Guillermo Maripán impresiona de entrada con su metro 93 de estatura, poco común para un jugador chileno en el medio local. Tiene apenas 22 años y 18 de ellos se los ha dedicado a Universidad Católica, club que ama y donde aprendió a manejar su timidez o, más bien, disfrazarla, especialmente cuando entra a un campo de fútbol. Hoy, tras un montón de idas y vueltas, sonríe y disfruta de un presente deportivo que lo ilusiona.

Consolidado desde mediados del año pasado como uno de los inamovibles del equipo de Mario Salas, el zaguero apunta alto. Con el Apertura 2016 en tierra derecha , dialoga con La Tercera, esperanzado en alcanzar todos los objetivos que se ha ido trazando.

Hoy, a poco del final del torneo, la UC está otra vez en la pelea. Sin embargo, tuvieron un mal inicio. ¿Por qué les costó tanto?

Si bien tuvimos un inicio irregular, con el paso del tiempo empezamos a encontrar el juego. Empezamos a encontrar los tiempos que necesitaba el equipo. Lo hemos demostrado, sobre todo en los últimos partidos. Nos costó el comienzo, pero después del 3-0 contra la U ganamos mucha confianza. A partir de ahí, creo, empezamos a manejar mejor los partidos y a ser más inteligentes. Hemos tenido una carga fuerte de partidos y hemos sido inteligentes para manejar eso, para sacar adelante la tarea y obtener resultados, pese a que nuestro juego, creo, se sustenta en lo físico.

¿Se relajaron después de ganar el torneo pasado?

No creo que haya habido un relajo al principio. Creo que todo pasa porque fuimos poco inteligentes para jugar. Nos costó, pero fue bueno que el golpe lo recibiéramos al comienzo. Después fuimos agarrando ritmo y eso ha quedado más que demostrado.

¿Y qué cambió?

Creo que el principal cambio que hemos evidenciado para hacernos fuertes es la confianza. Tuvimos una mala racha, pero supimos salir adelante todos juntos. También coincide que empezaron a resaltar los pilares del equipo. Aparecieron las individualidades y eso nos hizo crecer mucho.

¿Por qué Mario Salas no lo consideró en esos primeros partidos?

Fue decisión técnica. Siempre lo tuve claro. Sabía también que tenía que demostrar en los entrenamientos que estaba capacitado para jugar y tener la oportunidad. Creo que lo hice... Hoy me toca estar en otra circunstancia.

¿No eran problemas con su peso o algún acto de indisciplina?

Se dijeron muchas cosas, pero no hubo nada de eso. Sólo fueron especulaciones. Era una decisión del entrenador, que estaba hablada. Él es el jefe y él toma las decisiones y uno debe acatar.

¿Y cómo analiza su rendimiento ahora, que no volvió a salir del equipo?

En lo personal, cada día que pasa me siento mejor. En todos los aspectos. Pero eso es sólo fruto del trabajo. De la dedicación que uno le pone a esto. Es la suma del trabajo acá, más el entrenamiento invisible como se dice. Todo lo que he conseguido hasta ahora es producto de eso. Me estoy sintiendo realmente muy bien. Estoy en un buen momento y quiero seguir mejorando. No quiero que este sea mi techo.

¿Cuál cree que es su principal falencia? ¿Qué le falta para ser un jugador más completo?

Es difícil encontrar las falencias... Siempre he pensado, eso sí, que con la envergadura física que tengo debería ser mucho más peligroso en el juego aéreo ofensivo. Me encantaría hacer más goles. Estoy al debe en ese sentido y en el último tiempo lo he ido fortaleciendo. Estoy trabajando el doble y hasta el triple en ese sentido para sentirme cada día más seguro de mí mismo y completo como defensor.

¿Se considera 'tronco' o 'pavo', como suele decirse de jugadores de sus características físicas?

Yo siento que no, que no cargo con esos motes, pero no son más que estereotipos. Cada aspecto del juego se puede mejorar con trabajo. El dar un buen pase, el mejorar el físico, la movilidad, la velocidad… Todo se puede mejorar si se trabaja bien.

¿Qué tanto se proyectan en este torneo o mantienen ese discurso de ir partido a partido analizando todo?

Es más que un discurso. Es una filosofía. Hay que enfocarse solamente en el presente, en el día a día. Y en ese sentido, siempre habrá cosas por mejorar. El partido a partido, aunque suene como una frase cliché, es muy cierto. Uno tiene que enfocar su mente en el compromiso que viene, que siempre es el más importante. Nosotros lo tenemos más que claro y lo ponemos en práctica. Y hasta ahora nos ha dado muy buenos resultados.

