Se trató de una votación histórica. Así definen muchos la aprobación unánime y transversal del Consejo Regional (Core) de La Araucanía al proceso de oficialización del mapuzugun en la región, el pasado miércoles, en Temuco. Una señal política y pública hacia la región y el país, señaló el presidente del Core, Hilario Huirilef, quien junto al intendente Francisco Huenchumilla fue uno de los principales artífices políticos del histórico acuerdo.

La votación del Core viene a coronar los esfuerzos que variados sectores mapuches han realizado para que la su lengua recupere el estatus que tuvo hasta antes del avance militar chileno al sur del Biobío. Una lengua de uso común en el comercio, la política, las artes y de prestigioso uso social desde el Atlántico al Pacífico. La lengua de la alta diplomacia española-mapuche y que el propio O'Higgins llegó a dominar en su juventud. Su padre, don Ambrosio, gobernador del Reino y luego virrey del Perú, cuentan los historiadores, la hablaba casi a la perfección.

Si bien no ha gozado de la atención mediática de la lucha por las tierras, la "batalla por la lengua" puede ser la principal victoria mapuche desde el retorno de la democracia. Es lo que opinan diversos especialistas. Sus impulsores no llegaron a la votación del Core partiendo desde cero. El 1 de julio de 2014, diversas organizaciones agrupadas en la Red por los Derechos Educativos y Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de Chile ingresaron a la Cámara de Diputados un inédito proyecto de Ley de Derechos Lingüísticos para proteger sus lenguas y a sus hablantes (Boletín 9363 -04).

Dos semanas antes, el 20 de junio, la Contraloría General de la República había dictaminado que era posible la oficialización del mapuzugun -junto al castellano- en la comuna de Galvarino, proceso impulsado por el Consejo Territorial Mapuche y el alcalde Fernando Huaiquil (PRO). Ambas experiencias nutren el trabajo de la Mesa por la Oficialización del Mapuzugun en La Araucanía, instancia que logró, con el apoyo de la intendencia, poner en tabla la votación del pasado miércoles. Dicha mesa está integrada por el partido mapuche Wallmapuwen, la Federación de Estudiantes Mapuche (Femae) y la Academia Nacional de la Lengua Mapuche, entre otras instancias.

No siempre el panorama fue así de alentador. Según la Unesco, las lenguas son vehículos de transmisión de los sistemas de valores y de las expresiones culturales, y constituyen un factor decisivo para la identidad de los pueblos y de las personas. Aun siendo un componente esencial del patrimonio viviente de la humanidad, a nivel mundial más de la mitad se encuentra hoy en grave peligro de extinción.

La mayoría de éstas se concentran en países con la imagen de ser territorios monolingües. Es el caso de Chile, donde el idioma oficial -y por tanto la única lengua de enseñanza obligatoria- es el castellano, a pesar de reconocer la Ley Indígena la existencia de ocho "etnias" originarias y de mandatar al Estado en el Convenio 169 de la OIT el "reconocimiento y promoción" de todas sus lenguas.

Desde 1993, año de promulgación de la Ley Indígena, al menos tres lenguas se han extinguido, dos de ellas en la Patagonia y Tierra del Fuego. En Chile, según lo define la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), existen lenguas vitales y en peligro de extinción. Entre las primeras figuran las lenguas mapuche, aimara y rapa nui. Las que se encuentran en peligro por su reducido número de hablantes son las lenguas quechua, kaweshkar y yagán.

Según datos de la misma institución, en Chile existe un 20% de indígenas que "hablan o que entienden" su lengua. De esta cifra se infiere que los que entienden su lengua no necesariamente la hablan. En este último caso, el porcentaje se reduce dramáticamente. Reconociendo este desolador panorama, del año 2005 datan diversas iniciativas gubernamentales para enfrentar esta crisis.

Actualmente hay estudios sobre varias lenguas indígenas, existen perfiles sociolingüísticos rurales y urbanos, se han editado textos escolares sobre la materia y se han conformado tres academias de la lengua. Existe, además, desde la administración Piñera, un programa de Rescate de Lenguas Indígenas que contempla el trabajo con ancianos de 400 comunidades, quienes enseñan sus lenguas durante un año a los jóvenes usando el método oral tradicional.

LA EXPERIENCIA VASCA

Wallmapuwen en lengua mapuche significa "ciudadanos del País Mapuche". Así lo definen los miembros de este movimiento político nacionalista, democrático y de izquierdas, fundado el  2005 en Temuco y activo promotor de la oficialización del mapuzugun en La Araucanía. En febrero pasado, lograron reunir a más de dos mil personas en la Marcha por la Oficialización realizada en Temuco,  en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna y en alianza con un abanico de organizaciones.

