La obtención de medallas en las diferentes disciplinas está estrictamente ligado al nivel físico. Por eso, en Londres 2012 es novedoso saber cómo los deportistas se alimentan de cara a cada competición. Unos tienen una dieta estricta y manejada por profesionales, mientras que otros, como ellos mismos confiesan, no necesitan de nutricionistas.

Un caso especial es del nadador Michael Phelps, figura esta semana al elevarse como el que más medallas se ha colgado en la historia (19). Su dieta consiste en consumir entre 10 mil y 12 mil calorías al día, suficientes para alimentar a cinco personas con peso normal. Su desayuno, por ejemplo, contiene tres sándwiches de huevos fritos con queso, tomate, lechuga, cebollas fritas y mayonesa; tres panqueques; una tortilla de cinco huevos, tres tostadas y un tazón de una avena de maíz. Además, no esconde su hábito de la comida chatarra, la que se suma al abultado menú del almuerzo y la cena.

Al respecto, la entrenadora del "Tiburón de Baltimore", Jenny Dawes, explica: "Su ingesta de colesterol es alta, pero al estar nadando constantemente, su colesterol no se pega en sus arterias. Eso sí, sus niveles necesitan ser controlados para asegurarse que no se exponga a enfermedades cardiovasculares".

Otra estrella mundial, como Usain Bolt, no se queda atrás con su contundente dieta. Eso sí, le pone un condimento especial, ya que el jamaiquino sólo ingiere un tipo de camote exclusivo de su isla y de su ciudad natal, Trelawny. Ese tubérculo le ofrece  alcaloides y esteroides de tipo natural para alcanzar los 36,7 kilómetros por hora y terminar los 100 metros planos en 9,58 segundos.

El resto de los alimentos varía entre pescado, cerdo y vacuno. Su disciplina lo obliga a alimentarse con alrededor de cinco mil calorías. "La base nutricional para deportistas de este tipo son los glúcidos -que te ofrecen energía- y las proteínas -para fortalecer los músculos-. Sólo las grasas saturadas no deben sobrepasar el 10%. Los hidratos de carbono son las estrellas del deporte. Son la bencina con que funcionan los atletas", explica Ximena Muñoz, nutrióloga de la Clínica Meds.

Igualmente, Bolt no niega su gusto por las hamburguesas de una conocida marca internacional.

Los pesistas, quizás, envidian a ese par de astros del deporte. La halterofilia exige un consumo de 6.000 calorías diarias, pero basado estrictamente en hidratos de carbono, como lo hace el chino Qingfeng Lin, oro en 69 kilos, y que basa su dieta en pastas y cereales.

Como su índice de masa muscular es tan bajo, los entrenadores de ese deporte prohíben la actividad física que conlleve un gasto excesivo de calorías. "No pueden andar en bicicleta o correr, porque finalmente pierden musculatura", apunta Muñoz.

Comidas exóticas, pero con propiedades

Como apunta la nutrióloga Ximena Muñoz, las proteínas son vitales para la musculatura. Y eso lo saben muy bien los deportistas, aunque algunos consumen alimentos insólitos para, por lo menos, los chilenos.

Es el caso de la maratonista china Wang Junxia, que incluye en su dieta sopa de tortuga y gusanos. Estos últimos invertebrados ricos en proteínas y calcio para los huesos.

Situación un tanto similar a la de la delegación tailandesa, quienes tienen como plato preferido al arroz con baratas, fuente de vitaminas y minerales.

Siguiendo en Asia, el comité de Kazajistán está preparado para no olvidar una de las comidas básicas en la alimentación de los habitantes de esa nación de origen soviético. La comitiva kazaja llegó a Londres con kilos de carne congelada de caballo, baja en calorías y rica en zinc, hierro, potasio, calcio y yodo, por ejemplo.

Como contraste, dos dietas destacan dentro de los 540 estadounidenses que se inscribieron en los terceros juegos londinenses de la historia. El maratonista Michael Arnstein sólo come frutas durante las ocho comidas del día. De hecho, lo apodan el "frutal". El gimnasta Jonathan Horton, en tanto, consume medio kilo diario de miel de abeja.