La muerte de Bin Laden, un mar de dudas y contradicciones

Los Navy Seals que mataron a Osama bin Laden en Abbottabad en 2011 han caído en contradicciones. Pero, además, se ha puesto en duda la versión de la Casa Blanca. El "hombre más buscado" habría estado desde 2006 en su búnker como "protegido" de Pakistán y casi postrado.




Poco queda de Al Qaeda y nada del búnker en el que Osama bin Laden pasó sus últimos días en Abbottabad, al norte de Pakistán, no muy lejos de la frontera con India. La casa fue demolida para evitar “peregrinajes turísticos” y en su enorme patio los niños paquistaníes juegan críquet y elevan volantines. Hoy, las autoridades locales se debaten entre construir un cementerio o una plaza de juegos. Pero de tanto en tanto, por esas calles de tierra y plantaciones de marihuana surge la pregunta: ¿Cómo murió Bin Laden?

La noche del 2 de mayo de 2011, 79 comandos de los Navy Seals, además de un pastor belga (Malinois), partieron desde la vecina ciudad afgana de Jalalabad en dos Black Hawk modificados para no despertar las alarmas de la inteligencia paquistaní. La arriesgada operación, seguida en tiempo real por la CIA y también por el mismísimo Barack Obama en la Casa Blanca, concluyó con la muerte “del hombre más buscado”, además de otras cuatro personas, entre éstos uno de los hijos de Bin Laden.

“Esta noche puedo informales que ha concluido un operativo que dio muerte a Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda y el terrorista responsable de la muerte de miles de hombres, mujeres y niños inocentes”, anunció Obama cerca de la medianoche. Además, el gobierno norteamericano señaló que las autoridades paquistaníes nada sabían de esta misión.

Hasta ahí la versión oficial. Sin embargo, la caída del terrorista saudita aún está cubierta por un manto de dudas e interrogantes. ¿Quién lo mató? Robert O’Neill, un ex Navy Seal, le dijo en 2014 a The Washington Post que fue él quien le dio el disparo mortal. “Estaba ahí parado, tenía sus manos sobre los hombros de una mujer y la empujaba hacia adelante”. Además, contó que otros dos integrantes de los Seal también abrieron fuego, en el tercer piso del complejo. Pero es aquí donde comienzan las contradicciones.

Según O’Neill, los tres comandos iban en fila y el primero disparó contra Osama, pero falló. Entonces él entró a la habitación y le asestó un tiro directo en la cabeza. Segundos después, el tercer Seal lo remató. Sin embargo, en su libro No Easy Day, publicado en 2012, Matt Bissonnette -uno de esos tres Navy Seals- señaló que él también disparó, pero que fue el primer comando el que mató a Bin Laden. La identidad de ese uniformado permanece en el anonimato.

“Dos personas diferentes cuentan dos historias diferentes por dos razones diferentes”, afirmó Bissonnette, quien deberá pagarle al Pentágono nada menos que US$ 6,8 millones por violar un acuerdo de confidencialidad que firmó con los Seal.

Según la versión oficial, los comandos le dispararon a Bin Laden cuando reingresó a su habitación, porque supusieron que estaría buscando su arma. Pero Bissonnette sostiene que su fusil Kalashnikov y un revólver Makarov estaban descargados. De esta manera, otra de las grandes dudas es si los soldados entraron a atraparlo o a matarlo.

Pero quien generó un condimento aún mayor en esta saga fue el influyente y galardonado periodista Seymour Hersh, en un artículo que escribió el año pasado en la revista London Review of Books y en su libro que lanzó en abril The Killing of Osama bin Laden.

Según Hersh, premiado con un Pulitzer por sus reportes sobre la masacre de My Lai en Vietnam en 1969, el gobierno de Obama mintió sobre el operativo que dio muerte a Bin Laden. La mayor revelación de este periodista de investigación es que Pakistán sí estaba al tanto de la misión estadounidense.

De acuerdo con esta versión, tanto el general Ashfaq Parvez Kayani, jefe del Ejército, y su par Ahmed Shuja Pasha, director general de la inteligencia paquistaní, fueron informados.

“La historia de la Casa Blanca pudo haber sido escrita por Lewis Carroll (autor de Alicia en el país de las maravillas)”, ha dicho Hersh. Pero su investigación incluso va más allá. Citando fuentes paquistaníes y estadounidenses, sostiene que Bin Laden estaba bajo custodia de los servicios secretos paquistaníes desde 2006 en Abbottabad y que su salud se había deteriorado al punto que estaba prácticamente inválido.

Además, Hersh -el primero que en 2004 informó de los abusos en la cárcel estadounidense de Abu Ghraib, en Irak- reveló que la CIA se enteró del paradero de Bin Laden no por las huellas que dejó su mensajero, sino porque un agente de inteligencia paquistaní se presentó en la embajada y vendió la información a cambio de la recompensa de US$ 25 millones.

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