Con fuertes nexos en el País Vasco -de 2008 data un acuerdo de colaboración entre Wallmapuwen y el partido nacionalista vasco Aralar-, hoy forman parte de la Mesa por la Oficialización del Mapuzugun de La Araucanía y han sido los principales promotores de la experiencia de revitalización lingüística vasca en tierra mapuche. Entre 2009 y 2014, miembros de Wallmapuwen visitaron Euskal Herria para conocer dicho trabajo y expertos lingüistas vascos hicieron lo propio visitando Temuco. Esta alianza, desconocida para muchos, ha logrado incluso permear a instituciones de gobierno.

A fines de 2014 y respondiendo una solicitud de la propia Mesa por la Oficialización del Mapuzugun, el gobierno organizó un inédito seminario internacional para abordar las experiencias de revitalización lingüística del País Vasco y Chile. La exposición internacional estuvo a cargo de José María Abarrategi, coordinador de la Asociación Garabide, institución dedicada a la cooperación lingüística y cercana a Wallmapuwen.

En su intervención, Abarrategi destacó la necesidad de que la lengua mapuche se difunda entre toda la población, indígena y no indígena, en zonas urbanas y rurales, y que se cuente con profesores expertos en lengua, cultura y cosmovisión mapuche, además de materiales curriculares que prioricen la cultura local, pero adecuándola a la sociedad de hoy. Esto es, la lengua mapuche activa en el uso de internet, redes sociales, telefonía móvil y en todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

No sería la única visita. Semanas más tarde, los representantes del Gobierno Vasco, Patxi Baztarrica, viceconsejero de Política Lingüística, y Jokin Azkue, director de Promoción del Euskera (lengua vasca), también aterrizaron en Temuco. En su visita sostuvieron reuniones con autoridades de gobierno, municipios y universidades. También participaron del Tercer Congreso de Lenguas Indígenas de Chile, que tuvo lugar los días 15 y 16 de enero en Santiago. Allí presentaron la experiencia de la lengua vasca, una de las pocas de Europa, junto al finés, estonio, el húngaro y maltés, que no pertenece al tronco lingüístico indoeuropeo.

En el País Vasco, el gobierno autónomo invierte hoy cerca de cien millones de euros en revitalización lingüística y garantiza a todos los ciudadanos la enseñanza del euskera y del español. En 30 años, los porcentajes de conocimiento del euskera se han triplicado. Así también se promueve su uso en la empresa privada, los medios de comunicación, la publicidad, el teatro, el cine y las artes en general.

UNA REIVINDICACIÓN POLÍTICA

Para parte importante del movimiento mapuche, la oficialización del mapuzugun -y de las otras lenguas originarias en el resto del país- es, ante todo, una lucha política, de descolonización. Tan o igual de importante que aquella de las tierras usurpadas. "La descolonización idiomática implicaría restablecer el valor de las lenguas originarias como iguales en derechos y jerarquía con el español, reconociendo que forman parte de la identidad de este país", señala la destacada lingüista y académica de la Usach Elisa Loncón.

A su juicio, la lucha por el mapuzugun "es la lucha por la construcción de una nueva sociedad, nacida del plurilingüismo, de las relaciones interculturales entre pueblos, modelo al que debiera apostar una nueva reforma educativa". "La descolonización lingüística -agrega- no va separada de la descolonización política cultural de un pueblo, más bien es una expresión más". Concuerda con ello el historiador mapuche Víctor Naguil. "En su condición de independencia, la sociedad mapuche logró desplegar el mapuzugun por un amplio territorio en el Cono Sur de América. Sin embargo, la forma en que terminaron nombrándose y escribiéndose las ciudades, ríos, volcanes, lagos, etc., ha sido un reflejo claro de la derrota y posterior subordinación política que experimentamos como pueblo", señala Naguil. "Junto a la pérdida del poder político y la soberanía de Wallmapu, los mapuches perdimos el poder de nombrar las cosas en nuestra propia lengua", concluye el historiador.

"El mapuzugun no siempre fue una lengua débil en el territorio", recuerda Elisa Loncón. "En 1603, el padre Luis de Valdivia denominó al mapuzugun como 'la lengua que recorre todo el Reino de Chile', es decir, desde Copiapó a Chiloé, dada su extensión y uso a lo largo del país".

La última palabra en esta historia la tiene hoy el Ejecutivo. Organizaciones sociales, mapuches y ciudadanas están a la espera del decreto regional o del proyecto de ley que oficialice la lengua a todo nivel. Lo participativo del proceso vuelve innecesaria la "consulta indígena", coincide la mayoría. Que fluya entonces la legendaria lengua del Reino, la voz de la tierra.