Ha pasado casi una hora desde que terminó el partido entre Barnechea y la Universidad de Concepción, pero el bus que transporta al equipo sureño aún no se mueve de San Carlos de Apoquindo. La mayoría del plantel ya está en el vehículo, pero todavía falta un futbolista. Los jugadores, impacientes, miran por una de las ventanas y gritan casi a coro "¡Gabriel!".

Abajo, Gabriel Vargas parece ignorar los llamados de sus compañeros. Es el centro de atención y lo sabe. Avanza hacia la máquina, pero se detiende apenas da unos pasos: atiende a los periodistas  y saluda a unos pocos hinchas. Son cerca de la 1 de la mañana del miércoles 4 de febrero y el equipo universitario acaba de sumar su quinto triunfo en el Clausura. Vargas no brilló, pero aun así es el referente del equipo y el ídolo de la hinchada.

El delantero, goleador histórico del Campanil con 92 tantos, se hace un tiempo para analizar junto a La Tercera la notable campaña del plantel de Ronald Fuentes.

"Vivimos un momento muy positivo; quizás para todos somos una sorpresa, pero para mí no, ya que llevamos mucho tiempo trabajando juntos.  Estamos esperanzados de cara al futuro", señala el Arcángel.

El penquista saborea su momento, pero el año no comenzó de la mejor forma.  Estuvo a punto de emigrar de la institución debido a desacuerdos con los dirigentes en la renovación de su contrato. "Me sentía afuera, ya que ellos no se habían acercado a mí. Teníamos distintas visiones y siento que me merecía un poco más de respeto", reclama.

Lo buscaban desde Santiago y Valparaíso, pero Vargas no se quiso mover de Concepción. El vínculo que lo une con la ciudad y con el club es más fuerte y resiste cualquier tipo de polémica: "Me siento bastante identificado y cómodo acá. Estos colores no sólo los defiendo porque soy profesional y me dan trabajo, sino porque los siento. Soy hincha de la Universidad de Concepción".

El atacante es el tercer goleador del certamen, con cuatro tantos, pero eso no parece ser suficiente. Vargas se ilusiona con llevar a su club a lo más alto, sobre todo en la final de Copa Chile. "Mi meta es rendir al mil por ciento y ser un aporte para el club. Me gustaría salir campeón de la Copa. Este club está para grandes cosas. Es una oportunidad  y hay que aprovecharla", sentencia.

Por ahora, eso sí, sus goles sólo se quedan en Concepción. "No me ilusiono con la Selección. Tengo 31 años y ese sueño ya lo tuve y no creo que se cumpla", apunta el goleador histórico del Campanil.

Por fin en el bus, Vargas posa junto a sus compañeros para una fotografía, que Pedro Muñoz subiría más tarde a Instagram con la leyenda: "Somos una familia y hoy quedó demostrado".