El 24 de enero, Roman Polanski (83) renunció a la presidencia de los premios César de Francia, debido a que organizaciones feministas se manifestaron en contra de su nombramiento por el caso que aún lo mantiene prófugo de la justicia norteamericana: el abuso de una menor de 13 años, en 1977. Tras 40 años sin poder ingresar a EEUU, el cineasta polaco solicitó una audiencia para el 24 de febrero, con la condición de no ser enviado a prisión.

Dentro de la estrategia legal, el abogado de Polanski, Harland Braun, instó al juez de Los Angeles a repasar la declaración del fiscal que originalmente llevaba el caso. Según Braun, dicho testimonio respaldaría el acuerdo que el director ha sostenido históricamente, que consistía en pasar 48 días en la cárcel. En 1978, el ganador del Oscar por El pianista (2002) estuvo 42 días en la prisión estatal de Chino hasta que fue puesto en libertad condicional. Fue entonces cuando el magistrado a cargo habría negado el trato inicial y expresado su intención de encerrar por 50 años al director, quien rápidamente escapó a Europa.

Según la defensa, el testimonio demostraría que el caso está cerrado y la condena cumplida. Dentro de las cosas que Polanski espera hacer una vez cerrado el caso, está visitar la tumba de Sharon Tate, su ex esposa asesinada en 1969 por el clan de Charles Manson.b