá adecuando a la demanda de los operadores. Hoy, por ejemplo, están en tratativas para que se instale una sala de teatro y no descartan que después lo haga una cadena de cines.

La lógica detrás de esta estrategia obedece al gran espacio que hay para albergar comercio en esta zona, que crece apoyada en segmentos de elevado poder adquisitivo. De hecho, en el sector inmobiliario se considera a Chicureo como el reemplazo natural de lo que fue San Carlos de Apoquindo en los 80 y 90, y La Dehesa en los últimos 10 años.

Las estimaciones apuntan a que la expansión continuará, porque a los más de 30 mil habitantes actuales debieran agregarse unos 120 mil en la siguiente década. Hoy el mayor núcleo comercial es el Mall Vivo Piedra Roja, al que se suman numerosos locales en el Camino Chicureo.

De crisis y apuestas

González se integró al negocio familiar en 1987, cuando el fantasma de la crisis de 1982 se había alejado. Fueron cinco años en los que Agsa, firma que su padre tenía junto a Patricio Abalos, sólo se dedicó a pagar las deudas. En esa época, no se inició ningún proyecto.

La debacle del sistema financiero local los sorprendió terminando de construir parte de la Línea 1 del Metro, levantando los edificios Centro Nuevo en Providencia (en el metro Los Leones) y Plaza de Armas (frente a la Catedral Metropolitana). También desarrollando en Pucón el primer tiempo compartido que hubo en Chile, además de otro establecimiento similar en Bariloche. "Todos los créditos de las inmobiliarias estaban en dólares". Pero como ningún proyecto soporta duplicar sus costos financieros, en el camino vendieron algunos activos y otros quedaron en manos del sistema financiero.

Una vez que se estabilizaron, y tras disolver la sociedad con Abalos, los González volvieron al negocio. Lo hicieron en un terreno de 250 hectáreas en Pudahuel, donde antes operó la mina de cobre La Africana. Ahí, como Inmobiliaria Santa Isabel, lanzaron en 1990 la primera etapa de Lomas de Lo Aguirre, donde ya han construido 550 viviendas.

En 2003 volvieron a asociarse con Abalos para la primera fase de otro desarrollo en ese sector: Ciudad de Los Valles. Las siguientes etapas, con las cuales totalizan 3 mil viviendas las desarrollaron solos. De aquí a 2015 sumarán otras 500 unidades.

El grupo también ha incursionado en residencias para adultos mayores. A través de Garden Suites opera un edificio en Las Condes, donde se arriendan departamentos y se prestan servicios a ancianos autovalentes. El plan es duplicar la oferta, hasta los 90 departamentos, construyendo en el sector oriente una nueva torre, que estará lista en 2016.

La empresa también construyó el proyecto Los Misioneros en La Dehesa y maneja algunas obras fuera de Santiago: una en la Región de Valparaíso, en etapa de estudio, y otra en construcción en Puerto Montt. Se trata de una torre de departamentos cuyo valor fluctuará entre 2.500 y 3.500 UF.

"Está dado el momento para desarrollar proyectos"


Según González, el dinamismo de la construcción está lejos de desaparecer. En especial, por las buenas condiciones para acceder a financiamiento. "Está dado el momento económico para invertir y desarrollar proyectos, para inversionistas y para quienes desean comprar propiedades", afirma. Destaca que desde hace más de cinco años las tasas de interés exhiben niveles muy bajos. A modo de ejemplo, menciona que en Lomas de Lo Aguirre hoy se financian a tasas de 5% y que en 1995 y luego, entre 1998 y 2000, llegaron a endeudarse al 11%. El empresario cuenta que una demostración del impulso del sector es la fuerte actividad de subcontratistas que prestan servicios a constructoras e inmobiliarias. "Hay muchas pymes trabajando a full ", acota. A este ritmo, añade, "es difícil que exista una crisis violenta. Se puede producir un exceso de oferta de oficinas o de departamentos, pero eso lleva a construir un poco menos, no a dejar de construir".