Un informe oficial dado a conocer hoy criticó con dureza las políticas de Canadá hacia los indígenas al revelar que el 23 % de los prisioneros del país es aborigen a pesar de que sólo representan un 4 % de la población canadiense. 

El informe del Inspector Penitenciario de Canadá, Howard Sapers, también señaló que una de cada tres prisioneras en las cárceles del país es indígena, un 85 % más que hace sólo 10 años.

Ante estas cifras, Sapers dijo que las políticas adoptadas por sucesivos gobiernos durante los últimos 20 años están perpetuando las condiciones de desventaja de los aborígenes y las equiparó a "una sistemática discriminación". 

"Casi uno de cada cuatro prisioneros son de origen aborigen. A pesar de ello las disposiciones legislativas específicas para aborígenes están financiadas insuficientemente de forma crónica, están sin utilizar y son aplicadas de forma desequilibrada por los Servicios Penitenciarios", dijo Sapers en un comunicado.

Sapers fue especialmente crítico con el actual Gobierno conservador del primer ministro, Stephen Harper, al señalar que desde que llegó al poder en 2006 el número de prisioneros indígenas ha aumentado un 40 %, el mayor incremento durante el periodo estudiado. 

Aunque las personas indígenas tienen la posibilidad de cumplir sus sentencias fuera de las prisiones, en los llamados "healing lodges", la forma tradicional de castigar y rehabilitar a delincuentes, Sapers indicó que las autoridades canadienses no parecen estar dispuestas a utilizar este método.

El Gobierno canadiense defendió sus políticas tras la publicación del informe y dijo que Ottawa está determinada a luchar contra los criminales sin importar su origen étnico.

La población indígena canadiense sufre las peores condiciones de pobreza, desempleo, alcoholismo, drogadicción y violencia doméstica e infantil. Algunas de las comunidades indígenas de Canadá tienen condiciones de vida similares a las de los países más pobres del mundo.