Guillermo Tagle sobre Trump: "Lo geopolítico es lo más importante de monitorear"

Guillermo Tagle
18 Diciembre 2014 Guillermo Larrain, Presidente de Icare.18 Diciembre 2014 Guillermo Tagle, Presidente de Icare.18 Diciembre 2014 Guillermo Tagle, Presidente de Icare. Guillermo Tagle

El presidente de IM Trust Credicorp Capital cree que la gran incógnita es si el nuevo líder estadounidense contribuirá o no a la estabilidad mundial. Por lo mismo, asegura, los commodities han subido los últimos días: "Los inversionistas los están considerando refugios".




El tono más conciliador que Donald Trump usó en su primer discurso como Presidente electo de Estados Unidos fue clave para tranquilizar a los mercados, dice el presidente de IM Trust Credicorp Capital, Guillermo Tagle. Las bolsas habían apostado claramente por la elección de Hillary Clinton, cuyo programa económico implicaba seguir los pasos de Obama. Pero el sorpresivo triunfo del multimillonario de 70 años, que prometió un cambio a toda velocidad para "devolver a América su grandeza", terminó por convertirse en una noticia positiva, porque los inversionistas se centraron en sus planes de reducir las regulaciones, aumentar el gasto en infraestructura y promover rebajas impositivas.

"Objetivamente, la postura de Donald Trump era más liberal en lo económico que el programa de Hillary Clinton, especialmente en el ámbito de las regulaciones y controles", dice Tagle, y añade que su elección genera una fuerte incertidumbre, sobre todo respecto del comercio mundial y las alianzas económicas.

Asegura que a ello se debe, en parte, el alza de las materias primas. "Los commodities han actuado como refugio en estos tiempos de volatilidad", explica.

El mercado se equivocó con el Brexit y con esta elección. ¿Los bancos de inversión deberán mejorar también su capacidad de análisis?

Sin duda. Hay un cambio estructural bien profundo que es difícil de entender. Claramente hay que adquirir una capacidad de lectura de segunda derivada de este descontento contra el establishment. El desafío de todos quienes hacemos análisis es que los caminos tradicionales para tratar de entender en qué está pensando la gente se han puesto más difusos. Las encuestas, durante la mayor parte de la campaña, mostraban un 60% a favor de Clinton y un 40% a favor de Trump. Lo mismo pasó con el Brexit, el No en Colombia y hasta las mismas elecciones municipales chilenas. Ahora bien, la gran incertidumbre que provoca Trump es la agresividad de su campaña, pero si uno mira hacia atrás, puede también explicarla como su estrategia para conseguir presencia, ganar portadas y una visibilidad nunca antes vista con el fin de estar en primera línea y sin tener que gastar mucho.

¿La banca de inversión y los economistas debiesen incorporar en sus análisis este riesgo?

La gran amenaza hoy es el riesgo geopolítico. La desestabilización que se empezó a ver en el mundo islámico, la migración masiva de gente huyendo a Europa, China y Japón disputándose unas islas, el poder de Rusia, etc. Esta desestabilización es quizá el tema más complejo. Después de la Guerra Fría se vivieron tiempos de tranquilidad, hasta que se inició el conflicto con el mundo islámico. Y desde los atentados a Estados Unidos en septiembre de 2001 el mundo ha estado bastante complejo. Latinoamérica se ha salvado de esos procesos y está en el mejor momento de su historia, porque a pesar de las dificultades en casi todos los países, hay gobiernos democráticos, las economías están mejor, no hay grandes niveles de endeudamiento. En el resto del mundo el tema se ve bastante complejo. Hoy, lo geopolítico es lo más importante de monitorear y, en ese contexto, Trump agrega un riesgo a un ambiente que ya está muy convulsionado.

Barack Obama deja un país fuertemente endeudado. Con los planes de Trump, ¿la deuda será un problema?

Todo el programa social, la trayectoria de Obama y Clinton hacían pensar que el problema de la deuda estadounidense podría ser cada vez más grave. Pero desde el punto de vista económico, si bien las reducciones de impuestos que plantea Trump podrían generar inicialmente una menor recaudación, en el mediano y largo plazo menores impuestos también significan mayor inversión y reactivación. Trump ha articulado una amplia gama de temas que desearía impulsar, como el esfuerzo para reparar las infraestructuras, y ello podría implicar un aumento del déficit. Con los recortes de programas de gobierno podría pasar lo mismo, porque por esa postura radical de Trump podría terminar gastando más en Defensa, pese a que ha dicho que Estados Unidos no se meterá en problemas. En todo caso, mirado como proyección de largo plazo, el problema de la deuda es uno de los temas más complejos que deberá administrar.

El refugio del cobre

Esta semana el precio del cobre cerró con alzas no vistas en décadas. ¿Es una sobrerreacción?

Con el cobre y hierro lo que ha pasado inicialmente es la lectura de que habrá una alta demanda de materiales por este fuerte plan de recuperación de infraestructuras, pero al respecto yo tengo mis dudas, porque creo que lo que pasa con los commodities es que están convertidos en refugio en estos tiempos de volatilidad. Porque una cosa es la volatilidad de las bolsas y otra la del dólar. El dólar siempre ha sido la moneda de refugio, pero cuando la incertidumbre proviene desde el propio Estados Unidos, el mercado se pregunta si este refugio seguirá manteniéndose como tal y, frente a eso, lo que los inversionistas hacen es construir un portafolio de monedas para estar protegidos o se van a activos tangibles como los commodities.

O sea que no tiene mucho sustento…

Sería estupendo que fuese por una tendencia sustentada, pero creo que todavía estamos en una confusión inicial… El anuncio de incremento de infraestructura es lo que genera algún grado de expectativas.

¿Lo mismo ocurre con el proteccionismo?

La parte del comercio genera una preocupación especial. Si la relación geopolítica de Estados Unidos con el resto del mundo fuese amigable como adjetivo genérico, yo creo que el efecto final podría ser positivo. En el escenario de si se le ponen barreras al comercio, economías abiertas como la nuestra podrían verse afectadas, pero el mayor efecto para Chile, y en particular porque la economía chilena es demasiado pequeña para sufrir un efecto muy fuerte o directo, es el proteccionismo. Lo que nos afecta más fuerte de la relación entre Estados Unidos y China es que ambos necesitan mantener una actividad de comercio internacional fuerte. Por mucho que haya un incremento en la infraestructura de Estados Unidos y eso pueda generar un alza en el precio del cobre, al largo plazo lo que le conviene a Chile es seguir exportando hacia China y que la economía global mantenga sus intercambios.

México es hasta ahora el "gran afectado". ¿Va a seguir así?

Lo más sensible de esta elección ha estado marcado por la postura tan fuerte y agresiva que ha tenido Trump respecto de la relación de Estados Unidos con México. La idea de construir un muro o de expulsar gente es bien fuerte y poco amigable como estrategia para dos economías que hoy día están muy conectadas y son dependientes. Yo tendería a pensar que la racionalidad y la cordura debiesen tender a predominar y a llegar a arreglos razonables. Alguien decía que más que muros hay que es establecer un acuerdo, y ese es un camino razonable. Por algún tiempo México va estar volátil. Su moneda se ha visto muy afectada y habrá que ver en qué se traducen estas amenazas. En ese sentido, visto con perspectiva, la visita de Trump al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, en agosto, fue una buena idea, pese a todas las críticas. De hecho, el mismo miércoles, Peña Nieto, además de hablar con Trump para felicitarlo por su triunfo, acordó con él que sus equipos entren en contacto para delinear la agenda bilateral en seguridad y otros temas.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.