¿Esa filosofía aplica sólo al grupo o también a las individualidades? ¿Se siente titular indiscutido, por ejemplo, o eso también se ve partido a partido?

Siento que me he ido consolidando poco a poco. Me siento cada vez más importante en el grupo. Pero no me siento seguro o con un lugar fijo en el equipo, para nada. Todavía no. Pero sí soy consciente de que he avanzado un montón respecto de cómo empecé hace ya varios años. Llevo muchísimo tiempo en el club y he ido avanzando y quemando cada una de las etapas como jugador profesional.

¿Y cuáles son sus proyecciones como profesional?

Tengo metas y objetivos por cumplir, como todos. Ya cumplí un objetivo y un sueño, que era salir campeón con Católica. Y hacerlo jugando la mayoría de los partidos, ese era un objetivo que perseguí durante mucho. Ahora, en el corto plazo, lo que sueño es que logremos el bicampeonato. Eso sería quedar para siempre en la historia del club, porque es algo que nunca se ha logrado. Obvio que también pienso en jugar en el extranjero. Me seduce la idea. Así como también estar alguna vez en la Selección. Pero mi foco está en el cierre del año.

¿Se iría del club si tiene una buena oferta a fin de año?

Soy un convencido de que cuando se dan las oportunidades hay que aprovecharlas. Las chances de ese tipo, a veces, se dan sólo una vez en la vida.

¿Se iría, entonces? ¿Pese a la Copa Libertadores?

Una oportunidad buena, que me convenga a mí y le convenga al club... Habría que hablar muchas cosas, pero sí, podría ser que la tome. Igual la Copa Libertadores es un gran desafío. De niño que quiero jugar ese campeonato y todavía no lo he podido lograr.

Usted mencionaba a la Selección. ¿Alguien del cuerpo técnico de Pizzi se ha comunicado con usted para que esté en alerta?

Nadie me ha llamado, pero sé que una nominación sólo se consigue trabajando. Y creo que estoy haciendo ese trabajo. Va a llegar el momento, lo sé. Hoy en día, Chile tiene jugadores de clase mundial y muchas variantes en todas las posiciones. Sería fenomenal tener la oportunidad de estar ahí algún día.

¿Pensó que podía darse en esta doble fecha?

No hay que impacientarse. Si uno trabaja bien, tranquilo y se esfuerza y hace las cosas de buena manera, tarde o temprano va a llegar la oportunidad. Es la convicción que tengo. Y eso es lo que estoy esperando.

En enero hay un torneo en China...

Puede ser que se dé ahí. Es una buena posibilidad que se arme una Selección del medio local. Sólo queda trabajar y demostrar que uno tiene condiciones para estar.

Se viene la recta final del torneo. ¿Qué es lo que más destaca de su equipo?

Que encontramos el equilibrio. Hemos desarrollado una gran inteligencia como equipo. Sabemos cuándo salir, cuándo apretar, cuándo defender, cuándo aumentar la velocidad, etcétera. Hemos progresado mucho en los aspectos defensivos, desde el torneo pasado incluso. Somos un equipo mucho más sólido y compacto.

¿Les complica mucho no haber vencido a Colo Colo?

Sabíamos que necesitábamos ganar para estar arriba. El empate nos deja a dos puntos, pero en nuestra cabeza sólo estaba obtener un triunfo. No hicimos un buen partido, pero logramos el empate con un hombre menos, lo que también es algo muy meritorio.

La primera opción ahora la tienen Unión Española e Iquique...

Sí, lo tenemos claro, pero todavía quedan cuatro fechas en las que puede pasar cualquier cosa. Yo creo que se van a caer. Y por lo mismo hay que estar ahí, sin bajar los brazos. Queda apenas un mes de competencia, así que hay que estar preparados.

¿Qué tanto arraigo tiene usted con sus raíces mapuches?

El tema de mis raíces y mi vinculación con eso prefiero manejarlo de manera más privada. No me gusta exponerlo tanto. Es más una cuestión personal y de mi familia.

¿Pero lo lleva con orgullo?

Estoy totalmente orgulloso de mi sangre mapuche. Ciento por ciento. Lo tengo tatuado (N. de la R.: en el brazo derecho se tatuó la cruz del kultrun, emblema de su etnia). Lo llevo en mi piel, en mi sangre.

Hace un tiempo se planteó la idea de organizar una selección mapuche...

Participaría feliz. Me parece una buena idea.

Hay quienes lo llaman El Toqui de San Carlos. ¿Le gusta?

Me gusta que me digan El Toqui de San Carlos. Me parece un muy buen apodo. Porque el toqui es el guerrero, el caudillo que lidera al grupo en la batalla. Me gusta representar eso. Tomar las banderas, como se dice. Empujar al equipo hacia adelante y liderarlo.