Son refugio de aves, alimento para las abejas, producen oxígeno y entregan sombra. Estos son algunos beneficios ambientales que poseen los árboles, por lo que la Corporación Nacional Forestal (Conaf) está llevando adelante el programa Legado Bicentenario "Un chileno, un árbol", que ya lleva 7,6 millones de ejemplares entregados en el país.

El director ejecutivo de la Conaf, Eduardo Vial, cuenta que 7.667.019 árboles han sido distribuidos en 338 comunas a nivel nacional. "Se cumplió la meta que había puesto la presidencia, por lo que estimamos que con el ritmo que llevamos podríamos tener en los próximos meses unos 10 millones distribuidos", dice.

La principal modalidad de entrega de ejemplares corresponde a convenios con organizaciones sociales, empresas privadas y municipalidades, que se comprometen a un mandato de protección de la flora. La mayo- ría de las instituciones que se interesan por el plan son municipios, los que reciben más de un ejemplar para disponer en áreas urbanas y periurbanas de las comunas.

Las zonas con más entregas corresponden a la Región Metropolitana, con 1.451.748 unidades; el Biobío, con 1.250.227 árboles, y La Araucanía, con 769.006 unidades en los tres años que lleva el programa.

Para poder ejecutar este plan se han habilitado viveros de la Conaf en Peñuelas (que produce al año 3 millones de plantas por año), Buin y Melipilla, centros que debieron aumentar sus espacios para la producción. Además, se adquieren plantas al sector privado.

Según Vial, de toda la flora otorgada a personas o instituciones, se ha realizado un seguimiento a dos millones de ejemplares para saber si fueron plantados y en qué estado se encuentran. Ocho de cada 10 árboles están en buen estado.

ESPECIES

Según la Conaf, el árbol más entregado es el quillay, uno de los más requeridos en sectores rurales, porque sirve para la producción de miel (las abejas se alimentan de sus flores).

En el sur, la flora más distribuida son robles, raulíes y coigües, típicos de los bosques lluviosos. Mientras, en las regiones del norte se ha optado por plantar una especie exótica: el myoporum, resistente a la falta de agua.

El investigador del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Aridas (Ceaza) y de la U. La Serena, Francisco Squeo, señala que en el caso de los quillayes, "se trata de uno de los árboles más explotados de la zona central para elaboración de cosméticos en Chile en el pasado, por lo que restaurarlos hoy es una buena iniciativa".

Squeo añade que otros de los beneficios de estas plantaciones es la captura de dióxido de carbono (CO2), la producción de oxígeno y el que "ayudan a conservar el hábitat para la biodiversidad en las ciudades".

A su vez, el director Eduardo Vial agrega que estas especies, incluso, tienen la utilidad de ser una barrera en la costa de Puerto Saavedra (La Araucanía), para resistir un eventual tsunami.

Además, sostiene que el programa ha llegado hasta localidades distantes, como Isla de Pascua, donde se han entregado 49.634 árboles a los vecinos.

El programa tiene como objetivo que, en un período de ocho años, se alcance la misma cantidad de árboles que la población que posee el país (unos 17 millones).