Paro y masivas protestas evidencian descontento social contra gobierno de Evo Morales

Miles de bolivianos marcharon hoy, liderados por la Central Obrera Boliviana (COB), en La Paz, durante una huelga parcial en respaldo a los indígenas de la Amazonía que sufrieron el domingo una violenta represión policial, y en rechazo al Presidente Evo Morales, que vive una de sus peores crisis políticas por ese conflicto.

El paro fue acatado en las principales ciudades del país y acompañado con masivas marchas, las mayores desde enero cuando el mandatario decretó un aumento en el precio de los combustibles que después derogó ante el rechazo popular.

A diferencia de las ocasiones anteriores, se volcaron a las calles sectores populares que antes apoyaban al mandatario y ahora se muestran desilusionados. Mineros hacían detonar dinamita a su paso mientras la columna se acercaba al centro de La Paz encabezada por obreros, indígenas, maestros y universitarios. La policía se mantuvo alejada de los manifestantes.

La violenta represión del domingo desencadenó la renuncia de la ministra de Defensa, Cecilia Chacón y del titular de Gobierno, Sacha Llorenti, además de otros dos funcionarios, en desacuerdo por la forma en que el gobierno manejó la protesta indígena.

"Evo era un símbolo muy fuerte para mucha gente, encarnaba principios de justicia, de derechos humanos, pero ahora esa gente está desencantada. Evo ya no expresa esos principios. Eso ha cambiado", dijo a la agencia Ap Jim Shultz del Centro para la Democracia, una organización no gubernamental con base en Estados Unidos y Bolivia.

Los manifestantes intentaron romper un cerco policial que protegía el Palacio Quemado, donde el presidente Evo Morales estaba reunido con sus ministros, según imágenes de la televisora Gigavisión. Una interminable columna descendió desde El Alto, vecina ciudad a La Paz, hasta colmar las principales calles y avenidas de la sede de gobierno de Bolivia.

"El paro expresa solidaridad con nuestros hermanos indígenas y sirve para exigir que el gobierno rescinda el contrato con la empresa brasileña OAS y no se construya ninguna carretera por el Tipnis (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure)", dijo Pedro Montes, secretario general de la Central Obrera Boliviana.

Agregó que el viernes habrá una reunión sindical para aprobar nuevas medidas de apoyo a los indígenas, quienes se reagrupan en el poblado de Rurrenabaque, 450 kilómetros al noreste de La Paz, para reiniciar una marcha de protesta que pretende llegar a La Paz para pedir al presidente Morales la suspensión definitiva de la construcción de una carretera por el Tipnis.

El Presidente Morales, por otra parte, se reunió con representantes de Naciones Unidas en Bolivia para que integren una comisión que investigará el violento operativo policial en el poblado de Yucumo, donde hubo violación de derechos humanos.

CONFLICTO INTERNO
La represión policial a indígenas no sólo provocó dimisiones de colaboradores del Presidente, sino autocrítica de parlamentarios del Movimiento al Socialismo (MAS), partido político de Evo Morales. El senador oficialista Eduardo Maldonado pidió al mandatario reconducir el llamado proceso de cambio que lidera Morales. Además denunció que existe "un entorno palaciego que le ha hecho mucho daño al país".

Maldonado, en una columna en el diario "Página Siete", precisó que el equipo político del gabinete de Morales demostró "absoluta falta de capacidad en la gestión de conflictos".

A su vez, el ex cónsul de Bolivia en Chile José Pinelo hasta sugirió pedir la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que investigue la represión policial a los indígenas. "Los responsables de los atentados a los derechos humanos tienen que ser enjuiciados", agregó. La protesta que organizó la Central Obrera Boliviana pidió hoy cárcel para Sacha Llorenti, ex ministro de gobierno, por haber dado orden a la polémica acción policial.