Fue en enero cuando Marco Van Basten hizo noticia por sus "revolucionarias" ideas, buscando renovar y perfeccionar el deporte rey. Ideas, sin embargo, tan revolucionarias como pésimas. El "Cisne de Utrecht" proponía, entre otros, eliminar el fuera de juego y la tarjeta amarilla, suprimir las sustituciones a partir del minuto 80 y agregar un límite de faltas por jugador, tomando como ejemplo lo que sucede en el básquetbol. Además, buscaba revivir los shoot-outs como alternativa a los penales.

Por suerte, ninguna de las sugerencias del director FIFA se materializó. No obstante, el ente rector no ha cesado en su afán de modernizar el fútbol y este domingo, en su debut por la Copa Confederaciones, Chile fue testigo presencial.

La implementación del VAR es, hoy por hoy, el tema en discusión. Y es que el Arbitraje Asistido por Vídeo se robó toda la atención del compromiso que disputó La Roja ante su similar de Camerún. A través del flamante sistema, el árbitro esloveno Damir Skomina invalidó un discutible tanto a Eduardo Vargas y, posteriormente, convalidó uno del artillero sobre el final, lo que provocó el enojo de los protagonistas.

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"Faltó el show del entretiempo y que le agregaran dos cuartos más para que fuera fútbol americano", aseguró tras el cotejo Jean Beausejour. En esa misma línea, Johnny Herrera explicó que, con el sistema, el fútbol perdía su esencia.

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Si bien es verdad que, en estricto rigor, el VAR acertó en las tres ocasiones que fue requerido, también es cierto que los veredictos llegaron, por lo bajo, un minuto después de cada anotación.

Bajo este escenario es que, pese a los beneficios que pudiese tener esta nueva tecnología aplicada al balompié, hinchas y jugadores se han manifestado en contra. No quieren que se ampute la expresión más inmediata del fútbol: el gol.

Una particular definición

El VAR no ha sido el único invento de la FIFA en el último tiempo: el Mundial Sub 20 de Corea albergó la nueva definición desde el punto penal, el método "ABBA".

En cuartos de final, Uruguay y Portugal no se sacaron ventajas y culminaron el compromiso igualados en dos tantos. Tampoco se hicieron daño en el tiempo extra, llegando a los lanzamientos penales.

Fue ahí que debutó este nuevo sistema, basado en el Tie Break del tenis. Primero tomó la responsabilidad Ruben Dias, de Portugal. Luego, Uruguay ejecutó en dos oportunidades, mediante los remates de Federico Valverde y José Luis Rodríguez. De ahí en más, continuaron pateando dos por turno.

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Esta nueva forma de definir los encuentros, basada en una investigación de Ignacio Palacios-Huerta y José Apestegui, según la FIFA, busca equilibrar la presión que pudiese generar los turnos del lanzador.

"La hipótesis es que el jugador que toma el segundo disparo en el par de la tanda está siempre bajo una gran presión", aseguró la UEFA en un comunicado. Cabe destacar que la medida seguirá a prueba.

Los fracasos del pasado

Por momentos, la implementación de ambos sistemas recuerda otros intentos de FIFA por renovar el "deporte más hermoso del mundo".

Al igual que los penales "ABBA", los certámenes juveniles de 1993, el Mundial Sub 20 de Australia y el Mundial Sub 17 de Japón fueron los elegidos para probar los laterales con los pies. Una medida que buscaba agilizar el juego, pero que finalmente no convenció.

Otra emblemática en la lista es la tarjeta verde, que debutó durante el 2016 en la Serie B italiana. ¿Su objetivo? Premiar a los jugadores "por su buen comportamiento" dentro del campo. Inútil.

Si bien era una alternativa utilizada principalmente en la MLS, el Shoot-Out es un infaltable cuando se habla de los cambios en el fútbol. Un mano a mano en el que el ejecutante comenzaba su carrera a 35 metros del arco y tenía cinco segundos para definir.

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