Esteban Paredes, goleador de Colo Colo, no sólo habla de fútbol. Hace unas semanas, participó en Providencia en una actividad de promoción de la lectura. Y él, dice, también se ha vuelto adepto a los libros.

"Ahora último me he metido mucho más en la lectura. Me sirve para aprender, para desestresarme en las concentraciones, en los viajes largos. Y también me ha ayudado en la vida diaria, con herramientas para dar charlas o expresarme mejor", asegura el goleador a la revista Qué Pasa.

Además, contó sobre su deseo de haber sido detective. "Me gustaba el tema de la investigación, de pillar a los malos. Veía películas", dijo.

Y también por qué no postuló: Porque tenía unos tíos medio malos (ríe). Antes te revisaban todo: los antecedentes de toda la familia. Hoy creo que sólo de los padres. Y como mi tío tenía papeles, no pude. Igual después cuando ya jugaba en Colo Colo, un amigo, al que le decimos el Jimmy Carter, me llevó a la escuela y me hizo un tour. Vi donde hacían los simulacros, todo —dice Paredes, mientras parte en trozos pequeños el tomate que junto con una pechuga de pollo y palmitos constituyen su almuerzo. Entremedio pasa Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro, al que el futbolista le desea suerte para su reunión de directorio de este jueves, luego de anunciar que no venderá su porcentaje de acciones a los inversores chinos interesados.

Narró su breve estadía en Chipre: "Llegué con el Polaco al tiro a una comida en una iglesia judía. ¿Y sabís? Me gustó el ambiente, la comida medio rara, pero rica. Y el rabino ahí sentado de los primeros, hablando así con una barba, gordo y todo de negro. Y empieza a cantar y toda la mesa empieza a seguir, bonito el canto. Me la hubiese sabido, cantaba. El problema fue después, que el Chago no quiso mandar mi pase y los chipriotas se empezaron a enojar. Así que me tuve que venir escondido. Dejé una maleta entera allá con la play, todo".