Los dos juicios que enfrenta Oscar Pistorius en Sudáfrica

Aparte de la causa legal, el atleta está librando una batalla igualmente intensa ante la escandalizada opinión pública de su país. Según un experto, Sudáfrica también enfrenta su propio proceso frente al mundo.




Bert Pretorius visitó a Oscar Pistorius en la estación policial de Brooklyn regularmente durante las últimas dos semanas. Nunca quiso identificarse ante los reporteros, hasta que el diario Mail and Guardian descubrió que era pastor de la iglesia cristiana 3C (Comunidad, Carácter y Coraje). En sus últimos sermones ha pedido a sus fieles que oren por el atleta caído en desgracia. "Querido padre, rezamos por Oscar, su familia y también por los Steenkamp", ha señalado en sus prédicas, que salen al aire por radio y televisión a más de 47 millones de personas en el mundo.

La noticia no debe haber molestado a Stuart Higgins, pues sabe que necesitan toda la ayuda y publicidad que puedan tener. El periodista británico juega el papel de Barry Roux, abogado de Pistorius, pero en un tribunal mucho más complejo e impredecible: el de la opinión pública.

Higgins tiene una larga trayectoria en las comunicaciones y una reputación de manipulador de los medios. Es dueño de una empresa de relaciones públicas con una extensa cartera de clientes como la Premier League, Manchester United, Chelsea, British Airways o Aviva. Sin embargo, su fama se la ganó antes, como director de The Sun, el tabloide más vendido de Gran Bretaña, conocido por su estilo amarillista.

El fin de semana pasado, la familia de Pistorius se puso en contacto con Higgins. Le pidieron que se hiciera cargo del manejo comunicacional de la crisis, un trabajo que él ya había hecho con figuras públicas como la modelo Kate Moss, cuando esta se internó por drogadicción. En cuestión de horas, el periodista estaba en Pretoria para la primera audiencia. Quienes asistieron al juicio lo pudieron ver caminando de un lado a otro, con el celular siempre pegado al oído. Su primera tarea fue transformar el sitio web de "Blade Runner", quedando enfocado ahora exclusivamente al juicio.

Luego comenzó una campaña de sobreexposición de la familia Pistorius en los medios que ha molestado a muchos sudafricanos, según cuenta el periodista del Sowetan, Ramatsiyi Moholoa. "Ha sido un error que ellos hablen tanto por la prensa. Deberían haber mantenido un perfil mucho más bajo. Muchos hemos visto sus declaraciones diarias como una falta de respeto a la familia de Reeva Steenkamp", indica.

Locura mediática

La importancia que la familia de Pistorius le ha dado al manejo comunicacional es fácil de explicar. En Sudáfrica, prácticamente no se habla de otra cosa que no sea del héroe caído. El día en que se conoció la noticia, la cuenta pública anual del Presidente Jacob Zuma pasó a segundo plano y tuvo una cobertura mínima.  El Mail and Guardian incluso tituló su sección de panoramas de fin de semana con "Noticias que no son sobre Oscar Pistorius". La cobertura ha sido amplia, llenando cientos de páginas de diarios y  horas de radio y televisión, en las noticias y programas de conversación. Lo mismo se ha visto reflejado en el interés de la prensa extranjera y en la cantidad de enviados especiales del exterior. "Me han llamado de una gran cantidad de países estos días", dice Moholoa.

"Lo que pasa es que esta es una noticia muy grande, que ha dominado el panorama noticioso", comenta Franz Kruger, analista de medios y profesor de la escuela de Comunicaciones de la Universidad de Witwatersrand. "Ciertamente los ídolos en desgracia siempre generan una historia atractiva para la gente. Pistorius no es el primero, pero su situación es especial por la admiración unánime que generaba después de haber vencido tantos obstáculos", agrega.

Para Kruger, el juicio de la opinión pública ha sido apresurado, lo que no es ninguna novedad cuando los medios realizan coberturas tan extensas como se ha hecho con el caso Pistorius. "Ha habido una enorme cantidad de discusiones sobre el tema en todos los diarios, radios y canales de TV. No habíamos visto algo así", señala el investigador.

Todo esto ha rebotado en las redes sociales, particularmente en Twitter, que se validó como fuente de información inmediata. "La televisión no pudo transmitir las primeras audiencias, así que la única fuente de información rápida eran las cuentas de Twitter de los periodistas acreditados, quienes contaban cada detalle de lo que pasaba o se decía. La cantidad de usuarios ha subido inmensamente. Es un fenómeno significativo", explica Kruger, quien igualmente es consciente de que un gran porcentaje de la población sudafricana no tiene acceso a internet. "Tenemos una sociedad muy dividida", acota.

Sudáfrica al estrado

Más allá de la historia misma, del asesinato de Reeva Steenkamp a manos del ídolo paralímpico, el caso Pistorius ha abierto un debate en Sudáfrica sobre la tenencia de armas, la violencia cotidiana y el miedo con el que muchos viven. "Es lo mismo que se ha hablado tantas veces en Estados Unidos, pero la verdad es que esto podría haber pasado en cualquier parte del mundo. Es un crimen pasional. No me parece bien que los medios internacionales nos estén mostrando como un país inseguro", afirma Moholoa, cuya opinión se contrapone a la de Kruger.

"Tenemos una sociedad violenta, con altos niveles de delincuencia que se traduce en homicidios y abusos sexuales. Por supuesto que hay lugares más peligrosos en México o América en general, pero aquí la gente tiene miedo. Es difícil de describir", asegura.

El impacto que ha generado el juicio a nivel mundial ha vuelto a poner la lupa en Sudáfrica, tal como ocurrió hace años, cuando el país se preparaba para recibir el Mundial de Fútbol. "De alguna manera, a los sudafricanos nos están sometiendo a juicio junto con Pistorius", afirma Kruger, con la certeza de que se hace necesario examinar al conjunto de la sociedad cuando uno de sus miembros más notables cae en desgracia.

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